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Keith L. Schilling, exdirectivo de Baker Hughes, señaló que el contrato de alquiler se celebró a través de un tercero y que los pagos fueron en mensualidades.
En el artículo "Los otros millones de Baker", publicado este sábado en Reforma, Peniley Ramírez señala dos ampliaciones, lo que representó más de 100 millones de dólares.
La politóloga Denise Dresser calificó el caso de la casa de José Ramón en Houston como incongruencia y posible conflicto de interés por la posibilidad de incidencia en que Baker Hughes consiguiera contratos con Pemex. Advirtió que es hipocresía del presidente condenar a los ajenos, pero justificar a los propios. Sergio Aguayo, analista político, afirmó que el método de la 4T para acabar con la corrupción no está funcionando porque el Estado no tiene la capacidad, por lo que hay que rediseñar las estrategias. El periodista Ricardo Raphael afirmó que la ostentación es un índice para detectar corrupción y aseguró que la casa de Houston está a la altura de los grados de ostentación de la Casa Blanca. Los tres también abordaron el caso Salmerón.
La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad informó que fuentes no oficiales les han informado que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos ya abrió una investigación al tema de la mansión, propiedad de un alto ejecutivo de la empresa Baker Hughes, en la que vivió el hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, de acuerdo con el periodista Raúl Olmos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que no se encontrarán con nada irregular quienes sigan investigando la casa en Houston donde vivió su hijo José Ramón.