Mexicali: Primera línea de defensa de nuestro derecho al agua (Artículo)
“Ojalá el Presidente comprenda pronto que el derecho al agua no puede ser acomodado repartiendo concesiones”, escriben Pedro Moctezuma Barragán y Elena Burns.
Por Pedro Moctezuma Barragán y Elena Burns
“El agua es vida” cobra sentido en Mexicali como en pocos lugares: Sus temperaturas llegan a 50o, la lluvia que recibe anualmente no llenaría ni media taza (3.6 cm), sus acuíferos son sobreexplotados, y vedados desde los años 50. La sobrevivencia de sus habitantes depende de lo que EEUU permite llegar del Río Colorado, y este sediento vecino ya ha empezado a repensar sus compromisos con México.
Por esto Mexicali nos permite presenciar la emergencia de la capacidad para hacer respetar el derecho humano al agua, así como todos los intereses e inercias que esta voluntad fundamental tiene que enfrentar. La población se ha opuesto al proyecto cervecero de Constellation Brands por todos los medios posibles: foros, marchas, plantones, amparos, artículos en prensa, mesas de diálogo, la solicitud de un plebiscito (desechado por las autoridades electorales por “intrascendente”) y finalmente una queja ante la CNDH.
La Recomendación 01/2020 de la CNDH determinó que Constellation Brands representa una violación del derecho humano al agua y emitió recomendaciones para la Conagua y el Gobierno BC, las cuales hasta la fecha no han sido aceptadas. Más bien, la Conagua y la Segob están realizando este fin de semana una “consulta” completa con acarreados, sobornos e información sesgada a favor de la empresa. Por su lado, el IMTA, la Conacyt y la Semarnat han generado declaraciones e infografías que exhiben claramente los riesgos que este proyecto representa para la región.
¿Cómo llegamos a este punto? En 2018 el actual Presidente conoció las comunidades cuyas aguas estaban amenazadas: en Mexicali, Huexca, la Huasteca Potosina, Mazapil… Escuchó cómo las administraciones anteriores habían firmados contratos leoninos con intereses ajenos que sacrificaban su futuro. Con valor, Andrés Manuel López Obrador se comprometió, y recibió el mandato electoral.
Ahora, sin embargo, estas mismas comunidades se encuentran nuevamente frente a un gobierno que defiende a los usurpadores del agua. Les pide comprender la situación de empresas que violaron la normatividad a cada paso de sus proyectos. Les comparte números apócrifos. Les explica que hay que confiar y ceder, por el bien del país.
¿Qué habrá causado este cambio tan abrupto? ¿Será producto de las presiones de inversionistas que amenazan con subvertir la economía? ¿Qué beneficios podrían ofrecer que justificaría el sacrificio de nuestras aguas? Si esta administración con todo el aval que recibió no puede defender nuestro derecho al agua, ningún gobierno por sí solo podrá.
Afortunadamente, el derecho humano al agua en nuestra Carta Magna y en instrumentos internacionales es poderoso y de gran alcance. No se trata de una obligación más, medida en litros, para un gobierno agobiado y con poco presupuesto.
Más bien, se trata de un nuevo modelo de manejo del agua, a establecerse con la Ley General de Aguas, en donde la ciudadanía participará junto con el gobierno para lograr el acceso equitativo y sustentable al agua, respetando el derecho de los pueblos a la autodeterminación sobre sus aguas. Los actos de autoridad tendrán que fundamentarse en este derecho. Este cambio, mandatado por nuestra Carta Magna, está preparándose en ambas cámaras de la Legislatura y está fogueándose en lugares de extrema crisis hídrica como Mexicali.
Ojalá el Presidente comprenda pronto que el derecho al agua no puede ser acomodado repartiendo concesiones, construyendo trasvases ni incorporando una botella en la canasta básica. La solución en puerta es el pronto reemplazo de la ley de aguas de Salinas con una Ley General centrada en los derechos humanos.
La “consulta” en Mexicali y el Día Internacional del Agua este fin de semana pasarán. Pero la lucha por el agua es una fuerza inagotable. Con un nuevo marco legal e institucional, nos podremos alinear para la defensa de la vida y la construcción del Buen Gobierno del Agua en Mexicali y en todo el país.