¿De dónde viene la renovada ola anti-LGBTI+ en EU? | Artículo

Lo ocurrido durante este mes del orgullo LGBTI+ en Estados Unidos lleva a poner una pregunta sobre la mesa: ¿por qué, contra todo pronóstico, un tema que parecía zanjado, para bien, ha reemergido en estos momentos?

junio 15, 2023 8:01 am Published by

Por Antonio Salgado Borge

Cuando se trata de derechos humanos y progreso ético, es fácil perder lo ganado. Si alguien lo pone en duda, basta con mirar el renovado impulso que ha tomado el activismo contra las personas LGBTI+ en Estados Unidos.

Mientras en las principales democracias liberales supermercados, bancos, hospitales y universidades están tapizadas con la bandera del arcoíris e imágenes celebrando el mes del orgullo, cada vez son más las empresas estadounidenses que han retirado o se han abstenido de utilizar este tipo de motivos.

Buena parte de los análisis sobre este fenómeno se han centrado en la mezquindad exhibida por algunas empresas. Es fácil ver que si una compañía decide eliminar una campaña por las protestas de grupos conservadores o se abstiene por miedo a la posibilidad de enfrentarlas, entonces nunca tuvo un auténtico compromiso con esta causa.

Te puede interesar > Campaña de Trump 2024 recauda 7 mdd desde acusaciones por documentos

Sin embargo, me parece que existe una pregunta fundamental que no debemos perder de vista y que, lo ocurrido durante este mes del orgullo LGBTI+ en Estados Unidos permite poner sobre la mesa: ¿por qué, contra todo pronóstico, un tema que parecía zanjado, para bien, ha reemergido en estos momentos?

Para responder a esta pregunta, es necesario empezar haciendo un breve recuento. Durante muchos años, en Estados Unidos y otras partes del mundo (como Reino Unido), grupos pro-derechos dieron una valiente batalla que terminó en el reconocimiento pleno de los derechos de las personas LGBTI+, incluyendo su derecho al matrimonio.

Y triunfaron. Además, como suele suceder con los derechos humanos, una vez reconocido este derecho la aceptación del público al matrimonio igualitario en concreto y a las personas homosexuales ha aumentado significativamente. Actualmente, 71% de las personas estadounidenses está de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo.

También se ha duplicado el porcentaje de personas, principalmente jóvenes, que se declaran LGBTI, un fenómeno cuya explicación más razonable es, precisamente, la mayor aceptación y apertura de la sociedad a individuos que no son heterosexuales.

Este progreso juega un papel importante cuando se trata de explicar la nueva fuerza que el discurso anti-LGBTI+ ha tomado en Estados Unidos. Este es el caso, porque tras lograr abrir puertas y ver reconocidos derechos, los activistas y las organizaciones no se quedaron cruzados de brazos; conscientes de la opresión que sufren las personas trans, enfocaron parte de sus estructuras y baterías en defender sus derechos.

Estos esfuerzos abrieron un resquicio a los grupos anti-derechos. En concreto, organizaciones, activistas y políticos conservadores en Estados Unidos impulsaron, particularmente en estados que votan normalmente por el Partido Republicano, leyes anti-trans. Quizás el ejemplo más famoso fue la llamada “Bathroom Bill” de Carolina del Norte, que buscaba prohibir a personas trans utilizar el baño acorde a su identidad de género.

Te puede interesar > Los jesuitas expulsan a Rupnik, el sacerdote artista acusado de abusos a religiosas

En un inicio, su fracaso fue rotundo. El público no encontró relevante el tema de los baños o los gritos de alarma de estos grupos. La estrategia incluso les resultó contraproducente, pues varias empresas decidieron manifestar su apoyo a las personas trans y amenazaron con abandonar los estados donde se promovieron este tipo de leyes.

Derrotados, los grupos conservadores regresaron al pizarrón de estrategias. Y, después de hacer varias encuestas, concluyeron que el tema de los derechos trans puede inflamar particularmente cuando se presenta como una amenaza para las niñas y los niños.

Este tipo de táctica no es nueva. Por ejemplo, es de sobra sabido que en Estados Unidos fue empleada, a mediados del siglo pasado, cuando lo que estaba en discusión eran los derechos de las personas homosexuales y en España quedó plasmada en el slogan homofóbico “con mis hijos no te metas”. En México también sabemos de esto. En nuestro país el FNF y otras organizaciones anti-derechos han querido presentar, una y otra vez, temas de educación para la diversidad como una afrenta contra la infancia.

En Estados Unidos, el uso de esta táctica contra las personas trans ha tenido un éxito espectacular entre la base conservadora. Esto ha sido posible, en buena medida, gracias a dos narrativas complementarias, una reciclada, otra importada.

La reciclada toma como base la lógica de las campañas anti derechos de los 1960’s. La idea es que las personas trans, y otras personas LGBTI+ a través de éstas, buscan avanzar una agenda que promueve la pederastia. En concreto, lo que se promueve directa o indirectamente que ser una personas trans adulta implica tener el ímpetu de engatusar a menores para abusar de ellos.

La importada se cuelga de las campañas contra los derechos de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. Se trata de diseminar la idea de que las personas trans (o LGBTI+ en general) quieren cambiar leyes para que las niñas puedan decidir someterse, sin autorización de sus padres, a procedimientos de reasignación de sexo (nótese que el acento se pone en las niñas y no en los niños).

Te puede interesar > Alerta por sextorsión con Inteligencia Artificial

Es importante notar que el poder de estas dos narrativas ha sido magnificado por distintas personas y organizaciones vinculadas al Partido Republicano. Esto ha ocurrido a través de asesoría, recursos y el acceso a plataformas mediáticas, como Fox News, a quienes promueven estas campañas.

Es aquí donde el círculo se cierra. Si los Republicanos han buscado potenciar las narrativas anti-trans es precisamente porque saben que estas alarmas paranoides les pueden resultar productivas electoralmente. Son ellos, los Republicanos, quienes protegerán a las niñas de las garras de las personas trans y del Partido Demócrata que las respalda.

Aunque es muy probable que los Demócratas retengan la Casa Blanca y el control del Senado, el daño ya estará hecho. La centralidad del tema en 2024 hará que el fuego siga esparciéndose dentro de la base Republicana. Y de ello se derivarán cambios en congresos locales dominados por ese partido. O, por ponerlo en otros términos, se habrá logrado hacer un incendio a partir de una fogata.

Este contexto explica, al menos en parte, la renovada fuerza que han tomado los grupos anti-LGBTI en Estados Unidos y la presión que dobla a algunas empresas. Es así como, contra todo pronóstico, un tema que parecía zanjado, y para bien, ha reemergido para recordarnos la necesidad de cerrar todas las puertas a los grupos antiderechos y a los políticos que los toman de la mano. Y que, cuando se trata de derechos humanos y progreso ético, es muy fácil perder lo ganado.

placeholder
Tags: , ,

Contenido relacionado

placeholder