Una gallina degollada en el Senado; Duda sobre el segundo debate presidencial; y más | Columnas Políticas 25/04/2024

“Trascendió” en Milenio

Que la candidata de Morena, PT y Verde a la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México, Clara Brugada, vio como ataque a la libertad de expresión la decisión del Instituto Electoral capitalino que impide a legisladores y directivos de Morena asociar al aspirante de la oposición, Santiago Taboada, con el cártel inmobiliario. “Como lo advertimos: si el PRIAN quiere que no se hable de su corrupción, hacemos un llamado a la ciudadanía para salir a las calles a informar sobre el tema”, dijo la de Iztapalapa.

“Templo Mayor” en Reforma

DE CARA al debate del domingo, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez ya están haciendo rounds de sombra para entrenarse. Los temas que se abordarán permitirán ver tanto coincidencias como diferencias en las propuestas, especialmente de ambas candidatas.

“Bajo Reserva” en El Universal

Asesores legislativos y cronistas parlamentarios del Senado nos hacen notar que, en los más de 200 años de vida de ese órgano legislativo, nunca se había visto que argumentando el respeto a los llama dos “usos y costumbres”, se llegara al extremo de sacrificar en el recinto una gallina. Durante esta legislatura, en el Senado hubo agresiones verbales, groserías, descalificaciones, zacapelas, botargas y todo tipo de circo, pero el degollar y desangrar a una gallina en ofrenda por el Día de la Lluvia, en honor a Tláloc, acto organizado por el senador de Morena Adolfo Gómez Hernández, rebasa cualquier límite. Seguramente, el Poder Ejecutivo dirá que el sacrificio de la gallina no existió y que todo fue un meme, como el de la camiseta de muerte de Morena, o que, en todo caso, es un acto de “libertad religiosa”.

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“Frentes Políticos” en Excélsior

Transparencia en duda. Aunque la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, insista en la integridad del proceso de selección de preguntas para el segundo debate, la sombra de la duda es inevitable. Afirmar que las preguntas grabadas por la ciudadanía no están manipuladas y que fueron sorteadas ante representantes de partidos y candidatos, debería ser suficiente, pero no. En una era donde la confianza en las instituciones pende de un hilo, cualquier garantía necesita más que palabras para ser creíble. Que no se le cargue la mano a ningún candidato. Menuda tarea que deben lograr con total pulcritud. ¿Pueden?