“Si los ciudadanos no saben de economía, la democracia no tiene significado”: Ha-Joon Chang
El economista coreano, considerado uno de los más influyentes del mundo, habla de su nuevo libro ‘Economía comestible’
Por Héctor González
Por Héctor González
Para el coreano Ha-Joon Chang (1963), no existen fórmulas generales en términos de economía. Cada debe responder a sus necesidades y nivel de desarrollo, advierte uno de los pensadores más influyentes en estas lides a nivel mundial.
Crítico del liberalismo y de los estados que no promueven el incremento de la productividad, ha publicado libros como ¿Qué fue del buen samaritano? Naciones ricas, políticas pobres, 23 cosas que no te cuentan sobre el capitalismo y Economía para el 99% de la población, además de Economía comestible (Debate), su ensayo más reciente y donde sostiene que así que tendemos a abrirnos a distintas tradiciones culinarias, deberíamos abrirnos a diferentes perspectivas económicas.
En su libro Economía comestible usa alimentos para explicar temas económicos, ¿partiendo de esta analogía en que momento estamos, en una indigestión?
Es verdad que la indigestión es un problema, pero lo peor, diría, es que tenemos una dieta uniforme. Nos dicen solo hay una forma de aplicar la economía, esta forma puede ser buena para ciertas cosas, pero no para todas. Podríamos usar la palabra indigestión para explicar que se nos da una comida que no se cocinó correctamente para el público en general. Dado que los datos son impenetrables y llenos de matemáticas, muchas personas dicen: “la economía no es para mí”, pero lo cierto es que, si los ciudadanos no saben de economía, la democracia no tiene significado.
Usted sostiene que la economía hay que entenderla desde el lado político y social, pero también psicológico.
Antes el nombre completo de la materia era Economía política, pues estaban muy claras sus implicaciones. Todas las teorías económicas están basadas en suposiciones éticas y políticas, y la escuela dominante aparenta estar libre de estos valores, pero no es así. La psicología es una dimensión parcialmente reconocida en la economía convencional, en tanto que trata de lidiar con la crítica de quienes sostienen que el ser humano tiene una sola motivación: su búsqueda personal. Pero, basta con observar cómo vive la gente común para entender que es evidente que son muchas las motivaciones. Un profesor mío de Cambridge, un italiano llamado Ugo Pagano, decía que el mayor reto para los nuevos economistas era explicar por qué un hombre que no ayudaba a lavar los trates a su esposa después de cenar, era capaz de, felizmente, recibir una bala en lugar de uno de sus camaradas en la guerra. El ser humano es muy complicado. La psicología es más aceptada ahora, pero sigue sin modificar el centro de las teorías económicas.
El economista Richard H. Thaler uso la psicología para el estudio de los sesgos conductuales que rigen nuestra relación con la economía.
Eso, relativamente, es algo positivo. Pero creo que esa gente no va tan lejos como debería. Cuando mi héroe intelectual Herbert Simon, economista, psicólogo y uno de los padres fundadores de la inteligencia artificial, creó la teoría de los sesgos no se limitaba a modificar el comportamiento del individuo, proponía analizar a la sociedad en su conjunto. Desde una perspectiva estándar de la economía, la sociedad está hecha por los individuos, pero en la perspectiva de Simon, los individuos son producto de la sociedad, de sus instituciones y cultura. Desde luego que ellos tratan de cambiar las instituciones, pero para él la sociedad viene primero y los individuos después, en ese sentido es muy distinta a la versión de Thaler.
En su momento usted apoyó a Gustavo Petro; Rafael Corea suele citar sus ideas. ¿Qué percepción tiende de América Latina y de sus gobiernos de izquierda?
En las elecciones anteriores a que fuera elegido, firmé una carta de apoyo a Petro. Soy buen amigo de Rafael Correa, no hago un juicio de su plataforma política porque no conozco bien la región, solo veo las políticas económicas y apoyo esos aspectos. Sus políticas exteriores o de seguridad interna me son desconocidas. Creo que ambos, como también fue el caso de Néstor Kirchner en Argentina, están conscientes de que para transformar la sociedad se requiere de una transformación en el sector productivo. Piensa en Brasil, Lula y Dilma, tuvieron cierto progreso al reducir la desigualdad, lo consiguieron al incrementar las prestaciones sociales, mismas que fueron canceladas por Bolsonaro. Apoyé ese tipo de medidas, pero cuestioné que no prestaran suficiente atención al desarrollo de la productividad.
¿Qué piensa de López Obrador?
Lo ubicaría en una posición intermedia, no está tan enfocado en el desarrollo de la productividad como Corea o Petro, pero tampoco es Lula. Entiendo que el NAFTA es un gran obstáculo para que logren independencia productiva o programas de desarrollo, tal vez no quiere hablar de eso, pero aceptémoslo, desde que firmó el NAFTA, México se ha convertido en una de las economías de menor crecimiento en Latinoamérica.
¿Por qué su crítica a los tratados de libre comercio?
Básicamente si firmas un tratado de libre comercio con una nación económicamente moderna, significa que aceptas la actual división del empleo. Si una economía relativamente en retroceso quiere ponerse al día con una más avanzada necesita proteger sus industrias jóvenes. Esto es conocido como Infant Industries Protection, la teoría fue desarrollada, primeramente, por Alexander Hamilton, el primer ministro de finanzas (secretario del Tesoro) de los Estados Unidos, es quien aparece en los billetes de 10 dólares. Cuando los estadounidenses trataban de ponerse al día con los británicos y franceses, pusieron en práctica estas políticas proteccionistas. Es una herramienta muy importante para la protección de las industrias jóvenes, el problema es que el NAFTA es un tratado que requiere una fuerte inversión que no puedes regular y al firmarlo México renunció a una porción importante de libertad.
En ese sentido, ¿qué papel de tener el Estado?
Depende del país, cada uno enfrenta diferentes condiciones producto de su nivel de desarrollo. Entre los países ricos hay distintas formas de capitalismos, el japonés es distinto al de Estados Unidos, y este a su vez es diferente al sueco. Hay otros que incluso presentan combinaciones inesperadas, el mejor ejemplo es Singapur. Es común escuchar de su política de libre comercio y de su buena actitud hacia los inversores externos, sin embargo, tampoco podemos pasar por alto que 90% de la tierra es del gobierno, 85% de las casas fueron proporcionadas por el Estado y más del 20% del PIB es producido por empresas estatales, entre ellas la famosa Singapore Airlines. Es decir, si quieres diseñar un sistema económico que funcione bien con una sola teoría, Singapur no es el sitio indicado.
En un texto que escribió sobre Petro hablaba de que Colombia podría enfocarse en el sector manufacturero, ¿México estaría en la misma posición?
Puse énfasis en el sector manufacturero porque es de dónde viene la mayor parte del crecimiento productivo. Aun cuando puede venir de otros sectores, como la agricultura y servicios, se necesita el impulso de la manufactura. La agricultura europea o en Estados Unidos usa alta tecnología, ¿cómo lo lograron? Tienen sensores, drones, usan catalizadores, químicos, controles de computadora para alimentar, controles de temperatura. Todas estas tecnologías tienen su origen en el sector manufacturero.
La manufactura es vital para el desarrollo de tecnología, tecnología que también usa el narcotráfico…
Claro, todas las tecnologías pueden y han sido sometidas a abuso.
¿De qué manera el narcotráfico puede determinar la economía de un país como México?
Cuando tienes un sector que reta al gobierno y al resto de la economía, resulta muy difícil lidiar con ello. Al final, la única forma de superarlo es hacer atractivas otras actividades productivas. La tecnología ofrece oportunidades en términos de ganancias y trabajos bien pagados, de esta manera la gente estará menos interesada en el narco. Claro, esta es una visión muy angosta, porque el narcotráfico encuentró su desarrollo en la relación entre Estados Unidos, Colombia y de ahí se redirigió a México, implica políticas internacionales.
¿Las rentas universales son alternativas para países latinoamericanos? ¿Son la única vía para disminuir la pobreza o dar mayor movilidad social?
Pueden ser las herramientas más fáciles de usar, pero las desigualdades se pueden reducir de diferentes formas. A un nivel más profundo puedes redistribuir los activos, reformar la tierra, nacionalizar minas, empresas. Antes de la Segunda Guerra Mundial Japón era una sociedad muy desigual, después hicieron una gran reforma de la tierra y se convirtió en uno de los países con más igualdad. Se pueden incrementar las regulaciones del mercado, los impuestos y la redistribución. Si excluimos a Latinoamérica, los Estados Unidos es, por mucho, el país más desigual de la OCDE. Corea, Reino Unido, Israel, le siguen de cerca. En Corea del Sur la desigualdad se genera por las regulaciones del mercado, tienen muy poca redistribución, lo que hacen es proteger entidades económicamente débiles, tienen tiendas pequeñas, granjas pequeñas, empresas pequeñas, así se protegen de la competencia, sin embargo, esa no es la mejor forma de reducir la desigualdad. Hay cuatro formas principales para reducir la desigualdad: la redistribución de activos, los impuestos, las transferencias sociales y las regulaciones de mercado. Los programas de rentas universales pueden ser lo más fácil de hacer, pero no la revierten.
Se calcula que más de 73 millones de personas van a perder trabajos a causa de la Inteligencia Artificial, en contraste se prevé que se generarán más de 130 millones de nuevos empleos por la misma razón, ¿estamos preparados para esos nuevos trabajos?
Creo que hay una exageración en el impacto de la Inteligencia Artificial, lo que la gente normalmente hace, es decir: mira estos trabajos, todos son reemplazables, pero, primero que nada, el hecho de que un empleo puede ser reemplazado por la Inteligencia Artificial no significa que va a suceder.
¿Y estamos preparados para estos nuevos empleos que cada vez requerirán mayor capacitación?
Necesitamos lidiar con eso, entrenar, ayudar a la gente a encontrar nuevos trabajos, proveerlos de ingresos de apoyo. Muchos países lo han hecho desde siempre, Suecia, Finlandia y otros países escandinavos son muy buenos en lo que llaman Active Labor Market Policies, que ayuda a la gente a reentrenarse para nuevos trabajos. Este pánico no es nada nuevo, la gente que escribe de esto piensa que es su trabajo es el que está en riesgo por eso están preocupados, es hipocresía. Habiendo dicho eso, es importante, sin importar el número, tener políticas que ayuden a la gente que pierda sus empleos. Tenemos que aceptar la situación y enfatizar que el impacto de la Inteligencia Artificial o cualquier otra tecnología depende de lo que nosotros como sociedad hagamos por la gente que pierda su empleo.
Por último, ¿cree que estamos ante el fin del neoliberalismo? ¿Cómo entiende la izquierda moderna?
No sé si estamos al final. Hay que ver los registros, la desigualdad crece en la mayoría de los países, es un sistema que debió abandonarse hace 20 años, pero sigue en pie. Hay mucho poder y dinero en juego como para dejarlo ir. Acerca de la izquierda moderna, creo que depende de lo que quieras decir con izquierda. Tony Blair hablada de una Tercera Vía, de hecho, en los años setenta la Tercera Vía era Suecia, país al que junto con Dinamarca y Alemania todavía les va muy bien con su social democracia. Aún veo mucho interés en el modelo social demócrata, aunque es verdad que el mundo está cambiando muy rápido.
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