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Dos congresistas demócratas buscan impedir que sus compañeros puedan portar armas de fuego en el Capitolio, escudados en una regla de 1967 que los libra de esa prohibición generalizada en edificios públicos estadounidenses.
Más de 135 personas han sido arrestadas hasta ahora en relación con el asalto del 6 de enero por partidarios del entonces presidente Donald Trump.
La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, expresó su preocupación ante la retórica de algunos representantes y senadores republicanos, quienes pretenden llevar armas al Congreso y han amenazado a otros miembros del mismo.
Dennis Wetsover, de 71 años, fue detenido con una pistola 9 milímetros sin licencia y 20 cartuchos de munición sin registrar. También llevaba una lista de los congresistas. Aseguró que creía en el "fraude electoral" y que "estaba preocupado por la honestidad de las elecciones".
Igualmente amenazó de muerte a un agente de la Policía del Capitolio que abrió fuego y mató a uno de los participantes en el asalto.
La policía arrestó a Riley June Williams, sospechosa de intentar vender la computadora portátil de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
La muy eficaz ofensiva de la clase dominante del sistema se realizó en tres frentes: el militar, el comunicacional y el financiero. Fue tan efectiva, que logró remover en menos de dos semanas al populismo patógeno de Trump que ya no le servía.
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El director del FBI, Christopher Wray, reveló que más de un centenar de personas han sido detenidas por su posible participación en el asalto al Capitolio la semana pasada. Además, ha identificado a 200 sospechosos de estar involucrados en los hechos.