Joven sicario que asesinó a más de 100 personas colaboró con la policía: historia de NYT

El joven fue reclutado por Guerreros Unidos y sometido a un entrenamiento que incluyó el homicidio de jóvenes que no cooperaban y el desmembramiento de cadáveres.

diciembre 17, 2019 7:05 am Published by

Un sicario de 22 años que asegura haber participado en el homicidio de 100 personas en Morelos y Guerrero colaboró como ‘testigo protegido’ para lograr 100 condenas, según una historia que publicó The New York Times.

La estrategia fue implementada por Alberto Capella, quien se desempeñó como titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Morelos de septiembre de 2016 a septiembre de 2018.

El mando policial tomó la decisión sin tener el respaldo de un programa oficial de testigos protegidos, sin papeleo ni firmas. Fue un “pacto de caballeros”, dice el reportaje.

El reportaje firmado por Azam Ahmed y Paulina Villegas indica que el sicario fue reclutado por Guerreros Unidos y sometido a un entrenamiento en las montañas que incluyó el desmembramiento de cuerpos.

La guerra entre cárteles de la droga lo llevó a trabajar para Los Rojos, la organización liderada por Santiago Mazari, donde se dedicó a asesinar a enemigos o posibles informantes de la policía.

Durante el reportaje, el sicario reconoce que también asesinó a personas que no tenían ningún vínculo con organizaciones criminales.

El hombre fue detenido en un operativo de la policía morelense.

Entre sus pertenencias le encontraron un celular con fotos y videos de sus crímenes, lo cual utilizaron para negociar su participación como testigo protegido.

Durante su colaboración ayudó a aclarar crímenes, dar testimonio sobre líderes criminales y plantear pruebas para procesos judiciales, según el reportaje.

El joven sicario comenzó a ser visitado por un pastor cristiano y se entregó a la Biblia con fervor, “una conversión tan común que es casi un cliché en el mundo de las pandillas y los carteles”, dice el reportaje.

La estrategia de testigos se amplió y durante un tiempo lograron reclutar a varios jóvenes que confesaban sus violentos crímenes tras cantar alabanzas cristianas.

Tras dos años de operar el esquema, Capella renunció al cargo y aceptó encabezar la policía de Quintana Roo, con lo cual los jóvenes que cooperaron con las autoridades se quedaron sin apoyo y comenzaron a escapar o buscar otras otras opciones.

El sicario logró escapar cuando se enteró que un fiscal pensaba procesarlo por sus delitos. Poco después, unos hombres armados llegaron al puesto de tacos de su familia y asesinaron a su hermano, quien nunca estuvo involucrado en el narcotráfico.

placeholder

Contenido relacionado

placeholder