Vuelven las Velas de Mayo en Juchitán, Oaxaca

Por: Diana Manzo

Las Velas de de Mayo -festividades nocturnas donde se come, bebe y baila durante un mes- volvieron a celebrarse en Juchitán, Oaxaca, tras un receso de tres años por la pandemia de Covid-19 (2020, 2021 y 2022).

En este municipio biniza ubicado en la región del Istmo se come, se bebe y se baila, el que viene a una vela y no la disfruta es como haber ido a cualquier otra celebración. Los bailes son únicos y son de gala.

Y aunque hay muchas críticas por el consumo del alcohol, la gente dice que a nadie se le exige beber.

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Año con año desde hace más de un siglo, en esta peculiar ciudad se realizan las fiestas nocturnas, llamadas velas, que en el mes de mayo alcanzan su máximo esplendor.

Este 2023, se realizaron 16 festejos nocturnos, además de su paseo con carros alegóricos de flores y frutas y la tradicional lavada de ollas, fiesta vespertina.

Las mujeres visten con su indumentaria tradicional, como la enagua y huipil, mientras que los hombres usan guayabera blanca y pantalón oscuro.

En esta ultima semana, hasta este sábado en la víspera de la última vela, se han consumido cerca de 35 mil cartones de cerveza, han acudido 30 mil personas y se han generado más de 64 toneladas de basura entre desechables y unicel.

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Asimismo, los zapotecas y zapotecos, así como invitados, habrán gastado cerca de 10 a 12 millones de pesos para esta celebración.

Los hombres cargan en sus hombros los cartones de cerveza, mientras que la mujer lleva envuelto con un pañuelo blanco su cooperación, que llaman limosna. La cuota mínima de 100 pesos que se le entrega a la anfitriona de la noche.

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Las socias de estas velas como es tradición estrenan trajes regionales que oscilan entre 15 y 30 mil pesos. Las Velas en Juchitán, según datos del investigador Tomás Chiñas Santiago, son rituales y adoraciones a los elementos de la naturaleza.

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Gasto o inversión para preservar una tradición

Daniel Orozco Martínez fungió como capitán de cabalgatas en la tradicional Vela Guie’ Cheguigo, es un anhelo que tenía desde hace varios años. Daniel Chaca, como es conocido, y su familia gastaron alrededor de 150 mil pesos para la celebración, lo cual dijo es alto, pero lo hizo con amor para preservar esta tradición.

Un socio que coloca su puesto debe en llevar entre 30 y 50 invitados a quienes les da bebidas y comidas y debe invertir entre 20 y 30 mil pesos.

Yo soy socia de la vela de Angélic Pipi y cada año traemos el puesto, era de mi abuela, después fue de mi mamá y ahora es mío; y sí se gasta, pero es una vez al año.

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Vela de la inclusión

Amà Chu Pón por primera vez se convirtió en socia de la Vela Santa Cruz Igú, y es la primera muxe que portó un traje regional esa noche.

Rezadora y mototaxista, Amà Chu Pón ha sido aceptada como muxe y mujer trans para rezar en las celebraciones de esta tradicional vela.

Porté mi traje regional y llevé mi puesto, me sentí incluida, aceptada y lo gocé toda la noche.

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Al igual, desde 2019, una de las tres fracciones de la Vela San Vicente Ferrer -la más grande de los juchitecos- permite el ingreso de los muxes, no así en dos velas.

Estuvimos 15 años vetados por estas asociaciones -San Vicente Ferrrer Goola lado Sur y Norte- y por fortuna ya nos aceptan, la llaman Vela de la Inclusión y este año, también participaremos, será el viernes 26 de mayo.

Felina Santiago, reconocida por su lucha contra la homofobia y discriminación desde hace más de 30 años, dijo que a pesar de que a Juchitán o al Istmo de Tehuantepec lo llaman el paraíso muxe, “falta por hacer, aunque ya se camina con la realización de esta primera vela de la inclusión”.

Generación de basura

Según el foro ecológico de Juchitán, esta ciudad genera diariamente 180 toneladas de basura, sin embargo, al día por cada vela son aproximadamente de 8 a 10 toneladas diarias, es decir por 20 velas aproximadamente fueron 160 toneladas de basura entre los que abundaron platos y vasos desechables.

Esta ciudad no cuenta con  un relleno sanitario y tampoco con una planta tratadora de aguas residuales. En 2015, el exedil de Juchitán, Saúl Vicente Vásquez, obtuvo un recurso para construir la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos que tuvo una inversión de 37 millones de pesos, y lleva 8 años sin funcionar.