Pesticidas y gestos repetitivos, la dura realidad detrás de las rosas colombianas de San Valentín

Para las trabajadoras de la floricultura, San Valentín no es color de rosa. Los millones de rosas que produce Colombia para el mercado estadounidense implica cadencias de trabajo aceleradas y exposición a los agroquímicos, señala un informe.

febrero 14, 2024 7:51 am Published by

Claveles, hortensias, y las inevitables rosas, este año, la agroindustria Colombia prevé exportar 700 millones de tallos de flores, principalmente a Estados Unidos, para responder al boom de la demanda durante el día de San Valentín. La cantidad es tal que entre 30 y 40 vuelos diarios despegan con cajas de flores a bordo para surtir el mercado mundial en estas fechas.

El sector de la floricultura de Colombia, segundo exportador mundial de flores después de Holanda, realiza el 15% de sus ventas durante el período de San Valentín.

El negocio es próspero, pero representa duras condiciones laborales para las trabajadoras que siembran, cosechan y empacan las flores, señalan varios estudios de salud pública en Colombia.

En una investigación titulada Salud, trabajo y capital: el caso de las mujeres trabajadoras de la agroindustria de flores de Madrid, Colombia (2022), Amparo Hernández Bello, médica social y profesora de la Universidad Javeriana detalla las “posturas de rodillas, en cuclillas”, los “cambios importantes de temperatura en el día en el invernadero”, las “actividades mecánicas que tienen efectos osteomusculares” y el “contacto con agroquímicos”, al que son sometidas las trabajadoras de la floricultura en la región de la Sabana de Bogotá.

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Enfermedades respiratorias, dermatológicas, alergias y estrés derivado de la presión laboral son algunos de los impactos reportados por las empleadas. Ante los múltiples señalamientos e informes sobre la exposición a los plaguicidas en la producción de flores en Colombia se ha regulado el uso de ciertos pesticidas.

Por ello, según la profesora Hernández-Bello se han observado algunas mejoras en las condiciones laborales.

Hay una normatividad que aboga por que mejoren las condiciones de trabajo, por lo menos, menos flexibilidad en los contratos y menos precariedad en términos de la protección social, sin embargo, existen todavía empresas que no acogen del todo las normas.

Por último, Hernández-Bello subrayó.

Creo que sí hay un proceso de formalización sobre todo en lo que a elementos de protección personal se refiere, cuando se aplican los plaguicidas, eso puede haber mejorado, pero no es lo único que afecta a la salud de las mujeres.

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Además, la ley obliga a las empresas a suministrar trajes y guantes a las empleadas para limitar su contacto con estos productos. Normas que no siempre se cumplen, debido al trabajo bajo presión.

RFI

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