EPN no sabe que no sabe

“Un préstamo”, “un amigo” “una sola vez” no lo compro no sólo yo, sino el imaginario colectivo por lo forzada de la situación: Ernesto Villanueva

agosto 17, 2016 7:38 am Published by

En la primera parte de la entrevista con Joaquín López Dóriga, en el marco de su última semana como titular del noticiero estelar de Televisa, el presidente Enrique Peña Nieto, en lugar de aclarar o responder con un sentido racional en un contexto explosivo por su caída libre en el ánimo de los mexicanos, se enreda y acaba por hundirse aún más, generando una nueva nota con efecto bumerang para su maltrecha imagen. Y la verdad no es fácil caer en ese enredo si se considera que esa entrevista se da en un ambiente controlado, pactado y asesorado por sus expertos en comunicación. EPN, empero, logra caer a niveles que una persona con una inteligencia promedio estaría impedida por su instinto natural de conservación. En efecto, veamos cuatro aspectos que desde mi punto de vista tuvo esa entrevista.

1.- Joaquín López Dóriga abre con una afirmación, que es hoy una premisa comprobable y le dice a EPN: “El primer hecho que es determinante para la calificación y percepción de su gestión, de corrupción, es el tema de la llamada Casa Blanca”. Y EPN reacciona: a) “No se trató de una ilegalidad”; b) “No sólo se trata de actuar con apego a la legalidad, sino evitar y más cuando se trata del Presidente de evitar que haya un hecho que involucre un tema de percepción” (eso pudiera parecer que lo entendió tres años después, cuando debe ser un punto de partida inicial en el ejercicio del poder) y de ahí fallidamente busca hacer de la debilidad su fortaleza, pero le sale mal, habida cuenta que sí fue una ilegalidad y el sistema nacional anticorrupción al que se refiere es más de lo mismo: los posibles investigados designan a los investigadores.

2.- EPN acepta lo que su vocero desmintió inicialmente sobre el nuevo escándalo que envuelve a la primera dama y a él con el departamento de Miami: “Es un amigo que está allá y que efectivamente le hizo un favor. Una única ocasión de 11 años que tiene la propiedad, en una única ocasión porque mi esposa estaba aquí y le dijo: ‘¿Oye, puedes cubrir el impuesto predial? Yo te lo cubro aquí’”, dijo Peña. “Como de hecho ocurrió”. (Entonces no entendió realmente que los hechos y la percepción son simétricos) De la lectura de esta respuesta, cualquier gobernante en una democracia que como dice el viejo adagio “la mujer del César no sólo debe ser, sino parecer”.

“Un préstamo”, “un amigo” “una sola vez” no lo compro no sólo yo, sino el imaginario colectivo por lo forzada de la situación. Quizá buena parte de la comunidad no sepa qué signifique el concepto de conflicto de interés (obtener una ventaja personal a cambio de una decisión, comentario o juicio que pueda- ojo sólo pueda no necesariamente se tiene que llevar a efecto para que se genere el conflicto de interés-influir para que un tercero pueda ser favorecido al margen de la ley o se perciba al menos que así es) pero intuye que eso no huele bien. ¿Préstamo válido? Posiblemente el de su madre, padre, hermano o descendientes, ¿pero un “amigo”? por favor.

3.- La nota de The Guardian es “una calumnia” “una infamia” dice EPN. Se advierte que el presidente no sabe o no quiere saber cómo a partir de esa nota el asunto se ha investigado exhaustivamente por los medios. Hasta este momento ha quedado claro que un tercero sí pago el predial del departamento de la “primera dama”; que ésta y su familia ocupan en sus estancias en Miami los dos departamentos, el 304 y el 404. Además de The Guardian, Univisión, CNN y un interesante y claro texto de Sanjuana Martínez deja claro que la nota original de The Guardian ha observado los parámetros de la ética periodística en la cobertura de casos de interés público y, por ende, los legales. En este asunto, cabe recordar que la veracidad no es la verdad en sí misma.

El Tribunal Constitucional de España distingue la veracidad, de entrada, de la “verdad”. Dice el Alto Tribunal: “las afirmaciones erróneas son inevitables en un debate libre, de tal forma que, de imponerse la verdad como condición para el reconocimiento del derecho, la única garantía de la seguridad jurídica sería el silencio” (STC 6/1988). Para ese Tribunal la veracidad se satisface con “un específico deber de diligencia en la comprobación razonable de su veracidad en el sentido de que la información rectamente obtenida y difundida es digna de protección”. Y, por el contrario, no es digna de protección cuando los informadores “actúan con menosprecio de la veracidad o falsedad de lo comunicado, comportándose de manera negligente e irresponsable al transmitir como hechos verdaderos simples rumores carentes de toda constatación o meras invenciones o insinuaciones insidiosas” (STC 171/1990). La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha recogido casi textualmente la postura del TC español. Como todo mundo sabe, The Guardian, Univisión,CNN y Sanjuana Martínez han mostrado el sustento material de sus dichos e identifican a sus fuentes que corroboran lo que se afirma en sus respectivos reportajes. Por ende, no hay delito o ilícito que perseguir.

4.- Ya no sé si es cinismo el de EPN o, en realidad, es un problema igual de grave: No sabe que no sabe. Si a eso se agrega un déficit cognitivo la combinación arroja una bomba altamente explosiva para la gobernabilidad democrática del país. He dedicado varios textos en Proceso sobre la salud de los gobernantes. Hoy me parece todavía más pertinente y oportuno legislar sobre el tema tanto por lo que hace a la salud física como a la mental, que es más compleja pero imprescindible para gobernar un país. Hay al menos indicios de que el caso de la “Casa Blanca” hizo las veces de detonador de algún trastorno de la personalidad de EPN, que pudo impactar su Sistema Nervioso Central. Y es que a partir de ahí no ha podido articular un tejido argumentativo (lo de sus limitaciones cognitivas ya se había visto por supuesto) ni generar decisiones racionales y coherentes lo que ha dinamitado la imagen de su gobierno, pero lo grave es que se está llevando al país en su caída.

Pd. La obra Los parásitos del poder. Cuánto cuesta a los mexicanos mantener los privilegios de los expresidentes, de la autoría de Hilda Nucci y mía, editado por Proceso ediciones, se ha reimpreso y ya se encuentra en librerías, aeropuertos y locales cerrados.

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