Una tarde con Quino

En el marco del reconocimiento Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, retomamos una entrevista con Quino realizada durante una de su visita a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara de 2003.

mayo 21, 2014 8:19 pm Published by

“Hoy entré al mundo por la muerta trasera”, dice en alguna tira Mafalda. Gracias a frases como esta y aun trazo elegante y bien trabajado, el personaje entró por la puerta grande a la posteridad. Bastaron nueve años, su periodo de vida fue de 1964 a 1973, para que la historieta de Joaquín Salvador “Quino”, recién ganador del Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades, se convirtiera en un hito del humor y la caricatura hispanoamericana.

Hace poco más de diez años, se realizó la entrevista fue en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Debió ser una tarde con sol de justicia porque el caricaturista pidió una cerveza que supo a “gloria”, dijo. Entonces, apenas rebasaba los setenta años. “Comparando con lo que hago ahora con mis primeros libros, puedo decir que la evolución ha similar a la Woody Allen. Sus primeras películas eran muy graciosas pero menos profundas que las que hace ahora. Creo que a todos nos pasa eso”.

Harto de contar las mismas historias, pidió evitar hablar de Mafalda. A cambio accedió a contar lo que quisiera. El primer tema fue el cine, se confesó admirador de Ridley Scott, de los hermanos Kaurismaki, de Michael Moore.

Recordó los días de la dictadura, “En las redacciones me dijeron que sobre religión, militarismo y sexo no se podía hacer nada. Me impusieron una censura antes de empezar a trabajar”, fue así como aprendió a evitar la crítica evidente, descubrió el efectividad del doble sentido. “Veo lo social y lo político en todos los actos de mi la vida”.

El dictamen del jurado del certamen, presidido por Víctor García de la Concha, explica: “Los lúcidos mensajes de la famosa tira cómica siguen vigentes por combinar con  sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento”.

“Quino”, quizá como ningún otro caricaturista latino derribó fronteras. Su gracia escapó de localismos e impactó de Tijuana a la Patagonia. Demostró que Latinoamérica padece los mismos dolores. “¿Cómo sería una historieta actual de América Latina?”, preguntó el reportero. Su respuesta podría ser una declaración de ayer: “Sería muy dramática. El protagonista sería un personaje al cual han forzado a cambiar su identidad. Ese es el drama más grande que se puede tener, sobre todo en el caso de los países con raíces indígenas como México y todos los de Centroamérica, que padecen una cultura impuesta. Y los países de raíces inmigratorias como Argentina, Chile o Uruguay, que retiramos a todos los indios, enfrentamos el problema de que aún después de tantos años seguimos sin encontrar una identidad”.

Aquella tarde terminó dos cervezas después. La entrevista se publicó en febrero de 2004. “Quino” ha vuelto una vez más a México. El año pasado se planeó un homenaje en la Feria Internacional del Libro de Oaxaca, pero canceló por cuestiones de salud. El recuerdo y la cita de sus palabras es la posdata a un premio, importante sin duda, pero que no hace más que confirmar algo que quienes lo han leído ya sabían.

Entrevista publicada hace 10 años, en la revista fundada por Raúl Trejo Delarbre.

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