Martín Caparrós desmenuza ‘El hambre’

El periodista argentino ofrece un conjunto de crónicas y testimonios que apelan a hacer conciencia sobre la mala distribución alimentaria en el mundo.

septiembre 23, 2014 9:31 pm Published by

Los números son contundentes: 900 millones de personas no comen lo suficiente en todo el mundo; cada día mueren 25 mil personas en todo el planeta por causas relacionadas con el hambre; además, en 1970 se calculaban 90 millones de desnutridos en todo África, y en 2010 esa cifra se elevó a 400 millones. ¿Qué hay detrás del hambre? Durante cinco años el periodista argentino Martín Caparrós viajó por el mundo para recabar la información de lo que hoy es El hambre (Planeta), un volumen amplio sobre un tema que nos atañe a todos.

¿Se come igual después de haber escrito El hambre?
Sí, pero con más conciencia de mi privilegio. Me dedico a contar cosas que me importan, si tengo suerte ayudarán a cambiar aunque sea un poquito a algunas personas. Dentro de esto me encuentro situaciones que me alegran, cabrean o frustran. Sería un poco triste hacer periodismo si uno no se ilusionara con lo que hace.

¿Qué lo emocionó de este libro?
Algunas situaciones. Encontré a una mujer en Bangladesh que no tenía comida y para que sus hijos creyeran que les daban de comer ponía unas piedras en la estufa… en fin son tantas cosas.

Viajó por distintos países buscando casos de hambre extrema, ¿cómo llega a Chicago y Estados Unidos?
El origen del hambre está en la concentración de la riqueza, sea monetaria o alimenticia. De modo que me pareció pertinente ir al lugar donde se fija el precio de la materia prima alimentaria y que es la Bolsa de Chicago. Quería mostrar el impacto puede tener un lugar como este en Níger.

¿Hacen falta testimonios o soluciones?
Faltan soluciones y mi forma de contribuir a encontrarlas es escribiendo e investigando. Es una forma de reivindicar mi inconformidad. Mi intención era plantear algunos ejemplos que me sirvieron para mostrar distintas formas en que el hambre funciona. Pero no sólo se trata de mirar, sino entender por qué y eventualmente, en el mejor de los casos, tratar de pensar cómo se podría solucionar.

¿Cuándo habla de solución a qué se refiere?
La solución llegará cuando podamos organizar una sociedad donde se inadmisible no comer. Pese al tono del libro, créeme que soy optimista. Hubo un momento donde entendimos que la esclavitud o las dictaduras eran malas, lo mismo pasará con el hambre. El problema es que esto llevará tiempo. Mientras queda la dádiva o la limosna, eso soluciona algunas cosas pero no resuelve el problema. Quizá como sociedad nos hace falta convencernos de que es algo inadmisible. Tal vez tendríamos que alzar más la voz contra el hambre.

Entiendo que es optimista, incluso cuando se podría decir que la conclusión de su libro es idealista…
Este libro es un panfletario porque es verdad que me gustaría mover conciencias e incluso incitar a la acción, pero tampoco me hago demasiadas ilusiones porque después de todo es solo un libro.

¿Un libro como El hambre, lo cambió?
Creo que todavía es pronto para decirlo pero me da la impresión de que no lo olvidaré. Los efectos me durarán mucho más. Lo que uno pueda hacer aunque sea chico vale la pena hacerlo.

Es un problema político que va más allá de los partidos políticos…
Claro, el gran engaño contemporáneo es que los partidos políticos y el sistema democrático se han empeñado en convencernos de que la política es la farsa que ellos llevan a cabo. La política es algo más importante y debe contribuir a que novecientos millones de personas que no comen, consigan alimento.

¿Los recursos narrativos para un texto cambian según si es crónica o reportaje?
Sí, los determina el tema. En el caso de El hambre me hice el propósito de cuidarme de los adjetivos o de los subrayados porque de por si cada historia es dramática y no quería contar culebrones.

Las nuevas tecnologías, el tránsito a los medios digitales, Snowden, Wikileaks, ¿qué tipo de reformulación se está viendo en el periodismo?
Todas son herramientas. Creo que la reformulación del periodismo va por otro lado. A los periodistas es una realidad que les falta leer, no concibo como creen que se puede escribir sin leer. Snowden o Wikileaks son fuentes, uno empieza a hacer periodismo a partir del proceso de la información y de que la contamos de una manera interesante y legible. Por otro lado, últimamente se le da mucha importancia al descubrimiento de lo oculto como eje del trabajo periodístico y está bien, pero hay tantas cosas que no hay que descubrir solo nos falta relacionar y entender. Está bien hurgar en los secretos pero lo que a mí me gusta es tratar de mirar lo que está manifiesto y a partir de ahí entender el mundo en que vivimos.

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