Reducción de la semana laboral: claves, historia y ventajas

La evidencia científica demuestra que una semana laboral menor a seis días tiene efectos positivos en el bienestar de los trabajadores y la productividad.

abril 26, 2023 11:11 am Published by

El martes 25 de abril, a dos días de que termine el periodo ordinario y en una maratónica sesión, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para modificar el artículo 123 de la Constitución Mexicana.

La propuesta busca reducir la semana laboral de 48 a 40 horas. Esto no quiere decir que se reduzcan las horas de trabajo diarios, sino que cambian los días que conforman a la semana laboral.

Actualmente, el artículo 123 constitucional del apartado A, fracción IV, indica que “por cada seis días de trabajo deberá disfrutar el operario de un día de descanso, cuando menos”.

En contraste, la iniciativa dice: “Por cada cinco días de trabajo, deberá disfrutar el operario de dos días de descanso, cuando menos”.

Tras ser aprobado, el dictamen fue turnado a la Mesa Directiva para su posterior discusión y votación en el Pleno. De reformarse el artículo, podría haber ventajas tanto para trabajadores como empresas, según estudios científicos e históricos.

La lucha por una semana laboral corta

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es uno de los países en donde más horas se trabajan al año. Los mexicanos trabajan 2 mil 124 horas al año, por encima de Costa Rica (mil 913), Rusia (mil 874) y Japón (mil 598).

Actualmente, varios países de América, especialmente Chile y Colombia, se están planteando reformar por ley la extensión de la jornada laboral, que en algunos lugares como México alcanza extenuantes nueve o diez horas diarias.

En su ensayo “Utopía para realistas”, el historiador holandés Rutger Bregman explica que en la década de los treinta Henry Ford se convirtió en el primer empresario en implementar la semana laboral de cinco días en Estados Unidos.

“Henry Ford, capitalista acérrimo e inventor de la cadena de producción, había descubierto que una semana laboral más corta en realidad incrementaba la productividad entre sus empleados“, señala Bregman.

A partir de entonces, políticos y empresarios comenzaron a luchar por semanas laborales cortas, incluso abogando por una de cuatro días. El futuro, explica el historiador, en ese entonces se veía como uno con abundante tiempo libre y jornadas cortas, pero esto no sucedió.

“En los años ochenta, las reducciones de la semana laboral se detuvieron de golpe. El crecimiento económico no se estaba traduciendo en más tiempo libre, sino en mayor producción”, se lee en el libro.

Para Bregman una posible explicación para este fenómeno es la entrada de la mujer al mercado laboral, quienes— considerando los quehaceres no remunerados del hogar— trabajan en promedio más que los varones.  

“Así como en los años cincuenta las parejas trabajaban un total combinado de cinco a seis días semanales, hoy en día la cifra está más cerca de siete. Al mismo tiempo, ser padres se ha convertido en un trabajo que requiere mucho más tiempo”, afirma el historiador.

Además, la introducción de tecnologías como los smartphones ha provocado que el trabajo se escurra al entorno personal de los trabajadores, por ejemplo teniendo que estar disponible todo el día, monitoreando aspectos laborales con el celular o simplemente laborando horas extras.

En México, no solo se trabajan jornadas extenuantes, sino que el valor monetario del trabajo se ha devaluado. De acuerdo la investigación “Epístola de un pueblo cansado” de Ricardo Balderas, publicado por PODER, desde la introducción de las industrias manufactureras al país “las condiciones que ofrecen las empresas, a los y las trabajadoras, son peores que las de hace algunos años“.

“El promedio de tiempo en que un obrero/a, que labora en la industria de la manufactura, produce el valor total de su salario es de 24.67 minutos. El resto de la jornada, es decir, 455.33 minutos, son la riqueza que termina en manos del empleador“, señala el reportaje.

Las ventajas de una semana laboral más corta 

En el texto “La semana laboral de cuatro días como mecanismo de protección frente a los riesgos psicosociales”, el académico Alberto Pestano Hernández asegura que las largas jornadas de trabajo “se asocian a una multitud de problemas de salud, como hipertensión, trastornos cardiovasculares, reducción de la tolerancia a la glucosa, problemas musculoesqueléticos, estrés, accidentes laborales, incremento de consumo de analgésicos, depresión, o fatiga, y que además pueden aumentar el riesgo de sufrir sobrepeso, fumar y alcoholismo”.

A lo largo del texto, Pestano Hernández, se enfoca en los riesgos psicosociales de las jornadas y semanas laborales extenuantes, mismos que han aumentado en incidencia como resultado de los procesos de digitalización del trabajo.

Por lo anterior, con base en casos de estudio y una revisión de diversas políticas públicas y empresariales, afirma el autor: “reducir la duración de la semana laboral a cuatro días es un mecanismo de prevención eficaz frente a los riesgos psicosociales”.

“Hay entidades y organismos donde se ha implementado la semana laboral de cuatro días con éxito, tanto desde una perspectiva sanitaria como desde una perspectiva económica“, concluye.

En esa misma línea, subraya el historiador Rutger Bregman:

“Las investigaciones apuntan a que alguien que se nutre constantemente de su creatividad puede, en promedio, ser productivo durante no más de seis horas al día. No es ninguna coincidencia que en los países más ricos del mundo, en los que una gran proporción de habitantes poseen educación superior y capacidades creativas, sea también donde más se han reducido las semanas laborales”.

placeholder
Tags: , , , ,

Contenido relacionado

placeholder