Parte del problema con la política democrática es que ha sido dominada por tecnócratas económicos: Sandel

Consultado sobre si las asambleas ciudadanas podrían aplicarse a espacios técnicos, Sandel afirmó que es necesario equilibrar democracia y experiencia.

agosto 27, 2025 1:56 pm Published by

En entrevista para Aristegui en Vivo, el filósofo estadounidense y profesor de Harvard, Michael J. Sandel reflexionó sobre los dilemas de la justicia, la desigualdad y la democracia, al tiempo que analizó el contexto mexicano en torno a la reforma judicial y propuso mecanismos alternativos de participación ciudadana, como las asambleas conformadas por sorteo.

Sandel señaló que los debates sobre la justicia son tan antiguos como la propia filosofía y recordó un pasaje sobre Sócrates que en Atenas hacía preguntas no solo a sus alumnos, sino a ciudadanos comunes.

“Yo creo que la filosofía y los debates acerca de la justicia deben estar en las ciudades, donde los ciudadanos están, donde hay razonamiento, donde la gente debate acerca de lo que es una sociedad justa, cuáles derechos fundamentales se deben respetar, quién merece qué y por qué”.

Agregó que estas cuestiones no son solo teóricas, sino que atraviesan la vida práctica de las personas, además de que son preguntas prácticas, inmediatas, “que todos nosotros podemos opinar acerca de ellas”, dijo.

A su juicio, lo que conecta con sus lectores y estudiantes es que los dilemas planteados en su obra no se quedan en la teoría política, sino que “abordan los dilemas que enfrentamos todos los días en nuestras vidas públicas y también en nuestras vidas personales”.

Respecto a la relación entre justicia e igualdad, Sandel subrayó que esta última no debe entenderse únicamente en términos económicos.

Una de las preguntas fundamentales acerca de la justicia que debatimos en la política es cómo debemos responder a la desigualdad; la desigualdad en ingresos, en recursos de riqueza y también en desigualdad de dignidad y respeto.

Explicó que en las últimas décadas se ha profundizado la brecha social y que lo que más irrita a las personas no es solo la disparidad material, sino el trato desigual.

“Hay que considerar desigualdad económica, pero también la desigualdad de dignidad y respeto, porque nos importa la democracia, es importante que todos respetemos uno al otro como ciudadanos capaces de estar en el debate público acerca del bien común”.

Reforma electoral en México: no existe una fórmula única para su integración

Al ser cuestionado sobre la reforma judicial en México, el profesor de Harvard reconoció que existen inquietudes legítimas en ambas posturas.

“La preocupación acerca de los jueces elegidos democráticamente es la preocupación de que los jueces van a responder demasiado a las mayorías, a las opiniones y pasiones de la mayoría, y no van a sostener el derecho fundamental en la ley, van a estar presionados por la presión mayoritaria, y entiendo esa preocupación”, afirmó.

Al mismo tiempo, advirtió que los sistemas de designación también implican riesgos porque “hay un riesgo también tener a los magistrados de la Corte Suprema apuntados. (…) Podemos tener una Corte Suprema que define los derechos fundamentales basado en la perspectiva política del presidente que los eligió”.

Sandel indicó que no existe una fórmula única para todos los países y recordó que en Estados Unidos coexisten modelos en los que jueces son electos y otros en los que son designados.

Por ello, insistió en que el debate debe asumir que “hay riesgos de una élite no responsable que puede reflejar los prejuicios de los políticos que los asignan, y el riesgo de elección democrática que los jueces pueden responder demasiado a las presiones de la mayoría, incluso cuando está en juego el derecho fundamental individual”.

Al abordar posibles alternativas de democratización, el filósofo defendió el uso de mecanismos de sorteo en ciertas instituciones públicas.

“El uso de las loterías, eso es una manera de intentar afirmar la igualdad de todos los ciudadanos”, expuso, al tiempo que ejemplificó con la experiencia estadounidense sobre lo que dijo que “si pueden decidir eso acerca de un acusado, tal vez podríamos experimentar una asamblea de ciudadanos con una lotería que da a los ciudadanos una oportunidad de debatir y decidir cuestiones fundamentales de política”.

Para Sandel, el auge del populismo en distintas regiones del mundo tiene relación con la sensación de exclusión en las democracias actuales.

La gente siente que no tienen una voz significativa en cómo los gobiernan y la democracia requiere que los ciudadanos tengan una voz en formar las fuerzas que gobiernan nuestras vidas colectivas.

En ese sentido, afirmó que una de las causas de esta pérdida de confianza es el peso del dinero en la política, lo que limita la representatividad real de los sistemas electorales.

Ante la pregunta sobre si quienes integren dichas asambleas deberían contar con conocimientos técnicos previos, Sandel advirtió sobre el peligro de “elitizar” los procesos de participación.

Parte del problema con la política democrática en las últimas décadas es que la política ha sido dominada por tecnócratas y especialmente tecnócratas económicos.

Recordó que en la etapa de la globalización neoliberal, las recomendaciones de estos expertos llevaron a políticas que beneficiaron a un reducido sector, mientras amplios sectores sociales enfrentaron estancamiento y crisis y que ello “produjo crecimiento económico que ayudó al 20% que ya estaban arriba, y muy poco fue a la mitad que está debajo en nuestras sociedades”.

Aunque consideró necesaria una educación cívica básica y la disposición al diálogo respetuoso, insistió en que los criterios técnicos no deberían limitar la inclusión y “dar la bienvenida a los que sean trabajadores y profesores, independientemente de cuánto hayan estudiado, campesinos, así como banqueros y abogados, así se va a invigorar el proyecto de autogobierno”.

‘Debemos equilibrar expertos y ciudadanía para fortalecer la democracia’: Sandel

Michael J. Sandel también abordó la relación entre participación democrática y expertise técnico, la polarización política, la meritocracia y los desafíos éticos que plantea la tecnología genética y la inteligencia artificial.

Al ser cuestionado sobre si el modelo de asambleas ciudadanas que propone podría aplicarse a espacios públicos que requieren conocimientos técnicos —como ministros de la Corte, autoridades de competencia económica o responsables de políticas complejas—, Sandel sostuvo que es necesario encontrar un equilibrio entre democracia y experiencia.

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“Hay un lugar importante en el gobierno y en desarrollar la política e implementar la política para esos que son expertos técnicos para informar los temas acerca de cómo decidir un sistema de salud público, por ejemplo, de cómo lidiar con una pandemia, de cómo lidiar con el reto del cambio climático, necesitamos expertos médicos y expertos científicos y en gobierno”, e insistió en que la participación ciudadana debe complementarse con la labor de estos especialistas.

Tenemos que encontrar el equilibrio de eso con el autogobierno.

Sandel explicó que una de las razones por la que la gente sospecha de los expertos en gobierno es porque hay perspectivas que reflejan valores, juicios, “dicen que son neutrales, pero hay valores detrás y eso debería pertenecer a los ciudadanos”.

Desigualdad, polarización política y erosión del bien común

Sandel también profundizó en los temas abordados en su libro “La tiranía del mérito”, donde analiza la relación entre desigualdad, polarización política y erosión del bien común.

Según el filósofo, la meritocracia contemporánea genera arrogancia entre quienes alcanzan el éxito y humillación entre quienes fracasan.

Los que tienen éxito se ponen arrogantes y se olvidan de la suerte y de la fortuna que les ayudó y se olvidan de los otros que hacen posible su éxito, esa es la tiranía del mérito.

Este fenómeno, dijo, alimenta la ira y la polarización, lo que contribuyó, por ejemplo, al ascenso de Donald Trump.

“Es el sentido entre los trabajadores, que las élites los menosprecian, sé que esto ha alimentado la reacción contra las élites que resultó en la elección de Donald Trump”.

Sobre la situación política estadounidense y el impacto de figuras como Trump, Sandel advirtió que representan una amenaza a la democracia.

“La presidencia de Trump, la segunda presidencia de Trump, representa una amenaza a la democracia, porque, en general, la falta de respeto para las normas fundamentales e instituciones de la vida democrática; es importante identificar y abordar las quejas legítimas a las cuales apeló Trump, especialmente las de los trabajadores que sienten que las élites los menosprecian y que no respetan el trabajo que hacen”.

Michael Sandel también reflexionó sobre el discurso de odio, los ataques a medios de comunicación y universidades, y la intimidación hacia la sociedad civil, sobre lo que dijo que es parte de un ataque más amplio en contra de la sociedad civil en sí.

“Lo que Trump quiere hacer no es solo dominar al gobierno, sino también dominar la sociedad civil, las relaciones entre países y saludables dependen de reconocer la dignidad y el respeto uno del otro”.

Finalmente, Sandel abordó cuestiones éticas contemporáneas, como la genética y la inteligencia artificial, y criticó la tentación de usar tecnología para “mejorar” a los hijos con fines competitivos y alertó sobre la virtualización de las relaciones humanas.

“Crear niños diseñados para ser perfectos convierte a ser padre en manufactura, debemos resistir la tentación de ver a la tecnología como la solución a nuestros retos sociales, económicos y políticos, hay que abrazar lo que nos hace humanos, no reemplazar las conexiones humanas con sociedades virtuales”.

Michael Sandel llegará a México en los próximos días para participar el 4 de septiembre en un encuentro en la Facultad de Derecho de la UNAM, en un evento que contará con la participación de académicos de diversas instituciones

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