‘En muchos puntos, la leyenda negra de Emilio Uranga es exagerada’: José Manuel Cuellar

El escritor revisa la influencia de Ramón López Velarde en el pensamiento de quien fuera uno de los mayores ideólogos del PRI.

octubre 13, 2021 2:17 am Published by

Por Héctor González

Durante más de veinte años Emilio Uranga (1921-1988) fue uno de los principales ideólogos del Partido Revolucionario Institucional. Su cercanía a presidentes como Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, abonan a una leyenda oscura alrededor de su figura.

Convencido de la necesidad de releerlo y redescubrirlo, el filósofo José Manuel Cuellar (Ciudad de México, 1990) se ha dedicado a estudiar y escribir su biografía, misma que espera concluir a principios de 2022. No obstante, durante la revisión de su archivo, el investigador encontró los textos que Uranga le dedicó a Ramón López Velarde, poeta con quien sentía una afinidad excepcional.

Producto de ese hallazgo es el libro La exquisita dolencia. Ensayos sobre Ramón López Velarde (Bonilla Artigas), donde reúne los textos que Uranga dedicó al autor de “La suave patria”.

¿Por qué recuperar a Emilio Uranga?

Soy filósofo y cuando descubrí su figura me pareció fascinante no solo por su estilo mordaz, sino también por sus tesis a las que defino como posmodernas. Después descubrí su faceta como analista político. Fue asesor de López Mateos, Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo. Para mí ha sido una especie de Virgilio que me ha guiado a través de la historia del siglo XX mexicano.

Aunque denostado por su cercanía al poder.

Denostado y deliberadamente negado por esa cercanía y su trabajo tras bastidores. Creo que su leyenda negra en muchos puntos es exagerada. Nos falta redescubrir su obra porque no dejó discípulos ni un archivo bien organizado. No recogió sus artículos y estamos hablando de un periodista que llegó a escribir doscientos textos en un año. Manejaba tan bien la ambigüedad que no sabemos si hacía un elogio o crítica al poder. En su archivo descubrí además a un afilado crítico literario y a un periodista con un estilo cáustico incómodo para amigos y enemigos.

En este libro te centras en un análisis filosófico que hace de la poesía de López Velarde.

Desde su juventud, López Velarde fue la autoridad máxima para Emilio Uranga al punto que dijo que no había poesía anterior a la del zacatecano. En la actualidad hay mucha bibliografía sobre López Velarde, pero creo que solo Uranga lo lee de una manera filosófica. En 1952 extrae de sus poemas varias categorías, una de ellas la zozobra para pensar el movimiento pendular que nunca llega a la síntesis. No lo ve como un poeta provinciano o nacionalista, sino como un humanista al nivel de Alfonso Reyes.

¿Crees que a López Velarde se le encasilló como un poeta nacionalista?

Lo hemos encasillado como un poeta patriotero. Todos en un momento hemos memorizado versos de “La suave patria”. Emilio Uranga ubica que si algo hermana a los mexicanos no es una lengua o color de piel, sino la condición humana precaria. Ser cuerpos vulnerables atravesados por el azar. Ve en López Velarde un humanismo fincado en el dolor y la modestia de la condición humana.

Incluso lo lee en el contexto de la revolución.

Emilio Uranga fue uno de los mayores pensadores de la revolución mexicana en el siglo XX y la recupera desde la perspectiva de Ramón López Velarde quien no la vio como un cambio de hombres, sino como un cambio de mentalidad, sentimientos y corazón. Creía que con la gesta de 1910 había nacido un nuevo ser mexicano a quien había que constituir. La revolución de López Velarde era una brújula hacia el futuro y así la entendía Emilio Uranga.

En la introducción de Carácter y ser mexicano destaca la reflexión de López Velarde sobre la identidad nacional. ¿Cuál fue su hallazgo sobre el poeta en este sentido?

Emilio Uranga leyó “La sueva patria” y todos sus libros de poesía. Se detuvo particularmente en “Novedad de la patria”, de donde recupera su crítica a la idea ostentosa de la revolución. López Velarde vio esto a finales del carrancismo y Uranga lo trasladó al régimen de Miguel Alemán, donde se promovía una doctrina bastante grosera y sensual. Le molestaba la revolución de lentejuelas y chinas poblana. Como López Velarde pensaba el amor como la búsqueda de aquello que no se tiene.

Había otras empatías más personales, ¿no?

Hay vínculos subterráneos entre la sensibilidad de ambos, con todas las distancias guardadas. Seguramente Emilio Uranga vio reflejada su educación religiosa en la poesía de López Velarde. La sensación de remordimiento y culpa lo acompañan a lo largo de su vida. No es casualidad que en los momentos más críticos Uranga siempre vuelva a las páginas del poeta tal vez en búsqueda de auxilio, consejo o bálsamo. A finales de los cincuenta cuando toma la decisión de abandonar la academia para dedicarse al periodismo retoma a López Velarde. En el marco de los cincuenta años de la revolución lo relee y vuelve a hacerlo a principios de los setenta cuando lo salpica el escándalo del 68. Todavía en 1976 le dedica unas últimas páginas en una suerte de despedida.

¿Falta en México una crítica poética desde la filosofía?

Totalmente, muchos académicos están en un letargo y en muchas ocasiones es insensible a la dimensión poética del pensamiento, esa es otra lección que podemos aprenderle a Uranga quien veía vasos comunicantes entre filosofía y poesía. Su prosa está llena de metáforas que no son un simple adorno retórico, sino una estrategia para llegar a la verdad. Goethe, Thomas Mann o Xavier Villaurrutia eran parte de sus lecturas fundamentales.

¿En qué sentido nos falta releer a López Velarde?

Nos falta releerlo pero no con un gesto maquinal, sino con ojos frescos y desde otros críticos. Emilio Uranga se adhirió sin reservas a su autoridad a excepción de los últimos años de su vida. A mediados de los setenta incluso lo cuestionó y le criticó su fascinación por las ideas y la figura de Madero dado que ahí ubicó el germen del presidencialismo.

Durante sus primeros años en el PRI, Andrés Manuel López Obrador coincidió con Emilio Uranga. ¿Ves ecos del filósofo en el pensamiento del presidente?

José María Pérez Gay era un gran lector de Emilio Uranga y Pérez Gay fue muy allegado a López Obrador de modo que no es descabellado pensar en alguna charla sobre él. No creo que López Obrador lo tenga como un referente directo, pero sí creo que el andamiaje conceptual nacionalista del que fue artífice Emilio Uranga, está en el asiento cultural e histórico del lopezobradorismo.

 

 

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