Íngrid Betancourt dice “sí” al acuerdo de paz en Colombia

El 23 de febrero 2002,  Ingrid Betancourt, entonces candidata presidencial de Colombia, fue secuestrada por un comando de las FARC. No obstante, a varios años de lo ocurrido, se alista a votar por el “sí” al acuerdo de paz el domingo 2 de octubre.

En entrevista para Aristegui CNN, recuerda lo ocurrido. Fueron “años terriblemente duros, escribí un libro para tratar de explicar, de verbalizar, de contarle a mis hijos algo que yo no podía contarles de viva voz, todavía hoy me siento muy incómoda de hablar de esos años, se me abre una llaga que he tratado de cerrar. Y ese dolor que siento, no solamente en dolor mío, no es solamente lo que yo sufrí”.

“Cuando estoy con mis hijos, y veo en ellos el momento de felicidad como esa sombra que pasa sus ojos, por sus mirada, cuando recuerdan la ausencia y la angustia de no saber si estaba viva y lo que para ellos significó.

“O cuando a oigo a mi mamá narrar cómo la llamaban para decirle que habían encontrado mi cadáver. Y veo el dolor en su mirada…

“Es que es tan duro lo que viví. Fue tan duro”, reconoce.

Pero su padre le decía “-y es lo que yo guardo en mi corazón de su legado-, que uno tenía que tener augurios más altos que su duelo”.

“El sufrimiento tiene que buscar salir y buscar un horizonte más allá del sufrimiento. Mi horizonte es esa Colombia que yo sueño, que le quiero legar a mis hijos y a mis nietos. Nosotros que hemos sufrido la guerra, que sabemos lo que es cuando nos rapan la felicidad y cuando la vida nos cambia de un momento para otro, sabemos que eso es algo que no queremos que nadie más viva”, sostiene.

“El sacrificio es aceptar cerrar esa puerta a pesar de que sabemos que no habrá justicia real para nosotros, individualmente, pues hay que cerrarla. Es la posibilidad de entregarle una oportunidad a los colombianos que están por nacer, de que vivan en un país diferente, un país como el que nosotros soñamos para nosotros mismos y que nunca tuvimos”, expone.

Polémico tribunal

Betancourt detalla el nuevo tribunal que se creará para juzgar a los miembros de las FARC: “Para Colombia es muy importante que el mundo comprenda que esta organización entrega las armas y acepta enfrentar a un tribunal de motu proprio, estas personas no han sido arrestadas, podrían seguir con su guerra y seguir financiándose con la droga, pero de su propia voluntad han decidido entregar las armas, entregar la información del negocio del narcotráfico, ayudar al gobierno colombiano a desmembrar las redes del narcotráfico con la información que las FARC tienen y colaborar con la justicia para poder establecer la verdad de los hechos”.

Y llama a “entender la importancia para Colombia de poder darle un diferente tratamiento que se le daría a un narcotraficante”.

“En este caso son personas que se entregan voluntariamente ante el escrutinio de un tribunal y eso es lo que pare nosotros nos garantiza que no haya impunidad”, considera.

A las FARC “se les garantiza la posibilidad de entrar como ciudadanos de pleno derecho a la sociedad colombiana”.

Esto, debido a que “no podemos exigirle a Colombia que queriendo hacer la paz les imponga a estas personas un tratamiento riguroso a nivel de la justicia, como a cualquier delincuente”.

Recuerda que en su país “no tenemos pena de muerte ni pena de por vida, lo que tenemos son 20 años de cárcel como máximo; lo que se les está ofreciendo, a cambio de entregar información, sus armas y colaborar, es la posibilidad de pagar una condena con limitación de libertad pero en un sitio específico que no sea necesariamente una condena humillante”.

“Todos sabemos que hoy en día en Colombia no hay justicia; 95% de los crímenes quedan impunes”, apunta.

“La disfuncionalidad de las instituciones que implica la guerra ha garantizado la impunidad de los crímenes en Colombia”, abunda.

Los tribunales que se van a crear, señala, “es el primer esfuerzo que hace Colombia para caminar por el camino recto”.

EU

Sobra la contienda electoral en EU, opina que “es muy claro que (Hillary) Clinton es una opción para Colombia, conocida, es una persona que ha estado muy cercana del gobierno de Obama… y que por lo tanto está comprometida con este proceso de paz”.

En el caso de Donald Trump “es muy diferente, porque si bien el partido demócrata ha visto con muy buenos ojos la paz en Colombia, hay un punto de interrogación sobre lo que pasaría con Trump”.

“Una guerra no es solamente una confrontación de personas lejanas, es también un negocio, es también venta de armas, es también posibilidad de influir sobre decisiones y favorer empresas y hay muchos intereses vinculados de que se haga la paz o con que se haga la guerra”, expone.

En el plebiscito colombiano la pregunta será: “¿Apoya usted el acuerdo para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera?”.

Llegó la hora de decir “sí” o “no”. La historia se escribe el domingo.

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