‘Jirón’, un documental sobre el hallazgo de la película perdida de Carlos Enrique Taboada

En su nueva película el realizador Christian Cueva analiza el trabajo de quien es considerado el maestro del cine de terror en México.

abril 14, 2023 9:04 am Published by

Por Héctor González

A finales de la década de los ochenta, y después de haber filmado Veneno para las hadas, Carlos Enrique Taboada (1929-1997) emprendió uno de sus proyectos más ambiciosos. Era la época en que el celuloide perdía terreno ante el video, transición que cimbró a la industria cinematográfica mexicana. Aún así comenzó a trabajar en la que sería su quinta película de terror: Jirón de niebla.

Producida por Vicente Silva y la actriz Sonia Linar, la película siguió adelante. No obstante, durante años nunca se supo de ella e incluso se creía que nunca se había terminado. Con un rigor casi detectivesco, el director Christian Cueva se dedicó a buscarla y rastrearla a partir de los testimonios de los involucrados y de la investigación en archivos. Resultado de su trabajo es el documental Jirón, que recién llega a las salas mexicanas.

¿Qué relación tienes con el cine de Carlos Enrique Taboada?

Mi relación con su cine empezó como admirador de sus películas. Un amigo de la universidad me acercó a Hasta el viento tiene miedo, me gustó y me clavé en su trabajo. Vi su tetralogía del terror, en general soy fan del cine de terror, también desde hace varios años soy cercano al Festival Mórbido, y a Pablo Guisa, albacea de la obra de Taboada.

Pablo Guisa dice, en tu documental, que Taboada es el eslabón perdido del cine de terror, ¿coincides con eso?

Totalmente. Los fans del cine de terror mexicano estamos fascinados con la tetralogía de Taboada, de modo que descubrir que hay una quinta película que se perdió y nadie ha visto es sorprendente. En 2012 trabajaba como reportero en El Universal y un día vi una nota que informaba que por primera vez se iba a filmar Jirón de niebla, la película que Carlos Enrique Taboada supuestamente no había podido filmar. Le mostré a Pablo Guisa la nota y me corrigió, me dijo que sí la había filmado, sólo que estaba perdida y nadie la había visto. Fue entonces cuando se combinó mi afición por su cine con el instinto periodístico y me pregunté, ¿dónde está Jirón de niebla?

La película se teje con la búsqueda de Jirón de niebla y con el análisis de sus películas de terror, ¿por qué decidiste hacerlo de esta manera?

Me parecía importante profundizar en las razones de porqué Taboada es relevante para el cine de terror. Hablar de estas cuatro películas me sirvió para dar contexto. A esto se sumaron los recuerdos de quienes participaron en la filmación de Jirón de niebla, de su viuda Rocío Amézquita y de quienes lo conocieron. Consideré importante, además, incluir la búsqueda de la película en diferentes archivos como el de la Cineteca Nacional y el de la Filmoteca de la UNAM. Como buen documental, nació de una idea y muchas preguntas.

 

De hecho, es en la Filmoteca de la UNAM donde la encuentran.

Sí, ahí descubrimos que Jirón de niebla no se hizo en celuloide sino en video. Ahí también tienen algunos vestigios de la película, que en realidad es como 75 por ciento. Llegó ahí porque Vicente Silva, uno de los productores entregó a la filmoteca su archivo en resguardo.

En el documental muestras unos segundos de la película y argumentas que todavía no se define la situación legal de la película. ¿Cuál es su situación legal?

Las cintas de Jirón de niebla están en la Filmoteca de la UNAM porque Vicente Silva, fallecido en 2019, las llevó para poner en resguardo su archivo, sin embargo, el casete que es donde propiamente está película es de su propiedad. Al mismo tiempo, hay otra productora, Sonia Linar, la actriz de la película, quien también es dueña. Nosotros nunca pudimos hablar con Vicente Silva, me parece que ya no quería hablar del tema por lo sucedido en su hacienda. Hay un proceso legal que involucra a los herederos de Vicente y a Sonia Linar, pero yo no participo en nada de eso. Creo que está en manos de Roció Amézquita y Pablo Guisa hacer los trámites correspondientes para extraer el material de Jirón de niebla de la Filmoteca y ver si se puede hacer algo con él.

¿Viste la película completa?

Encontramos aproximadamente, el 75 por ciento de la película en dos casetes diferentes y eso fue lo que vimos. El material está maltratado porque lleva mucho tiempo archivado. Después de haber leído el guion y de ver una parte, te puedo decir que habría sido una continuación perfecta de lo que Taboada venía haciendo después de Veneno para las hadas. Es también una muestra de lo que un cineasta tan innovador como él, podía hacer con el video, que entonces era una técnica nueva.

Después de tu investigación, ¿cuál es tu opinión sobre lo que sucedió con Jirón de niebla?

Muchas veces el terror de la vida real puede ser más intenso que el de una película. Por más cliché que parezca, la realidad superó a la ficción. Por un lado, estaba el terror experimentado por Carlos Enrique Taboada al no poder filmar por la falta dinero; segundo, el terror de la historia de un joven que no ve un fantasma que el resto de la gente sí ve; y finalmente el terror de la vida política de este país. En Jirón de niebla el terror de la vida real entró en la ficción.

¿Cuándo empezaste a filmar ya sabías que ibas a encontrar los videos de la película?

No, durante un tiempo seguimos una pista falsa que apuntaba a que la película estaba guardada en una bodega en Los Ángeles. No llegamos a nada. Encontrar la película fue una gran sorpresa, no teníamos idea de que la Filmoteca de la UNAM tenía el archivo de Vicente Silva. El encuentro fue accidental, mientras caminábamos por los pasillos, de hecho, fue el fotógrafo quien la encontró. Ha sido una de las mejores sorpresas de mi vida, creo que es un hallazgo importante para la historia del cine mexicano.

¿Crees que tanto Pablo Guisa o Rocío Amézquita tienen interés por recuperar algo del material inédito de Taboada, hay una novela inédita por ejemplo?

Hay un interés tanto del público como de ellos. La curiosidad por su obra ha renacido, al mismo tiempo que creo que veremos el redescubrimiento de directores de los setentas cuyas miradas son más modernas que las de muchos realizadores actuales. A la obra de Taboada todavía le queda mucha vida.

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