CDMX: Amenazas, despojo y acoso judicial del Gobierno a adultas mayores

Mujeres y comerciantes de la tercera edad con enfermedades crónicas acusan al gobierno de la CDMX de despojarlas de sus locales en el mercado Xochinahuac a través de amenazas e intimidación. Los embates de las autoridades capitalinas incluyen la persecución judicial a una pareja de 80 años.

abril 14, 2023 9:06 am Published by

Por: Brandon J. Celaya Torres

“Ya son 30 años de lucha”, dice con fuerza Marina Eugenia Maldonado Cacho. Es una mujer morena, bajita y de lentes cuyos ochenta años no la detienen de defender su patrimonio comercial al interior del Mercado Xochinahuac, ubicado en la alcaldía Azcapotzalco, Ciudad de México.

A un lado, la acompaña su hija Karime Garro. Ambas denuncian un esquema de despojo presuntamente realizado por el Fondo de Desarrollo Económico del Distrito Federal (FONDECO-DF), adscrito a la Secretaría de Desarrollo Económico de la capital mexicana.

“Han sido años de amenazas y acoso”, señala Karime.

El mecanismo que exponen mantiene desposeídos no sólo a ellas, sino a múltiples locatarios que por más de tres décadas han trabajado en el mercado. Algunas de las personas afectadas son mujeres de la tercera edad que padecen enfermedades crónicas, por ejemplo, cáncer.

Estas mujeres narraron a Aristegui Noticias las amenazas e intimidaciones de las que han sido víctimas y que provocaron la pérdida de su modo de vida y empleo, así como la tranquilidad durante su vejez.

Los señalamientos son mutuos, pues FONDECO acusa a estos antiguos locatarios de adueñarse ilegalmente de los locales al interior de la plaza comercial.

Incluso, el fideicomiso público denunció formalmente al esposo de Marina, de ochenta años, por el delito de despojo. Así, el adulto mayor cuenta con una carpeta de investigación abierta por este ilícito; misma que se encuentra plagada de contradicciones.

El mercado, ubicado cerca del metro El Rosario, está envuelto en acusaciones de despojo entre ciudadanos y autoridades capitalinas Foto: Río de la Torre | IG (@rio.tv.foto)

Un pleito largo

En la década de los noventa, el gobierno del entonces Distrito Federal ideó un proyecto para construir plazas comerciales ante la imposibilidad de sostener los altos costos de los mercados públicos.

De ahí surgieron fideicomisos privados a través del cual el Banco Nacional de Comercio Interior (BNCI) otorgó créditos a pequeños comerciantes para que pudieran comprar un local en cualquiera de estos ocho mercados:

  • Mercado San Lázaro Tapo (hoy derrumbado)
  • Mercado General Anaya
  • Mercado Manzanares
  • Mercado Naranjeros
  • Mercado Hierbas
  • Mercado Esteban Martí
  • Mercado del Canal
  • Mercado Xochinahuac (identificado con el número 363-5)

El BNCI otorgó créditos al fideicomiso del Mercado Xochinahuac para cubrir el 80% de la construcción, así como 110 créditos individualizados a distintos locatarios.

Según relata Karime Garro, su madre pagó de contado el crédito al BNCI, no obstante, cuando este banco se fue a la quiebra los documentos de liberación “quedaron atorados”. Además, ella compró otros espacios comerciales a diferentes locatarios que contaban con sus escrituras.

FONDECO coloca sellos de seguridad para resguardar los locales que dice le pertenecen. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

“Actualmente solo tengo copias de los certificados de no adeudo porque los originales se perdieron en BNCI”, explica Karime para Aristegui Noticias.

Fue justamente la quiebra del banco, detonada por la crisis económica derivada de la devaluación de 1994, lo que provocó que el hoy extinto Fideicomiso Liquidador de Instituciones y Organizaciones Auxiliares de Crédito (FIDELIQ) absorbiera los créditos puente e individualizados de los locales del mercado.

A su vez, el 24 de septiembre de 1999 se firmó entre FONDECO y FIDELIQ un convenio de Cesión de Derechos de Cartera. De esta forma, el fideicomiso público del entonces Distrito Federal adquirió la cartera de créditos puente e individualizados de todos los ocho mercados por un total de seis millones de pesos.

Justino Díaz, el fideicomitente inicial del Mercado Xochinahuac, asegura que él no fue llamado para aprobar o conocer los términos bajo los que se dio la compra-venta de la cartera vencida, a pesar de que así lo mandaba el reglamento del fideicomiso privado original.

“Otro problema es que nunca hicieron el deslinde de créditos pagados” agrega Karime Garro.

De hecho, en el documento “Notas a los Estados Financieros”, publicado en 2022, FONDECO reconoce que “se desconocen los padrones de locatarios que cuentan con los créditos puente e individualizados” de los mercados.

“A mi mamá FONDECO le quitó un local, uno que rentaba. Lo que hacen es ir con el que renta y ofrecen venderle el local argumentado que les pertenece. Pude rescatar otros locales con un juicio de adjudicación para que tuviera la asignación de un juez. Los tengo desde hace años”, cuenta en entrevista Karime Garro.

Al interior de la Plaza Comercial Xochinahuac existe un división entre los llamados “viejos locatarios” y los “nuevos locatarios”. Los primeros son quienes adquirieron su crédito desde la apertura del fideicomiso con el BNCI y los segundos quienes compraron su local a FONDECO.

Según el fideicomitente inicial del mercado, todas las ventas hechas por la FONDECO podrían ser irregulares e ilegales, pues, según afirma, él debió haber autorizado y firmado los contratos; cosa que no sucedió.

Algunos locatarios rompen los sellos de FONDECO, argumentando que los locales le pertenecen a ellos y no al fideicomiso público Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Los intentos de despojo tuvieron un momento álgido de violencia en 2012, cuando hombres armados con mazos entraron al mercado Xochinahuac para intimidar a los locatarios. A la cabeza de ellos, según lo dicho por Karime Garro,  presuntamente iba Martha Hernández, la apoderada legal de FONDECO desde 2006 hasta la fecha.

“Eran personas grandotas e iban con mazos a romper nuestros candados y a despojarnos. Ellos llegaron a poner sus propios candados, aún cuando no tenían el traspaso oficial. No tenían ni orden de entrada, ni nada”, cuenta Marina Eugenia.

Durante ese episodio, los locatarios se unieron para evitar el despojo, sin embargo, fueron detenidos por policías y presentados ante el Ministerio Público bajo el cargo de delincuencia organizada.  Así estuvieron los locatarios– algunos de la tercera edad– encerrados por 48 horas hasta su liberación.

“Nos acusan de delincuencia organizada porque no podían acreditar que estuviéramos cometiendo despojo” razona Marina Eugenia quien para ese entonces ya era una adulta mayor.

La regularización de locatarios tras la quiebra de BNCI ha sido un proceso largo y lleno de malas prácticas, denuncian viejos locatarios. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

La narración de este hecho fue corroborada por este periodista con otros locatarios del mercado, incluyendo un carnicero y una señora que atiende un local de comida; mismos que prefirieron no dar su nombre. Asimismo, los comerciantes María Elena Galván, Cecilia Flores Ruiz, Jesús Chávez Galván y José Jesús Fonseca Quiroz confirmaron estos hechos.

Los vendedores recién nombrados también señalaron a FONDECO por despojarlos de sus locales.

Amenazas contra adultas mayores enfermas

María Elena Galván tiene ochenta años y padece cáncer. Su sueño de tener un patrimonio comercial se ha visto afectado por las amenazas e intimidaciones que denuncia vienen desde FONDECO.

“Uno pobre pues quiere un espacio donde vender, pero nos tratan muy mal” dice en entrevista para Aristegui Noticias.

Ella y su hijo, Jesús Chávez, cuentan con las escrituras y constancias fiscales de los locales 36 y 165; el primero un puesto de revistas y el segundo actualmente en renta.

Me han amenazado con quitarme los locales. Siempre viene un grupo con dos personas de FONDECO por delante. Me dicen que si no pago mi crédito tomarán acción legal, siendo que yo ya liquidé mis pagos. Van hasta con policías” narra María Elena con la voz entrecortada.

Mujeres comerciantes de la tercera edad denuncian amenazas por parte de FONDECO, a pesar de contar con documentos que avalan la propiedad de sus locales. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Cecilia Flores Ruiz es otra adulta de la tercera edad que hace 30 años ocupaba un local en el mercado Xochinahuac, el identificado con el numeral 129.

“Tengo mis escrituras, no quedé a deber nada. Yo soy de las que está desde que inició el mercado” afirma para Aristegui Noticias.

A pesar de esto, Cecilia acusa que hombres de FONDECO le rompieron los candados que aseguraban su local y le colocaron otros. Asimismo, denuncia que el fideicomiso público vendió su local a otra persona, a pesar de que ella es la dueña.

“Comprar el local fue un sacrificio. No he querido regresar por miedo. Soy una persona enferma de un pie, casi no puedo moverme”, dice con la voz llena de impotencia. “He estado muy enferma. He estado sin dinero. Siempre me ha gustado trabajar, pero con estos problemas ni he podido comer bien”. 

Durante la realización de este reportaje, el local 140, perteneciente a la hermana de Cecilia Flores, quien también es adulta mayor, fue vendido a otra persona por FONDECO, según reportó ella vía telefónica.

La locataria asegura que ese local es suyo desde el inicio del mercado y que cuentan con todos los documentos en regla.

Fuentes internas de FONDECO aseguraron que no ha habido ninguna amenaza u hostigamiento en contra de los antiguos locatarios. Este reportero solicitó una entrevista formal con autoridades del fideicomiso público, pero hasta la publicación de este reportaje no ha habido respuesta.

“No se ha hostigado a nadie. No se molesta a nadie. Si los hostigaran, ya estarían fuera“, dijo a este reportero.

Por miedo, muchos locatarios prefieren no regresar al mercado. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

“Todos tienen miedo. Nos están robando y nadie hace nada. Yo lo único que quiero es que me regresen mi puesto para que pueda abrirlo o rentarlo. El local significa mi patrimonio, si no lo recupero ya me fregué” dice entre el enojo y la tristeza Cecilia Flores.

“Ellos lo que quieren es despojarnos”

José Jesús Fonseca Quiroz y sus hermanos abrieron cuatro locales desde que se fundó el mercado Xochinahuac: una carnicería, una tortillería, la tienda “Abarrotes Fonseca” y una reparadora de televisiones.

Justamente, este último espacio comercial tiene un gigantesco letrero que dice: “No te dejes sorprender. Este inmueble no está a la venta. Cualquier abuso de autoridad o civil será consignado por despojo y robo al Ministerio Público. [Local] Escriturado en Notaria 165 CDMX”.

Curiosamente, de los cuatro locales de la familia Fonseca, este es el único que no tenía sellos durante las múltiples visitas que este reportero hizo al mercado.

Jesús Fonseca asegura que él y sus hermanos pagaron al BNCI por la adquisición de los cuatro espacios comerciales, además de cumplir puntualmente con las mensualidades del crédito que adquirieron.

“Nos dieron los locales con puro cemento, nosotros le invertimos para ponerles piso, azulejos y dejarlos bien” comenta para Aristegui Noticias.

No obstante, tras la quiebra del banco, nadie le notificó a la familia que FONDECO adquiriría el fideicomiso, quedando en la incógnita de a quién debían seguir pagando.

Jesús Fonseca Quiroz señala que ningún funcionario de FONDECO lo contactó para aclararle su estado crediticio, ni qué sucedería con sus locales.

“Los de FONDECO simplemente se aparecieron y pusieron sus sellos de que el local les pertenece y nos rompieron nuestros candados ” señala el locatario. “Pero esos locales no son de ellos, son nuestros. Nosotros pagamos siempre“.

Este local ha sido ocupado durante años por la familia Fonseca. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Como FONDECO adquirió la cartera de créditos del BNCI, los locales cuya deuda no fue saldada pueden ser absorbidos por el fideicomiso público. De hecho, la apoderada legal del Fondo de Desarrollo Económico dijo a este periodista que algunos locatarios solo cuentan con escrituras crediticias, lo que no les da la posesión legal de los locales.

Justamente, según deduce Fonseca Quiroz, la falta de comunicación por parte de FONDECO tuvo la intención de que él no siguiera pagando los locales y así el fideicomiso gubernamental pudiera quedarse con sus espacios comerciales.

“Yo voy cada mes al mercado a revisar los locales. Una vez se me acercaron policías para decirme que esos locales no eran míos y que no podía romper los sellos de FONDECO. Yo abrí los candados con mis llaves y les enseñé que tengo cosas adentro, pero solo me dijeron que si seguía adentro le iban a llamar a la patrulla”, cuenta para este medio.

Cuestionada sobre la falta de comunicación reportada por vendedores que perdieron sus locales, una fuente de FONDECO aseguró que el fideicomiso público ajeno y externo al original, por lo que no debería ser su obligación notificar a los locatarios.

Mencionó que el fideicomitente inicial, Justino Díaz, es el probable responsable de los problemas con los antiguos locatarios pues él debía de entablar diálogo con los antiguos locatarios; acusación que él negó.

“Yo solo llegué hasta la compra-venta de la cartera, ni para eso me llamaron. Pero queda claro que si ellos la compraron, sin mi firma, ellos son responsables”, dijo en entrevista para Aristegui Noticias. –Hasta ahora FONDECO solo me ha llamado una sola vez y fue para una demanda. Nada más – agregó.

Actualmente, Jesús Fonseca se mantiene firme para proteger los locales por los que pagó durante años. No obstante, tiene miedo de que FONDECO lo denuncie por entrar a sus comercios y lo metan a la cárcel.

El temor no es infundado. Justamente FONDECO hizo lo anterior con un señor de ochenta años.

Persecución judicial y las contradicciones de FONDECO

La Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales y Protección Urbana de la Ciudad de México inició una carpeta de investigación en contra de un hombre de ochenta años por el delito de despojo.

La denuncia interpuesta por el representante legal de FONDECO, Juan José González Calderón, señala al adulto mayor de haber ingresado ilegalmente al local 201 del mercado Xochinahuac el miércoles 12 de octubre de 2022.

En marzo de 2023, Aristegui Noticias publicó un reportaje sobre cómo desde 2016, la fiscalía ambiental ganó potestad para investigar las denuncias por despojo de inmuebles en la capital y usó ese poder para definir antiguos conflictos de vivienda, al expulsar a los vecinos sin permitirles defenderse y entregar sus casas al capital inmobiliario, sin intervención de un juez.

La familia del hombre investigado por esta fiscalía argumenta que el local les pertenece desde hace más de 30 años y se ampara con el juicio civil 903/2013, el cual concluyó en 2014 con una sentencia de fondo en beneficio de Marina Eugenia Maldonado Cacho, la esposa del hombre, para que se le otorgara a su nombre las escrituras del local 201.

De igual forma, la familia presenta recibos de luz a nombre de Marina Eugenia, así como copias de certificados de no adeudo para acreditar la posesión del espacio comercial.

En contraposición, FONDECO presenta la escritura 56, 644, expedida en 2011, a través de la cual el fideicomiso público obtiene la propiedad del fideicomiso 11200037, mercado Xochinahuac y por ende de los locales cuya deuda no haya sido saldada; entre los que se encuentra, a pesar de los documentos presentados por la familia Garro, el local 201.

El local I-52, identificado con el numeral 201, se encuentra resguardado por autoridades judiciales. Policías auxiliares vigilan constantemente el inmueble. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Según la primera declaración ante autoridades judiciales de Juan José González Calderón, realizada el mismo día de los hechos, él llegó al mercado de Xochinahuac luego de que un policía auxiliar del mercado le hablara por teléfono a las instalaciones de FONDECO.

González Calderón, en sus propios dichos, asegura que cuando llegó al centro comercial solo encontró afuera del local al hoy imputado acompañado del policía auxiliar y que no había rastro de la señora Marina Eugenia.

No obstante, se contradice en su ampliación de declaraciones, realizada el 14 de noviembre de 2022.

En esta segunda declaración, el representante legal de FONDECO afirma que la pareja siempre estuvo al interior del local, y allí él se entrevistó con ambos adultos mayores.

Según la narración del representante de FONDECO, la mujer de ochenta años se dio a la fuga desde el interior de este local. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Esta ampliación de González Calderón también contradice lo relatado por el policía auxiliar que encontró a la pareja. Consultado en sitio, el policía auxiliar que detuvo al hombre,  dijo que el señor de ochenta años y la mujer permanecieron al interior del local y los dos salieron juntos para después cerrar la cortinilla del puesto con sus propios candados.  Después de esto, la mujer de ochenta años se habría dado a la fuga, según su versión de los hechos.

En contraposición, Juan José González Calderón asegura en su segunda declaración que la mujer desapareció desde el interior del local. Posteriormente, el hombre imputado salió de este y cerró la cortina colocando sus propios candados.

Asimismo, el representante de FONDECO afirma en su primera declaración que el local se encontraba asegurado con candados colocados por el fideicomiso gubernamental, por lo que los adultos mayores debieron haber violado las cerraduras para entrar. No obstante, el peritaje oficial de los candados– contenido en la carpeta de investigación– prueba que no hubo alteraciones ni daños a las cerraduras.

El policía auxiliar y el representante legal de FONDECO presentaron su declaración inicial el mismo día y un mes después modificaron su testimonio en la misma fecha. Los relatos se contradicen. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Juan José González Calderón fue consultado vía telefónica para esclarecer su versión de los hechos y las contradicciones, pero aseguró que al ser un funcionario público debe mantener secrecía en un proceso abierto. No obstante, aseguró que FONDECO denunciará a todo aquel que busque adueñarse ilegalmente del patrimonio de la Ciudad de México.

Por otro lado, la apoderada legal señala que se debe revisar la legalidad de los documentos presentados por la familia, es decir el juicio civil.

La versión de la mujer que “se dio a la fuga”: intimidación y detención arbitraria

Marina Eugenia cuenta que el día de los hechos, ella llega sola a revisar su local, luego de dejarlo mucho tiempo cerrado por la pandemia originada por el Covid-19.

Al llegar, abre los candados de su propiedad, y no de FONDECO como señala la parte denunciante, entra y comienza a limpiarlo.

–En eso veo a dos personas atrás de mí, muy agresivas–, narra para Aristegui Noticias, – les pregunto que qué se les ofrece y me dijeron: “Está usted detenida”.

–Eran tipos vestidos de civiles, ni siquiera los policías del mercado. Los policías los acompañaban, pero eran los civiles los que daban las órdenes. Después los tipos se pusieron frente a mí para cerrarme el paso–.

–Les pedí una identificación, pero no quisieron decir su nombre. Fueron unos majaderos. Solo le decían a los policías: “¡Deténganla! ¡Deténganla!”

En la carpeta de investigación, ni el policía auxiliar ni el representante de FONDECO mencionan a estos dos individuos.

–Entonces les digo a las personas que le hablaré a mi abogada y me dicen: “¡Pues háblele a la abogada!”. De ahí salgo del local y me siento en un sillón que tengo. Le hablo a mi hija y me pide pasarle a una de las personas, pero ninguno acepta atender el celular.

– Yo antes de todo le había marcado a mi esposo para que ya viniera por mí. En el momento en que llega, él se espanta. Una de los civiles le pregunta: “¿Quién es usted?”. A lo que yo respondo que es mi esposo. Entonces la persona dice: “¡A él! ¡Agárrenlo a él!”.

– Yo les digo que no tienen autoridad para detenerlo, pero sigue el tipo diciendo que lo detengan. Ahí me di cuenta que estaban esperando a que llegara una patrulla.

Según FONDECO, el local era utilizado por el fideicomiso gubernamental como bodega antes del supuesto hecho criminal. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Al llegar la patrulla, uno de los dos civiles le ordena al policía llevarse detenido al hombre de ochenta años. El patrullero pregunta el motivo, a lo que responde uno de los sujetos que por el delito de despojo.

– Entonces yo digo “¿De despojo? Si este es mi local. Yo llevo 30 años aquí, desde que abrió el mercado”. Y les enseño las llaves con las que abrí los candados. Abro la cortina del local nuevamente y le enseño el local y le digo: “Mira este es mi local”.

A pesar de las protestas y argumentos de la mujer, el hombre de ochenta años es arrestado y llevado al Ministerio Público de Azcapotzalco. Su hija, Karime Garro, cuenta que cuando llegó al MP “había un montón de policías asesorando a quien detuvo a mi papá y ya estaba gente de FONDECO allí como si tuvieran una junta”.

– Me prohibieron hablar con mi papá aunque les dije que yo era su representante legal. Mientras, el de FONDECO se pasaba cuando quería con el MP.

Alrededor de la 1 de la madrugada del siguiente día, trasladan al imputado del Ministerio Público hasta la Fiscalía Especializada en Delitos Ambientales. “Se lo llevaron como si fuera narco, se lo llevaron escoltado entre un montón de patrullas mientras yo seguía al convoy sola en mi coche”, dice con enojo la hija.

–Ahí mismo me prohibieron de nuevo hablar con él y se lo llevaron a las galeras. Lo que hice fue ir entre las entre 3 y 4 de la mañana a tramitar un amparo.

–A mi papá le toman la declaración a las 4-5 de la tarde del siguiente día. Presenté todos los documentos para acreditar la posesión del local y hasta las 6 p.m. ya pude sacar a mi papá.

La familia Garro teme que la carpeta de investigación que se mantiene abierta sea utilizada por FONDECO como amenaza para culminar el despojo en su contra. O que también sirva para mantener el acoso judicial, pero ahora en contra de la señora Marina a quien señalan como la mujer dada a la fuga.

“Nuevos locatarios” también son afectados

Sofía Teresa Corona Negrete es una adulta mayor que atiende un local de ropa al interior del mercado Xochinahuac. El puesto fue comprado por su hija, quien durante cinco años se esforzó para hacerse de un patrimonio comercial.

El espacio fue comprado a FONDECO hace más de diez años, mediante una transacción que según el fideicomitente inicial sería una irregularidad por parte del fideicomiso público, pues se hizo sin su firma de autorización.

Sofía, una de las llamadas “nuevas locatarias” entristece al ver el mercado vacío y desamparado.

Son múltiples los locales que se encuentran abandonados y con sellos de FONDECO. Foto: Río de la Torre | IG (rio.tv.foto)

Ella argumenta que las fallas administrativas y la falta de regularización del mercado afectan directamente a las ventas.

“Yo ya tengo mis clientas, pero si no, no saldría” comenta entrevistada en sitio por Aristegui Noticias.

Y es cierto, varios recorridos por el centro comercial lo muestra casi sin clientes y con múltiples locales cerrados; muchos repletos de sellos de FONDECO

Según la vendedora de ropa, hay mucha gente que se mete en los locales vacíos y se adueña de ellos. Este triple frente– entre FONDECO, los comerciantes irregulares y los viejos locatarios despojados– ocasiona que el mercado no pueda florecer.

Por su ubicación cercana al metro Rosario y al Colegio de Ciencias y Humanidades de Azcapotzalco, el mercado Xochinahuac debería estar rebosando de clientes, pero no es así.

La mayor fama que alcanzó el centro comercial fue cuando en mayo de 2022 se colapsó el techo del mercado por las fuertes lluvias que azotaron a la capital del país y las imágenes se viralizaron en redes sociales.

Foto: Archivo Cuartoscuro

“Este mercado era para que gente trabajadora pudiéramos tener algo propio, pero mire cómo acabó”, se aflige René Martínez, el esposo de la vendedora.

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