Kirén Miret descubre secretos futboleros

A nivel de cancha, la creadora del proyecto “Niñonautas”, resuelve toda clase de misterios futboleros.

mayo 28, 2014 8:45 pm Published by

¿Sabía usted que el primer par de guantes de portero apareció en 1934? ¿Qué la tarjeta de expulsión de un juego es roja en concordancia con el código establecido por el semáforo?

Éste tipo de datos son los reunidos por Kirén Miret en su libro, Calambres, balones, escupitajos… y otros secretos futboleros (SM), que será presentado el jueves 29, a las 18:30 horas, en el Jardín Coyoacán por José Ramón Fernández, Francisco Hinojosa y la autora.

En lo que es el cuarto título de la serie “Niñonautas”, acompañan a Miret, Benito Taibo, Felipe Garrido, Francisco Hinojosa y Juan Carlos Quezadas. Se incluye también, un cd con cápsulas informativas inéditas. En entrevista con Aristegui Noticias, Miret asegura que niños informados son menos violentos.

¿Cómo nace el libro?

Nace de la intención de darle continuidad a la serie de “Niñonautas”. Además soy muy futbolera y me pareció que esta era la coyuntura idónea para volcar las cosas que me gustan: los libros, la divulgación y el futbol. Mezclamos las cápsulas que hacemos en el espacio de Carmen Aristegui en MVS, con textos de grandes autores y datos curiosos, que son mi fascinación. En sí, el proyecto de “Niñonautas”, es la posibilidad de dar respuesta a los niños y papás preguntones.

Escribe en el libro que era portera…

Sí, empecé de portera. Jugué como delantera y central. Soy muy aguerrida y fuerte, desde atrás tengo visión completa del campo y me la paso dirigiendo a todo mundo. Tengo una voz muy fuerte y eso me permite poner el balón donde quiero. Desde hace varios años juego los sábados en la Liga Ajusco.

¿Cómo conjugar futbol, ciencia, literatura, para hacerlo accesible a un niño?

Es más sencillo de lo que parece. Los niños están ávidos de información. Nosotros no descubrimos el hilo negro, lo que sí hicimos fue hablarles de una manera natural y cotidiana. Aquí cabe todo porque es un libro armado a la medida de lo que queríamos.

Y rompe con el mito de que los niños ya no leen en papel.

Sí y muestra también que saber no es necesariamente un proceso tortuoso. Abrimos la posibilidad de que se acerquen al conocimiento de manera indolora. Se enteran de un montón de cosas y les apretamos el botón de la curiosidad por investigar y saber más. Yo tuve una etapa en la que los libros me provocaban un poco de horror porque me tocaba leer por obligación. Con “Niñonautas” intentamos romper con eso.

¿Cuando empezó el proyecto, desde las cápsulas de radio hasta los libros, detectó que algo faltaba en este sentido?

No, empecé el proyecto como la posibilidad de hacer algo que a mí me gustaba. Sugerí a Carmen Aristegui hacer unas capsulitas con datos curiosos para separar los temas en el programa. Esto me parecía que podía cumplir esa función. Probamos con una y a ella y al público le gustaron. Sin saberlo, cubrimos una función que les permite a los niños bajarse del carro con otra cara. Les dimos la posibilidad de preguntarse cosas insólitas. Ofrecemos una respuesta no corriente a temas comunes.

¿Ya descubrió la forma de dirigirse a los niños? ¿Hay una fórmula para hablarles?

Seguro, hay una fórmula basada en la honestidad y no hablo en los términos puritanos. Me refiero a la posibilidad de hablarles con franqueza. En “Niñonautas” las cosas se llaman como son, los “pedos” se llaman “pedos”; la “pis”, “pis”, y así sucesivamente. Con esta claridad hablamos de la homosexualidad, el divorcio y las discapacidades.

¿Los libros, la lectura, contribuyen a evitar el bullying?

Claro. Los niños informados son más sanos, serenos y menos violentos. La lectura y la divulgación les permite estar ocupados en otras cosas.

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