Elena Poniatowska celebra su cumpleaños en el Palacio de Bellas Artes
“Elena puede decir las cosas más duras y certeras con la sonrisa de la niña”, dijo Jenaro Villamil.
La escritora Elena Poniatowska celebró con familiares, amigos, intelectuales, adultos y jóvenes lectores, compañeros de lucha social y literaria, su cumpleaños 90 en el Palacio de Bellas Artes.
Durante el homenaje, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero subrayó su capacidad para preguntas como una niña, “aún a tus 90, la niña pregunta sin filtros, sin dobles agendas, pero con profunda sabiduría”.
La funcionara agradeció los aportes de escritora a la cultura del país, “gracias por dejarnos celebrar tu vida, tus causas, tus luminosos trazos hechos letra que han pintado a todo México; nos has dado tanto Elena que hoy solo te toca dar y recibir. Feliz cumpleaños”.
Por su parte, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó que la escritora y periodista Elena Poniatowska es un símbolo que tomó partido por los estudiantes reprimidos por un régimen represivo en 1968 y 1971 y que además ha dado voz a las mujeres y a los movimientos sociales que han forjado la historia de México.
En su oportunidad, el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil Rodríguez agregó que Poniatowska “es nuestra antorcha: nos ilumina, nos alumbra, nos deslumbra con la lucidez de su sencillez, con la perseverancia de la congruencia y la valentía que no se disfraza, ni utiliza poses. Elena, nuestra Elenísima puede decir las cosas más duras y certeras con la sonrisa de la niña eterna que te caracteriza“.
Elena Poniatowska en tanto agradeció el homenaje , “gracias es una palabra muy bella y se las digo desde el fondo del corazón”.
De forma previa, Poniatowska Amor inauguró la exposición Elena y sus causas, la cual se conforma por 22 obras realizadas por el Semillero creativo de Pintura en Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, y aborda dos facetas de la vida y obra de la escritora: Elena soñadora y Elena luchadora. En la primera, se refleja su fascinación por el cielo a partir de los textos La vendedora de nubes y El niño estrellero. Mientras que en la segunda se plasman las diversas aproximaciones por las causas sociales en obras como Hasta no verte Jesús mío, La noche de Tlatelolco y El tren pasa primero.