‘Yurei’, un documental sobre la identidad y la migración japonesa a México
“Mi forma de entender la identidad está ligada con el espacio geográfico, pero también con las historias más grandes que nos contamos a nosotros mismos”, explica la directora Sumie García.

Por Héctor González
¿Cómo influyen el paisaje, el tiempo y los secretos en nuestras identidades personales y colectivas? A partir de una investigación sobre la migración japonesa a México, la cineasta y artista visual Sumie García, reflexiona sobre este y otros temas en Yurei, su nuevo documental, mismo que recién se estrena en salas.
Articulados por medio de la danza, la realizadora reúne un conjunto de testimonios que intentan explicar no solo sus orígenes, sino también los efectos del silencio histórico y de aquellas emociones que no alcanzamos a nombrar.
La película de alguna manera tiene que ver con tus orígenes, ¿en qué momento sientes la necesidad de hablar de esto?
Todo empezó con un cortometraje que hice llamado Relato familiar y donde hablaba de un abuelo mío sobreviviente de Hiroshima que tenía una tienda de fotografía en la Santa María la Ribera. El corto también mostraba el shock que me produjo descubrir esa historia a finales de mis veintes y no antes. Mientras hacíamos la difusión conocí a la investigadora del INAH, Daily Melgar y me contó muchas historias de la migración japonesa a México de las cuales no tenía idea. Así a conocí a más personas y comprendí que ese silencio generacional era algo muy extendido y no solo de mi familia.
La migración japonesa a México es poco conocida…
Hace poco le comenté esto a una persona en Sinaloa y me respondió que ahí estaba super ubicada. Creo que depende de la región del país, pero es verdad que en lo general sí es poco conocida.
¿Cómo fue el proceso de investigación?
Largo y gracias a Daily Melgar muy riguroso. Su especialidad es migraciones japonesas a Latinoamérica y en particular a México. Gracias a ella pudimos hacer mesas redondas con gente de Tapachula y Ensenada para que contaran sus historias. A través de esas conexiones seleccionamos los relatos que integran la película.
Yurei es concepto vinculado con las almas de los muertos y creo que esto tiene relación con la atmósfera que construyes.
Más que a las almas de los muertos queríamos referirnos al fantasma visto desde una manera más amplia y conceptual, es decir como aquello que nos acecha, pero también nos forma en el día a día. Caben por igual las historias individuales, los procesos históricos que desconocemos y los silencios. Por eso hay una bailarina fantasmagórica que ata capítulos que son dispersos en términos geográficos.
¿En qué momento encontraste que la danza sería el nudo de los relatos?
Al principio estaba muy clavada con la idea de que un solo espacio puede ser muchas cosas a lo largo del tiempo, en ese sentido, nos sirvió para hacer visible lo invisible, para expresar todas las emociones que no se decían en los relatos. Los secretos históricos y familiares tienen cargas emocionales muy fuertes que siguen sin ser completamente expresadas. Nos tenemos que imaginar lo que la gente sentía dado que no existe testimonio alguno de las emociones concretas.
¿Es una forma de llegar a aquello que creemos innombrable?
Le diste al clavo, ¿cómo puedes expresar aquello que no puedes verbalizar?, en nuestro caso a través del cuerpo y el movimiento de Irene Akiko lida, una bailarina y coreógrafa extraordinaria, y muy representativa de la comunidad nikkei en México.
¿A nivel emocional qué respuestas encontraste a tus preguntas?
Comencé la película sin una búsqueda personal. Al principio me interesaba retratar a una comunidad, quizá porque nunca había participado en las escuelas o fiestas nikkei. Nunca pensé sentirme identificada con gente de Tapachula o Ensenada, pero descubrir esos vínculos fue algo super emocionante e invaluable a nivel personal.
Al final ese es uno de los temas que dan resonancia a tu película, la forma en que cargamos con la identidad más allá de los espacios geográficos.
El tema identitario es recurrente en mi trabajo como artista visual y cineasta. Mi forma de entender la identidad está ligada con el espacio geográfico, pero también con las historias más grandes que nos contamos a nosotros mismos.

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