Bolivia, el puerto del cigarro ilegal en América Latina
A pesar de no tener puerto marítimo, este país se ha vuelto uno de los principales puntos de desembarque de cigarrillo en la región. Los datos demuestran que importan más tabaco del que consumen y que luego sale de contrabando para alimentar los mercados negros de los países vecinos. El poder económico que está ganando este negocio ilícito está corrompiendo las instituciones en varios países en el sur del continente.
Por CONNECTAS, Agencia de Noticias Fides y diario El Deber
Los cigarros ilegales son un producto fácil de encontrar en el comercio callejero de Chile y Perú. Y aunque su consumo ya era alto antes de la pandemia, posterior a esta se ha disparado. En Perú se estima que la mitad de los cigarrillos que se fuman, provienen del comercio ilegal, mientras que en Chile esa cifra llega al 22%.
Y es que el bajo precio de las cajetillas ilegales, comparadas con las de marcas legalizadas, apuntalan el contrabando. En Chile, por ejemplo, mientras que una cajetilla de 20 cigarros se puede adquirir en el mercado negro a poco más de un dólar, una legal en el comercio establecido cuesta unos 4,5 dólares.
En este negocio que está moviendo millones de dólares gracias a la evasión de impuestos, hay dos aristas no muy conocidas: la gran mayoría de los cigarros que se venden en los mercados negros de Chile y Perú ocupan Bolivia como punto fundamental de su ruta, y una empresa tabacalera coreana, la quinta más importante en todo el mundo, es el principal origen actual de estos cigarros de contrabando.
Históricamente fueron los cigarrillos paraguayos los más comercializados en el mercado negro sudamericano, pero desde la década pasada, gracias a su bajo precio, las marcas de la corporación coreana Kt&G los vienen desplazando.
Para esta investigación publicada por Agencia de Noticias Fides, El Deber y CONNECTAS se revisaron las importaciones y exportaciones de tabaco y las causas judiciales por contrabando de los países involucrados. De esa revisión surgen datos como que la importación de tabaco de Bolivia aumentó de 264 toneladas a 6.032 toneladas entre 2010 y 2017. Justamente ese aumento de la importación en Bolivia coincide con el aumento del consumo de cigarros ilegales en Perú y Chile.
Además, los datos muestran que las importaciones en Bolivia fueron principalmente de marcas de Kt&G. Esas marcas son las que se están decomisando frecuentemente en Chile y Perú, mientras que en Bolivia no son muy consumidas.
Pero ¿cómo se explica que Bolivia, un país sin mar, se haya convertido en el “puerto de desembarque” y punto de distribución de este producto de contrabando?
Los bajos aranceles al cigarrillo en Bolivia, comparado con los altos impuestos de los países vecinos; la permisividad en las aduanas y zonas francas, y la fragilidad de las fronteras, donde ya se han detectado casos de policías corrompidos por el dinero del contrabando, explican parte de este fenómeno.
Uno de los casos que ejemplifican el poder que han ganado las mafias y cómo están corrompiendo las instituciones, ocurrió en Chile, donde una banda integrada por 23 personas, 14 de ellos carabineros, ingresaron miles de cajas de cigarros desde Bolivia hacia el norte chileno durante años. Recién en 2022 se están dictando las últimas sentencias en esta causa.
Los carabineros estaban asentados en el retén de Huara, un pueblo cordillerano clave en la ruta del contrabando. Aprovechando su posición, daban información y escoltaban a los contrabandistas para ingresar la carga a Chile, pero además ellos mismos interceptaban camiones cargados de cigarros para robar las cargas.
Foto camión: En el norte de Chile casi todos los decomisos de cigarros que se realizan, han cruzado previamente por Bolivia. Foto: Carabineros de Chile.
El fiscal a cargo de este caso, Eduardo Ríos, confirma que la gran mayoría de los decomisos en Chile tiene como origen Bolivia, y que se trata en gran parte de marcas coreanas. “Llegan primero a puertos chilenos —Arica o Iquique— donde cumplen todas las exigencias aduaneras, para después ser enviados hasta Bolivia. Luego, los mismos cigarrillos son extraídos ilegalmente de Bolivia con destino a Chile, y eso se puede apreciar porque muchos de los cigarrillos incautados son originales coreanos, pero tienen los sellos del Ministerio de Salud de Bolivia”, dice para este reportaje. Solo en 2021 se decomisaron 13 millones de cajetillas en Chile. Los que representan una evasión de 32 millones de dólares.
El modus operandi, según el fiscal, sería así: empresas importadoras adquieren los cigarrillos en Paraguay o Corea y luego lo venden a particulares en Bolivia. Hasta ese punto el negocio se maneja de manera legal, pero luego estos particulares “ingresan los cigarros a Chile de manera ilegal”. Ríos además reconoce que no hay coordinación entre las Fiscalías de Chile y Bolivia para perseguir a quienes están detrás del contrabando.
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La culebra fronteriza
Al igual que con Chile, los cigarrillos ilegales perforan con facilidad la frontera peruano-boliviana, donde operan distintas mafias que usan la modalidad de “culebra” para cruzar por algunos de los 30 pasos fronterizos no habilitados, muchas veces con complicidad de policías. Esta modalidad consiste en la utilización de convoyes de entre 20 y 40 camiones, que transitan en hilera.
Según el fiscal provincial de la Segunda Fiscalía especializada en delitos aduaneros y de propiedad intelectual del Perú, Miguel Ángel Puicón, al menos el 80 por ciento del cigarrillo de contrabando que ingresa al Perú lo hace por la frontera con Bolivia, específicamente por el sector de Desaguadero en Puno. El principal destino es el mercado de Lima. “La mercancía ilegal llega incluso en sus cajas originales desde Paraguay o con el permiso del Ministerio de Salud de Bolivia”, explica.
Según Puicon, los operativos en la frontera muchas veces se ven frustrados por los mismos policías que alertan a los contrabandistas, por lo que han tenido que convocar para los operativos a efectivos policiales de otras regiones para que no se filtre la información.
Foto3: Perú se ha transformado en uno de los destinos más apetecidos por los contrabandistas de cigarros. El 50% de los cigarros que se consumen en ese país se compran en el mercado negro. Foto: Policía de Perú.
“No se podía hacer con el personal de Puno, por ejemplo, porque se corría el riesgo de que se filtre la información, entonces enviamos policías incógnitos desde Lima hasta Puno para realizar los operativos”, dice.
En Bolivia policías, militares y funcionarios de la Aduana Nacional también se han visto implicados en el delito de contrabando. Y uno de los productos más cotizados es el cigarrillo. En agosto de este año tres militares y dos civiles fueron descubiertos cuando extorsionaban a un chofer a quien le exigían 30.000 dólares para dejarle pasar el camión donde había presuntamente mercadería de contrabando. Solo un militar fue aprehendido, los demás se dieron a la fuga.
Se han registrado casos en los que militares sorprenden a policías bolivianos en la frontera con Chile extorsionando a presuntos contrabandistas. Inclusive audios filtrados dan cuenta de conversaciones entre policías subalternos sobre los cobros a camiones y el porcentaje que deben entregar a los “cumpleañeros”, en referencia a los oficiales de policía.
Omar Durán, abogado especialista en seguridad, defensa y desarrollo, alerta que los casos de militares del Comando Estratégico Operacional (CEO) de Lucha contra el contrabando involucrados en el delito son muchos y pasan desapercibidos por los medios de comunicación.
El viceministro de Lucha contra el Contrabando, el general Daniel Vargas, confirmó la implicación de funcionarios anticontrabando en el ilícito, lo que hace que muchos operativos se frustren. “Hemos detectado que hay personas identificadas en las Fuerzas Armadas, en la Policía y en otras instituciones, que no voy a dar el nombre por razones obvias, pero existen estas personas (implicadas en el contrabando), es toda una organización”, apunta.
Además, Vargas explica que gracias a un seguimiento de varios meses se estableció que “están utilizando Bolivia como un paso para poder transportar el cigarrillo”. La autoridad reconoce que grandes cantidades de cigarrillo importado por Bolivia desde países asiáticos. Estas marcas “aquí en Bolivia no están siendo consumidas”, agrega Vargas, pero sí se encuentran en los mercados de Chile y Perú.
Y es que, a pesar de que la importación de cigarrillos procedentes de Corea del Sur es la más importante en Bolivia, la participación de las marcas coreanas en el mercado interno boliviano es residual. “Son marcas que han ido creciendo, que traen cierta innovación, traen ciertas cosas novedosas en el mercado, pero tomando cuotas de mercado marginales”, dice Luis Fernando Morales, gerente general de la empresa comercializadora Aidisa.
El viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, apunta a otro factor que vuelve atractivo a Bolivia para la importación de tabaco en grandes cantidades: si bien hay una Ley de Prevención y control al consumo de los productos de tabaco, la misma solo se refiere a prohibiciones y normativa en el etiquetado y no establece medidas sobre la calidad.
“Honestamente muy poco control se realiza sobre este tipo de productos que entran normalmente por contrabando, nos limitamos en algunos casos a ver el sello del Senasag, que sería el sello de garantía, de haber cumplido con todos los parámetros exigidos por la norma, como también la verificación de los sellos de importación legal que emite la Aduana. Pero en cuanto a la calidad del tabaco, honestamente no se ha realizado, por lo menos en esta gestión”, explicó Silva.
La gigante coreana mira para otro lado
Mientras esto ocurre en Latinoamérica, Kt&G suma ganancias y se consolida como la quinta tabacalera más importante del mundo. Sus ventas anuales son de aproximadamente 4.000 millones de dólares, cuenta con más de cuatro mil trabajadores y está instalada en Rusia, Estados Unidos, Turquía, Indonesia, Irán y China.
Hay informes desde 2016 desde la misma Corea que alertaban sobre la presencia de los cigarros de Kt&G en los mercados negros latinoamericanos. En una nota de Korea Times incluso se afirmaba que esto perjudicaba la imagen coreana. La compañía respondió en ese momento que no sabían que sus productos terminaban en el mercado negro, a pesar de que gran parte de sus exportaciones iban a países reconocidos como puentes del contrabando, como Belice y Bolivia.
Para este reportaje se enviaron preguntas al correo oficial de contacto de Kt&G, pero no hubo respuesta.
Este no es un negocio sin víctimas: genera pérdidas de millones de dólares en impuestos, de empleos de las industrias locales y, lo más grave, ayuda a financiar bandas ilegales que terminan corrompiendo las fuerzas policiales locales.
Si le interesa saber más de este tema, puede ver el especial multimedia en este enlace.
* Esta investigación de CONNECTAS en alianza con Agencia de Noticias Fides de Bolivia y diario El Deber contó con la reportería de Luis Fernando Cantoral, Cristóbal Valencia y Cristian Ascencio.