World Press Photo 17: La bravía búsqueda de la imagen

El 31 de julio se cumplen dos años de que (Rubén Espinosa) fue torturado y asesinado (…) La Procuraduría de Justicia de la Ciudad ha tratado de cerrar este caso (…) sin haber identificado y detenido a todos los participantes, sin haber buscado a los autores intelectuales.

julio 27, 2017 9:24 am Published by

Por Témoris Grecko

Uno y uno suman tres: el periodismo escrito y el fotoperiodismo son amantes que no temen engendrar. Ambos pueden vivir sin el otro pero juntos, nos entregan las visiones más completas del mundo. Es tan cierto que una imagen dice más que mil palabras como que cien palabras pueden revelar lo que las imágenes no encuentran.

Hay que señalar, sin embargo, que con frecuencia es mayor el riesgo que toman los fotoperiodistas. Con sus compañeros escritores, pueden asumir la dura decisión de avanzar hacia el campo de batalla, la zona devastada por un terremoto o el callejón desde donde operan las pandillas.

Pero una vez que el sitio está a la vista, el escritor tiene alternativas: permanecer donde no es tan peligroso o aproximarse a donde sólo los locos y los fotógrafos llegan.

Las selecciones de World Press Photo siempre nos permiten asomarnos a esta situación, como encontramos en las imágenes premiadas en esta ocasión. Por ejemplo, la de Vadim Ghirga sobre migrantes que cruzan el río Mala Reka; cerca de la frontera griega; la serie de Walid Mashhadi desde la cabal destrucción de Alepo por la aviación rusa; la serie de Sergey Ponomarev detrás de las fuerzas iraquíes en su combate contra Estado Islámico, en Mosul; y por supuesto, el insólito retrato de Mevlüt Altintas reivindicando el asesinato del embajador ruso en Turquía.

El escritor siempre querrá acudir a la experiencia propia –al olfato y el dolor y la sensación del agua helada del río Malka en sus pies- para describir la bruta intimidad de la escena. Pero ésa es su opción: también puede contarla desde la orilla del río, desde la zona de Alepo controlada por el gobierno, desde el día después de la caída de cada barrio en Mosul, o desde detrás de una columna, a pesar de que no permaneció ahí para memorizar los movimientos del asesino junto al cuerpo del caído.

Puede narrar lo que vio desde lejos, reunir testimonios, acercarse más tarde, e incluso basarse en lo que vio en las fotografías hechas por otros.

Al fotógrafo, no le basta y por eso carece de elección: es lo que entendió Burhan Özbilici cuando decidió mantenerse ahí. Él había llegado a la galería a cubrir una exposición artística. Altintas disparó contra el embajador Karlov y después amenazó a los asistentes, que de inmediato se tiraron al suelo o corrieron a esconderse. Özbilici tenía frente a sí a un fanático religioso y asesino, al que muy probablemente podía no gustarle que alguien le tomara fotos mientras cometía un crimen. Según contó más tarde, pensó: “Aunque me hiera o me mate, soy un periodista y tengo que hacer mi trabajo”.

Él énfasis que he querido hacer en los riesgos que tomamos fotógrafos y escritores no es banal. Nos hacemos cargo de tareas que la sociedad necesita, y al cumplir con ellas, ponemos la vida en juego.

Alguien diría que es normal que salgamos lastimados si caminamos hacia la línea de fuego. Pero en el mundo, y especialmente en México, es cada vez más común que alguien dirija la línea de fuego justo contra nosotros, estemos cerca o lejos de ella.

Quiero dar el ejemplo de Rubén Espinosa, un excelente fotógrafo que abandonó su vida en la ciudad de Xalapa para buscar refugio en la ciudad de México, lejos del Estado de Veracruz donde matar periodistas parece tan trivial como en Siria. Dentro de once días, el 31 de julio, se cumplen dos años de que fue torturado y asesinado con las personas con quienes se encontraba, Nadia, Alejandra, Mile y Yesenia.

La Procuraduría de Justicia de la Ciudad ha tratado de cerrar este caso sin haber demostrado la culpabilidad de las personas que tiene presas, sin haber identificado y detenido a todos los participantes, sin haber buscado a los autores intelectuales. Según les han dicho a los familiares de las víctimas, ni siquiera considera su obligación esclarecer el motivo del crimen.

Con el homicidio del fotógrafo hondureño Edwin Rivera Paz, hace once días en Acayucan, en los primeros siete meses de 2017 contamos ya ocho personas asesinadas presuntamente por su actividad periodística en México. Al menos tres más escaparon de sendos atentados. Durante varios años, nuestro país se ha mantenido en la lista de los cinco del mundo con mayor número de muertes de reporteros. Suele estar acompañado de naciones como Siria, Irak y Afganistán.

Los enemigos de los periodistas son muchos. Algunos quisieran hacer creer que todo es culpa de las organizaciones criminales. Pero los registros de agresiones señalan a funcionarios públicos, policías y soldados como los perpetradores en más de la mitad de los casos.

En mayo pasado, después del asesinato de Javier Valdez en Culiacán, y debido al indignado clamor nacional e internacional, el presidente Enrique Peña Nieto reunió a su gabinete, gobernadores y embajadores extranjeros, en una ceremonia para decir que –ahora sí- se va a atender este problema, y para demostrarlo, prometió promesas ya prometidas hace muchos años.

Al mes siguiente, investigadores descubrieron evidencia de que el gobierno está utilizando software ultrasofisticado, y ultracostoso, para espiar no a terroristas ni criminales, sino a líderes ciudadanos, intelectuales y, por supuesto, a periodistas.

La reacción de Peña Nieto fue pedirle a la Procuraduría General de la República que investigue no a los espías sino a los espiados, a quienes se atrevieron a denunciar el espionaje.

Existe un Mecanismo de Protección que destaca por su ineficacia y cuenta ya con varios protegidos asesinados. Peor aún: la fiscalía especializada en libertad de expresión no es un apoyo para que los reporteros busquemos justicia, es un problema más que debemos enfrentar. El presidente sustituyó al fiscal anterior por otro más joven, pero con la misma voluntad de simulación.

El mejor sistema de defensa de las libertades de todos los sectores sociales es la eliminación de la impunidad. En un 99.75% de los casos, los agresores de periodistas no reciben castigo. Si esto fuera diferente, sabrían que matar periodistas no sale gratis.

Exhibiciones del esforzado y valiente trabajo de los reporteros, como la que nos traen ahora World Press Photo y el Museo Franz Mayer, nos ayudan a comunicarle al público el valor de nuestro trabajo, a entender que es importante, que lo necesita, que es necesario defendernos.

Porque al defendernos a los periodistas, nos permiten seguir defendiendo a la sociedad: la investigación, el testimonio y la denuncia que realizamos son las causas de nuestro temor, pero también nuestros grandes motivos de orgullo, porque le damos a la gente la información, una herramienta indispensable para que se construya un futuro mejor.

La contribución de los fotógrafos reconocidos con estos premios se muestra en las salas del Franz Mayer: la bravía búsqueda de las imágenes que nos explican la complejidad y la belleza de nuestro mundo.

(Leí este texto en la conferencia de prensa de la exhibición de WPP 17 en el Museo Franz Mayer, el 20 de julio.)

SENDEROS: SEGUNDO ANIVERSARIO DE LOS CRÍMENES DE LA NARVARTE

Actividades:

Viernes 28 a las 6PM: Inauguración de la expo fotográfica “Cartas a Rubén” en el Museo Casa de la Memoria Indómita (Regina 66, Centro, Ciudad de México).

Estreno del corto “Ciempiés. Arte para no olvidarte” de Ojos de Perro vs la Impunidad.

Presentan: Lucía Vergara (Fotorreporteros MX), Témoris Grecko (Ojos de Perro), Félyx Márquez (Red Veracruzana de Periodistas), Derecho a Informar, Colectivo por el Derecho a la Comunicación, Rexiste.

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Viernes 28 a las 7.30pm: Foro #Ju5ticiaNarvarte2Años” en la Cineteca Nacional.

Mesa redonda: Patricia y Alma Espinosa (hermanas de Rubén Espinosa); Armando Vega-Gil (Ojos de Perro vs la Impunidad); Alejandro Meléndez (periodista); Luis Knapp (Artículo 19).

8.30pm. Cortos cinematográficos: “Libertades en resistencia” y “Silencio Forzado”, de Artículo 19; “Somos Nadia”, de MásDe131; “Ciempiés. Arte para no olvidarte”, de Ojos de Perro vs la Impunidad”.

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Sábado 29, 12pm: Rosario en el Panteón de Dolores.

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Domingo 30, a partir de las 11am, frente al sitio del crimen en calle Luz Saviñón 1909, Col. Narvarte, Ciudad de México: Segundo Festival “Arte para no Olvidarte”. Música, danza, teatro y otras actividades artísticas. Detalles en Rexiste.org

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Lunes 31, 11am: Mitin en la Plaza Regina de Xalapa. Convoca Colectivo Voz Alterna.

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Lunes 31, 12pm: Mesa abierta al público en Rompeviento (Calle Milán 22, Col. Juárez, Ciudad de México): Balance del caso Narvarte. Familiares de Nadia, Rubén, Yesenia y Mile, y abogados de Artículo 19, Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, Clínica de Interés Público del ITAM, Colectivo por el Derecho a la Comunicación. Transmitida en directo por Rompeviento TV.

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Lunes 31, 4pm: Mitin de protesta frente a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México.

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