“Rosario Castellanos, una precursora del feminismo y adelantada a su época”: Sara Uribe
La escritora e investigadora revisa la obra de Castellanos en el marco de los cien años de su nacimiento.

Por Héctor González
José Emilio Pacheco definió a Rosario Castellanos (1925-1974) como la voz más lúcida de su generación. De origen chiapaneco, la narradora, poeta, ensayista y diplomática, dejó una obra que no ha perdido un ápice de vigencia y que por el contrario, parece ganar cada vez más lectores.
Títulos como Álbum de familia, Oficio de tinieblas, Balún Canán, Ciudad Real o Rito de iniciación, entre otros, se ganaron un lugar dentro del canon mexicano en una época donde la presencia femenina era escasa. “Una de las cosas más importantes que hizo fue poner su mirada sobre dos poblaciones vulneradas por las violencias: las mujeres y los pueblos originarios”, explica Sara Uribe (Querétaro, 1978), autora del libro Rosario Castellanos, materia que arde y de una de las introducciones del volumen recién publicado Cartas a Ricardo (Libros UNAM).
A cien años de una autora esencial para la literatura y el feminismo mexicano, Uribe hace un repaso por los temas y alcances de su trabajo.
¿Qué descubrimiento te supuso la lectura de Cartas a Ricardo, de Rosario Castellanos?
Me parece muy afortunado que Publicaciones UNAM haya reeditado este libro que durante mucho tiempo era inconseguible, y que permite que las lectoras y lectores se acerquen a una Rosario Castellanos inédita. Y digo inédita porque se le conoce sobre todo por su poesía, su ficción y sus ensayos. Estas cartas nos acercan a su intimidad, a la interioridad más neta, más concreta. Rosario es una escritora magnífica, pero también es una mujer llena de contradicciones, complejidades y de una gran afectividad. En la primera etapa de estas cartas encontramos a una estudiante de 25 años que se va a Madrid para realizar sus estudios de posgrado, es una mujer llena de vida y enamorada, no solo de Ricardo, sino de la vida y del conocimiento. Creo que ese es uno de los mayores logros de este libro.
Has estudiado la obra de Rosario Castellanos, ¿qué pieza del rompecabezas encontraste en estas cartas?
Una de las cosas más importantes es que, aunque está relatando sucesos de su vida personal e íntima, también nos muestra una suerte de paisaje del contexto que encuentra. Nos cuenta, por ejemplo, de cuando vio El ladrón de bicicletas, una película icónica; habla de los libros que está leyendo, las pinturas, los museos, los aspectos políticos que se están debatiendo en esos contextos históricos. En la segunda y tercera parte de las cartas, ya en una edad más madura, cuenta cuando se va como profesora visitante a tres universidades de Estados Unidos. Más adelante leemos su regreso a México y los cuidados que da a su hijo y a los de Ricardo Guerra. Además, traza un panorama de cómo es el sistema literario mexicano en esa época y de cuáles son las problemáticas sociales, políticas, económicas del país.
¿Qué es lo que mejor sobrevive de la obra de Rosario Castellanos y qué tanto nos falta por descubrir sobre ella?
La respuesta atraviesa por varias vertientes. Sus cuestionamientos alrededor del feminismo la convierten en una precursora del movimiento en México y en una adelantada a su época. Pensó y reflexionó alrededor de temáticas como la maternidad, sostenía que el trabajo doméstico tenía que ser pagado y valorado; al mismo tiempo se cuestionó mucho cómo tenemos que ser las mujeres, es decir, cuestionó esos mandatos de género que tristemente algunos quieren mantener y que exigen a las mujeres permanecer calladas y dóciles. Esa parte del feminismo sigue muy vigente. Cuestionó las dinámicas de poder y de opresión sobre los pueblos originarios, y en general sobre los grupos más marginados o vulnerables. Varios de sus cuestionamientos son vigentes. Por otro lado, creo que todavía nos falta explorar más sus columnas periodísticas. Hay tres volúmenes que compiló Andrea Reyes, llamados Mujer de Palabras, donde Rosario Castellanos se hace una serie de preguntas sobre política, economía, educación, la vida social y comunitaria. En la parte ensayística todavía hay betas de investigación para descubrir nuevos derroteros en su pensamiento, incluso hace 100 años de su nacimiento.
¿Qué supo hacer Castellanos para que en un medio literario como el de mediados del siglo XX, tan dominado por la presencia masculina, alcanzar el reconocimiento mayor al de otras escritoras de su generación?
Es verdad que tuvo un reconocimiento, en efecto, como bien lo planteas, mayor a otras escritoras de su generación. Sin embargo, no tuvo todo el mismo reconocimiento que sus pares masculinos, esa es un arma de doble filo. Una de las cosas más importantes que hizo fue poner su mirada sobre dos poblaciones vulneradas por las violencias: las mujeres y los pueblos originarios. Eso le abrió puertas porque fue, digamos, algo innovador que quizás sus pares femeninas no estaban haciendo con tanta acuciosidad, pero al mismo tiempo fue lo que le impidió tener el mismo reconocimiento de sus pares masculinos. Al hablar en sus poemas sobre los modos de ser mujer, la maternidad o cuestiones del ámbito doméstico, se le consideraba poco seria, o poco literaria en una época en la que se prefería hablar de aspectos o tópicos “más grandilocuentes o trascendentales”.
En los últimos dos años ha habido varias reediciones de su obra, ¿crees que su obra está tomando un segundo aire?
Rosario Castellanos tiene lectores y lectoras muy fieles. Desde la Cátedra Rosario Castellanos de la UNAM hicimos algunos clubes de lectura y descubrimos mujeres y hombres interesados en su trabajo. Aún así esta coyuntura me parece una excelente oportunidad para llegar a nuevos públicos. Es importante que las nuevas generaciones, sobre todo las más jóvenes, se acerquen y en este sentido Cartas a Ricardo es un vehículo importantísimo para encontrar otra manera de dialogar con ella. Por supuesto su poesía es uno de los canales más importantes para acceder a su trabajo.
Alguien que no ha leído a Rosario Castellanos y quiere empezar a hacerlo, ¿por dónde puede iniciar?
Comencé a leer su poesía cuando tenía 13 años, en una antología llamada Bella dama sin piedad, pero recomiendo que se vayan directamente a Poesía no eres tú, que es una antología que reúne sus 14 libros de poesía. Sugiero este género porque es una manera de entrarle a temáticas que van a sentir muy cotidianas. A quien prefiera la narrativa le sugiero una antología que recién publicó la UNAM, llamada La rueda del hambriento y que está editada por Socorro Venegas. Es una selección de cuentos que les puedo asegurar, los convertirá en adictos a la literatura de Rosario Castellanos.

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