‘Lluvia’: Rodrigo García Saíz estrena una película de historias cruzadas sobre el azar
Llega a las salas la ópera prima del realizador mexicana; el elenco incluye a Cecilia Suárez, Bruno Bichir, Arcelia Ramírez, Karina Gidi, Dolores Heredia y Mauricio Isaac, entre otros.

Por Héctor González
La lluvia no perdona. Sin importar color de piel o estrato social, si te alcanza desprevenido te afecta. Su carácter democrático empapa el sentido de la ópera prima del director mexicano Rodrigo García Saíz.
Con elenco “de ensueño”, dicho por él mismo y que incluye a Cecilia Suárez, Bruno Bichir, Arcelia Ramírez, Karina Gidi, Dolores Heredia y Mauricio Isaac, entre otros, el director estrena Lluvia, una película de seis episodios protagonizados por personajes que se entrecruzan y nos invitan a pensar en el poder del azar.
¿Qué relación tienes con la lluvia?
De amor-odio. Siempre fue un fenómeno natural que me llamó la atención, aunque como citadino, también la padezco a veces. Creo que el relato que cuento en la película tiene que ver con eso. Nunca estás preparado con la lluvia y en ocasiones te agarra sin los elementos o sin las herramientas para protegerte. Por otro lado, también, es una linda manera de referirse al estado de ánimo. La llueva puede limpiar, ensuciar o generar caos.
A nivel cinematográfico tiene un simbolismo interesante, hay grandes películas alrededor de la lluvia.
De acuerdo, visualmente tiene algo de magia ver caer algo del cielo y te aporta muchos elementos. Funciona también como metáfora del estado de ánimo de los personajes.
La película partió de una colaboración entre Paula Markovich y tú, es ella quien escribe el guion, de hecho.
Paula y yo tenemos una relación creativa desde hace tiempo. Durante un intercambio de ideas, ella muy amorosamente, me compartió esta historia que en su momento se llamaba Temperatura ambiente. Cuando la leí quedé flechado porque contiene elementos que interesan como la exploración de la condición humana. Al cedérmela la hice mía, en principio la historia estaba pensada para filmarse en otro país, pero la adapté a la Ciudad de México. Me interesaba mostrar personajes de a pie como con los que me cruzo todos los días: la maestra que aún con una depresión profunda se levanta para dejar algo de huella en los alumnos o una enfermera que trabaja en el turno de la noche en un hospital público. Al trabajarla surgió la lluvia, ese personaje que está omnipresente en la película, al igual que la Ciudad de México.
¿Que fuera una película coral estaba también desde el principio o fue aportación tuya?
No, eso fue posterior. La historia era capitular, es decir, empezaba cada relato tenía su principio y final, pero desde el rodaje fui tramposo porque siempre vi la posibilidad de mezclarlos. Tenía muchas referencias cinematográficas de películas corales, me seduce el ir y venir de historias, de ir dando pinceladas al espectador para que se enganche. En este caso, reescribimos la película en el montaje, la editora hizo un trabajo increíble que nos permitió descubrir cosas que no estaban planeadas. Uno de los grandes aprendizajes que me llevo es que no puedes tener el control de las cosas de principio a fin.
¿El trabajo del diseño sonoro fue en el mismo sentido?
Cierto, la lluvia suena distinta en cada historia. Los puentes musicales te llevan de un estado de ánimo a otro. La combinación esos elementos me ayudó a profundizar más en las emociones que estábamos contando.
¿Cómo encontraste el tono?, partiendo también de que tiene un elenco muy fuerte.
Esa es de las cosas que me siento más orgulloso porque tuve un reparto soñado. Agradezco que los actores confiaran en mí. En cierta manera estaba obsesionado con la mezcla de actores naturales y actores con una trayectoria tan sólida. La mezcla de ambos aportó autenticidad y verosimilitud. Encontrar el tono fue uno de los retos más importantes que enfrenté como director, porque efectivamente tiene picos dramáticos muy importantes entonces mantener la sensación de no juzgar a los personajes, de darles voz y verlos a la altura de los ojos, fue un gran norte para tratar de ecualizar el tono.
De la película se desprenden otros temas más subterráneos como la casualidad o causalidad.
Sí. El azar de la vida misma en una ciudad con tantos millones de habitantes, donde por un lado nunca estás solo y por otro te puedes sentir internamente solo debido a la falta de empatía con el otro o por la diferencia social tan grande que existe. Me gustaba mostrar a personajes abiertos a encuentros y desencuentros, donde el azar juega una manera muy interesante.
¿Con cuál de las seis historias te identificas más?
Traté de hacer una obra muy personal, entonces, creo que cada historia tiene algún elemento mío muy profundo, y me cuesta mucho deslindarme de una y empatizar más con otra. Al hacer de mi opera prima una película coral tenía la expectativa de conseguir que ninguna historia se me alejara tanto como para tener preferencia por otra.

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