Argentina libera a su última elefanta en cautiverio, mientras en México celebran encierro de Ely
El proceso de preparación para el traslado de Kenya comenzó hace siete años, con un entrenamiento paulatino para que colabore en sus revisiones veterinarias.

El último elefante en cautiverio en Argentina, que vivía en el Ecoparque de Mendoza, llegó el miércoles 9 de julio a su nuevo hogar, el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), en el estado de Mato Grosso, centro-oeste del país, tras cinco días de viaje por carretera.
Se trata de Kenya, una elefanta africana de 44 años que, antes de cumplir un lustro, fue separada de su madre y vivió gran parte de su vida en soledad por ser considerada “agresiva”, según información del SEB.
Llegó desde un zoológico alemán a la provincia de Mendoza con cuatro años, donde vivió toda su vida aislada en un recinto del exzoológico de la ciudad, creado en 1903 y luego devenido en un parque destinado a la protección de la flora y la fauna autóctona de la región Cuyo.
El proceso de preparación para el traslado de más de 3,600 kilómetros de Kenya hasta el Santuario comenzó hace siete años, con un entrenamiento paulatino para que colabore en sus revisiones veterinarias y se familiarice con el contenedor en el que pasó sus últimos cinco días.

Vista del Santuario de Brasil. Foto: Proyecto ELE.
El contenedor donde fue trasladada Kenya estaba equipado con una cámara de video que le permitió a los cuidadores mantener un monitoreo constante del animal, que al principio se mostró desconfiado de entrar a la caja de transporte sobre el camión.
Tras una cuarentena para ver cómo se adapta a su nuevo entorno en libertad, la nueva huésped del Santuario pasará a compartir espacio con otra paquiderma de origen africano, Pupy, que también llegó desde Argentina en abril, aunque del Ecoparque de Buenos Aires.
Ambas estarán separadas de los mamíferos de origen asiático, de los cuales el Santuario cuenta con cinco, entre ellas Pocha, de 65 años, y Guillermina, de 23, madre e hija, también originarias de la provincia argentina de Mendoza, que viven en el santuario brasileño hace tres años.

Fotos: Proyecto ELE
Tamy, de 55 años, padre de Guillermina, murió a fines de junio mientras se preparaba para encarar su viaje al Santuario.
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El Santuario, creado en 2015, cuenta con más de 1,500 hectáreas para acoger a elefantes recogidos de circos y zoológicos, y le ofrece a sus huéspedes una amplia área con vegetación natural cercada por tubos de acero, sin sistemas eléctricos o alambres de púas que pudieran herir a los animales, en la que conviven con otras especies en el mismo ecosistema.
En México, la Corte falla contra Ely y AZCARM celebra
Mientras Argentina celebraba la liberación de su último elefante en cautiverio, la Suprema Corte de Justicia de México negó, sin discutir su fondo, el amparo que buscaba el reconocimiento de la elefanta Ely como “persona no humana” y así garantizar su derecho a una vida fuera de cautiverio.

Foto: Ana Karen ‘Río’ de la Torre
El proyecto de resolución se realizó sin discutir los “verdaderos puntos de trascendencia” planteados en el juicio de amparo y violando principios procesales, según Susana Ramírez Terrazas, la abogada y activista que interpuso el recurso legal y por años ha luchado por la liberación de Ely hacia un santuario.
La Primera Sala del Máximo Tribunal argumentó para cerrar el juicio que la causa ya había sido resuelta por la Segunda Sala en otro amparo, identificado con el numeral 697/2024.
Este segundo amparo fue promovido en 2024 por el abogado Marcos Czacki. La Segunda Sala del Máximo Tribunal fue la encargada de analizar el caso y determinó que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) deben coordinarse eficazmente con la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) para garantizar el bienestar integral de la elefanta Ely.
Además, la sentencia sienta las bases para la posible libertad de Ely: “Si no es posible tal circunstancia, que se haga valer su derecho a una vida libre de violencia y en general a las especies que estén en las mismas condiciones en México para que gocen de una vida acorde a su especie de acuerdo con sus instintos naturales por el hecho de que son seres sintientes”.

Foto: Ana Karen ‘Río’ de la Torre
Con base en esto, la Primera Sala desestimó el amparo promovido por Susana Ramírez. Sin embargo, para ella esta decisión es inválida pues el fondo de ambos amparos es distinto.
Ramírez Terrazas acusa a la Corte de no abordar los puntos de fondo, como el hecho de que Ely debería ser considerada una “persona no humana” con derecho a vivir libre en un entorno natural, y no simplemente como un objeto en exhibición. También critica que el proyecto pretende dar solución mínima enfocada solo en su alimentación y cuidado, sin considerar el daño psicológico y físico que causa su encierro en el Zoológico de San Juan de Aragón, Ciudad de México, en el cual se han documentado condiciones precarias para sus animales.
Por otro lado, la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) celebró el fallo de la Corte.
La organización tildó como “triunfo de la verdad, el conocimiento científico y la gran labor de las instituciones zoológicas” la resolución de la Corte.

Foto: Ana Karen ‘Río’ de la Torre
Según la asociación, especialistas advierten sobre el aumento en los índices de mortalidad de elefantes reubicados desde zoológicos acreditados a santuarios en el extranjero. Argumentan que, si bien la idea de espacios más grandes puede parecer atractiva, estos entornos a menudo carecen del control, la supervisión especializada y los cuidados médicos constantes que, dicen, garantizan los zoológicos.
Para un ejemplar de edad avanzada como Ely, que ha pasado más de una década bajo cuidado humano controlado, los riesgos se magnifican. “Hablamos de un animal que ha desarrollado rutinas, vínculos afectivos con sus cuidadores y una completa adaptación fisiológica y psicológica a su entorno”, explica el comunicado de AZCARM. “Un cambio tan drástico a un espacio desconocido, con dinámicas sociales diferentes y menor supervisión directa, puede generar un nivel de estrés extremo, con complicaciones de salud que podrían ser fatales”.
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Ernesto Zazueta, presidente de la AZCARM, señaló que “la intención de brindar una vida mejor a los elefantes es noble, pero debe ir acompañada de un análisis riguroso y no de sentimentalismos. Las decisiones sobre el manejo de fauna silvestre deben basarse en datos científicos, médicos y etológicos sólidos”.

Foto: Anima Naturalis
Zazueta ha sido vinculado a redes de tráfico de animales según investigaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales reportadas en medios de comunicación.
La ciencia detrás de los traslados a santuarios
“Sería catastrófico: Ely moriría en el viaje. Son kilómetros y kilómetros”, afirmó Alinka Vannesa Olea y Wagner, entonces directora del Zoológico Aragón, sobre la posibilidad de trasladar a Ely al santuario brasileño para el reportaje El paso lento de Ely, la elefante más triste del mundo
Para ella, la loxodonta africana cuenta con todos los cuidados para desenvolverse plenamente, aún en cautiverio, y no vale la pena arriesgarla a un viaje que podría costarle la vida.
“Eso es un lugar común que usan todos los zoológicos del mundo para no liberar a sus elefantes”, revira Scott Blais, director del Santuario de elefantes de Brasil, el único de su tipo acreditado en Sudamérica.

El recinto de Ely, Gipsy y Annie en el zoológico de Aragón. Foto: SEDEMA
“Ningún elefante ha muerto durante los traslados que hemos hecho”, enfatiza el experto canadiense al ser consultado por Aristegui Noticias. “Hemos movido a docenas de elefantes en Norteamérica, nueve en Argentina y uno en Chile mediante avión”.
“Primero deben pasar rigurosos estudios de salud psicológica y física. Después, nuestros expertos trabajan en conjunto con sus cuidadores para preparar al animal– por ejemplo, se preparan dietas especiales– y así asegurar el éxito del viaje. El proceso de mudanza puede cancelarse en cualquier momento si el bienestar del animal se ve amenazado”, explica.
Al santuario que dirige Blais han llegado elefantes mucho más viejos y en peores condiciones que Ely. “Hemos logrado trasladar, rehabilitar e incorporar al nuevo hábitat a elefantes ciegos, desnutridos y con muchas enfermedades”, afirma.
(Con información de EFE)

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