“El asesinato de Colosio me sirvió de pretexto para reflexionar sobre el fracaso”: Artemio Narro
En su película ‘ColOZio’, hace una revisión libre y “debrayada” del episodio de 1994.

Por Héctor González
En 1994, el candidato presidencial por el PRI, Luis Donaldo Colosio era visto por muchos como una alternativa para un cambio, sin embargo, su asesinato ocurrido el 23 de diciembre de aquel año dejó al país en un estado de duelo. A partir de aquella historia, el director Artemio Narro se propuso contar una historia provocadora e irreverente.
Su película ColOZio, comienza tres días antes con una profecía de los amigos viajeros Diego y Gael: salvar a Colosio de la muerte. A partir de hechos reales el realizador mezcla animación con realismo, para crear una película que, sin dejar de ser divertida, busca planear una reflexión sobre el fracaso.
¿Qué te lleva a hacer tu versión del asesinato de Luis Donaldo Colosio?
Cuando matan a Colosio yo era un adolescente muy desbalagado, estaba haciendo prácticamente lo mismo que los personajes de Diego y Gael en la película. Me parecía graciosa la idea de dos amigos que están viendo la televisión y de pronto deciden que tienen que ir a salvar al candidato. Durante muchos años me acompañó esta idea. Cuando terminé mi primera película Me quedo contigo, pasé un año buscando que me la aceptaran en festivales, en ese periodo me hice experto en el fracaso y también aproveché para darle forma a la historia. Le hablé a mi amiga, María González de León, quien sabe traducir mi cabeza y de ese proceso salió la película.
Al final te tomas muchas libertades sobre este episodio, incluso incorporas animación.
Para mí el asesinato de Colosio es un pretexto para reflexionar sobre el fracaso, el fracaso que somos como nación y como individuos o humanidad. La anécdota encaja muy bien porque a quienes nos tocó vivirlo se nos quedó la idea de que Colosio sería el gran salvador del país, cuando la realidad es que tampoco lo sabíamos. Había una sensación de arrebato de un sueño, tal como pasa en los mundiales de futbol. Además, tenía como referente La Odisea y su representación lo heroico, así como al Mago de Oz, en donde todos los personajes quieren ir a Oz para sacar un beneficio personal, un rasgo que me parece característico de nosotros. Es decir, quería hacer una licuadora con eso, pero debrayada y divertida; un viaje sensorial para el espectador. Al final todas mis películas son una amalgama de distintas cosas. Me gusta hacer homenajes y tomar elementos de aquí y de allá porque así es mi obra como artista plástico, los créditos por ejemplo son un tributo a la película de El submarino amarillo.
Es también clara la referencia a Beavis y Butt-Head.
Claro, como también a Thelma & Louise, Miedo y asco en Las Vegas o Y tu mamá también. La pareja de amigos es una fórmula que nos permite un juego y que los personajes vayan de un lado a otro.
La idea del “que hubiera pasado si”, ¿es una constante del mexicano?
Sí, pero es una constante desde que México surge como nación. La ausencia de reflexión y autocrítica nos tiene este loop de constante estancamiento.
La película es ante todo una provocación, ¿crees que al cine mexicano le falta ser más subversivo?
Al cine mexicano le faltan muchas cosas, la primera entender que no estamos ilustrando cuentos nada más. El cine es un lenguaje visual que permite jugar con los tiempos y espacios visuales. Nuestro cine es en exceso narrativo, está obsesionado con contar una historia de A a B, no damos espacio al juego ni a los sueños.

Contenido relacionado
