Paso a paso: esto explicó la UIF sobre las transferencias a Peña Nieto y las compañías ‘A’ y ‘B’

Por Juan Omar Fierro.

El 20 de octubre del 2021, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) recibió del sistema bancario un reporte de operaciones inusuales por una transferencia de 5 millones 702 pesos que recibió el expresidente Enrique Peña Nieto, en una cuenta del banco Liberbank de España. El dinero provenía de una cuenta Banorte a nombre de una familiar consanguínea del exmandatario.

La familiar consanguínea puede referirse a su madre, sus dos hermanas y sus dos hijas, en grado directo. Relaciones consanguíneas de segundo grado podrían ser sus primas o tías, pero Gómez no aclaró en qué grado es la familiar involucrada.

El titular de la UIF, Pablo Gómez Álvarez, explicó que fue a partir de ese reporte que la Unidad abrió el expediente para recopilar toda la información sobre las operaciones financieras del último expresidente priista, documentando que entre 2019 y 2021 recibió “beneficio económicos” por un monto un poco mayor a 26 millones de pesos.

El 29 de octubre del 2021, se hizo un segundo depósito de esa misma familiar consanguínea a Peña Nieto por un monto de 5 millones 718 pesos. El envío se hizo bajo el mismo esquema: la familiar usó una cuenta mexicana de Banorte para realizar el pago a Liberbank en España.

En la tarjeta informativa que se entregó al término de la conferencia matutina, se advierte que la primera operación inusual ocurrió el 21 de agosto del 2019, cuando se registró la transferencia de 16 millones con 8 pesos, desde una cuenta Banamex a una cuenta del banco Santander en España.

En total, mediante este esquema se transfirieron a Enrique Peña Nieto 26 millones mil 429 pesos, dinero que está sujeto a investigación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).

Esta es la primera parte del esquema utilizado por Peña Nieto para ser beneficiario de recursos económicos de los que se desconoce su origen, según explicó el propio Pablo Gómez.

La misma familiar consanguínea envió a un hermano del expresidente cheques por un monto global de 29 millones de pesos.

Los depósitos en efectivo

La trama no acaba ahí: la UIF documentó los ingresos y egresos de esta familiar, cuyo nombre no se reveló.

Esta persona registró retiros en sus cuentas bancarias por 189 millones de pesos entre 2013 y 2022. Además, se le hicieron depósitos por 47 millones en el mismo periodo.

Gómez Álvarez explicó que de esos 47 millones de pesos, al menos 36 millones se depositaron en efectivo, por lo que no es posible encontrar el origen de esos fondos.

“Los depósitos mencionados resultan relevantes, debido a que, al tratarse de operaciones en efectivo, por su naturaleza, no se conoce cuál es la fuente, mucho menos el causante o la justificación”, denunció.

La trama de las empresas

Otro elemento que la UIF entregó a la FGR para investigar posibles operaciones con recursos de procedencia ilícita, son los recursos que el exmandatario priista recibió de dos empresas, la compañía “A” en la que funge como accionista junto a más integrantes de su familia y la empresa “B”, con la que tiene un vínculo corporativo.

En ambas, la UIF detectó “irregularidades fiscales y financieras” y el nombre de las mismas quedó bajo reserva para no entorpecer las investigaciones en curso, según palabras de Gómez Álvarez.

El titular de la UIF explicó que en la empresa ‘A’, Enrique Peña Nieto “comparte la calidad de accionista con familiares consanguíneos” y que esta compañía realiza operaciones por montos elevados que son “discordantes con su objeto social y su perfil fiscal, debido a que sus ingresos no derivan de la contraprestación de su actividad económica, sino que se reducen al envío y recepción de recursos hacia los propios accionistas”.

Se detectó que esta firma depositó a un accionista y familiar de Peña Nieto 35.9 millones de pesos, persona que a su vez devolvió 22.8 millones de pesos a las cuentas de la compañía.

Contratos y transferencias de la empresa “B”

El cuarto elemento del esquema de recursos financieros es la empresa “B”, que fue constituida por el ex mandatario antes de que asumiera la Presidencia de la República el 1 de diciembre del 2012.

Dicha empresa, explicó Pablo Gómez, tiene una relación simbiótica con una compañía de carácter transnacional que durante el sexenio del expresidente recibió contratos públicos del gobierno federal por un monto de 10 mil 530 millones de pesos.

A su juicio, estas operaciones son sospechosos y relevantes porque no tienen “justificación aparente, lo que presume un esquema de dispersión de recursos”.

Una irregularidad adicional es que la citada compañía, es decir, la empresa “B” envió entre 2015 y 2021, un total 261 transferencias internacionales de dinero a Estados Unidos, Irlanda y Reino Unido por un monto global de 4 millones 942 mil 900 dólares.

Asimismo, Gómez identificó que la empresa B, en conjunto con una filial de la empresa trasnacional, tienen una cuenta mancomunada en un banco con sede en la Unión Europea y a través de la cual se enviaron dos transferencias internacionales a Irlanda por 164 mil 326 euros, sin que el titular de la UIF identificara al beneficiario final.

El titular de la UIF explicó que la información acopiada proviene de fuentes públicas y de los reportes bancarios de operaciones inusuales, por lo que no se trata de una investigación extraordinaria y la información obtenida es parte de sus actividades normales de monitoreo. En total, están involucradas 15 personas de las que se reservó el nombre.