“El machismo es consecuencia de una deficiente salud sexual”: Rodrigo Moheno
El presidente de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología participa en un libro que pretende dotar de herramientas a los adultos para que acompañen a los adolescentes en una formación más sana en esta materia.

Por Héctor González
Un estudio realizado por Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología reveló que, en el rango de 12 y 13 años, el 80 por ciento de los adolescentes consumen contenidos explícitos o pornográficos en línea, informa Rodrigo Moheno, actual presidente de la institución.
Para contrarrestar este tipo de datos, es preciso información y tender puentes de diálogo acordes al presente, precisa el investigador y también coautor de Educación integral en sexualidad (Siglo XXI), un libro donde cinco especialistas aportan herramientas y metodologías para trabajar el tema tanto en la escuela como en casa.
¿En qué sentido hace falta replantear la educación sexual?
En México y toda la región de América Latina, atravesamos un momento en el que la sexualidad está muy asociada a padecimiento, embarazos en adolescentes, violencia, altas tasas de infecciones. Es decir, una parte de lo que hemos enseñado en materia de sexualidad no ha sido suficiente. Desde 2023, y como parte de la Nueva Escuela Mexicana, nuestro país integró en los libros de texto gratuito una educación sexual más moderna, situación que dejó a los adultos de ciertas generaciones un poco anticuados. Por lo mismo, el libro pretende dotar de herramientas a los adultos para fortalecer una educación integral en este sentido.
¿Qué cambios necesitamos hacer los adultos en materia de educación sexual?
La información que recibimos los adultos de mi generación estaba basada en prácticas muy individuales y con creencias muy limitadas, comparado a lo que es la educación integral en sexualidad. Hoy la educación está basada en conocimiento y evidencia científica. Va más allá de prevenir infecciones o embarazos y se enmarca en el respeto a los derechos humanos y igualdad de género. Es importante tener las herramientas para establecer diálogos y el libro apunta a ello.
Cierto, hoy hay categorías de diversidad que se han conseguido.
En realidad, son temas que siempre han existido, el problema es que invisibilizaron y se hablaba muy poco de ellos. Lo primero es entender el contexto en que partimos, todo dentro de los derechos humanos. A partir de ahí viene el respeto de cada persona individual para su libre desarrollo. Entre más estudio sobre sexualidad humana más comprendo que la sexualidad es tan diversa como diversas somos las personas. No hay dos personas que tengan las mismas preferencias, gustos, placer, hasta el mismo entendimiento de la sexualidad no sólo en el nivel físico sino de forma emocional, mental o energético, espiritual incluso. Cuando uno toma las decisiones en torno a la sexualidad no está normalmente ahí mamá o papá para consultarles, por eso es necesario dotar de herramientas e información útil. Hoy los adultos podemos abrazar nuevas metodologías para acercarnos de mejor manera a los menores.
¿Cómo evalúas la educación sexual desde la Nueva Escuela Mexicana?
El machismo es consecuencia de una deficiente salud sexual. Hemos normalizado la violencia de género y salir de esa inercia no depende solo del gobierno o de los libros de texto. La Nueva Escuela Mexicana tiene un abordaje muy integral e importante a la sexualidad, pero no es suficiente. Los contenidos son correctos, están fundamentados en conocimiento científico, en la ley, en el marco normativo. El gran reto ahora el gran es que las personas adultas, mamás, papás, tutores, abuelas, abuelos e incluso docentes, acompañemos a los adolescentes. En la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología recién realizamos un estudio que nos dice que, en el rango de 12 y 13 años, el 80 por ciento de nuestros adolescentes consumen contenidos explícitos o pornográficos en línea. Cuando les preguntamos por qué lo hacen, 60% responde porque en casa encuentra las respuestas para entender la sexualidad. Si los adultos no tenemos las herramientas para acompañar a los adolescentes van a seguir recurriendo a internet.
¿Cómo se configura una educación integral en términos de sexualidad?
La integralidad tiene que ver con que la sexualidad es un aspecto de la vida humana que no lo vivimos en un plano solamente. La vivimos desde nuestra mente, con fantasías, deseos, por supuesto física y biológicamente, pero también hay una parte emocional, una parte vinculativa que nos diferencia de otros mamíferos. Entonces, la integralidad de la sexualidad tiene que ver con abordarla desde ahí y tiene que ver con el género, la orientación sexual, la reproductividad, va más allá de decirme que me ponga un condón. Tiene que ver con revisiones y expresar si soy víctima de violencia, con la construcción de sociedades donde se respete el consenso. Todo esto lo engloba la educación integral.
¿Cómo podemos prepararnos mejor los adultos?
Lo primero es informarnos. Creo que el libro funciona como una pequeña introducción. El Fondo de Población de la ONU, Fundación México Vivo y la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, desarrollamos una plataforma llamada PARESS, está en línea y es de acceso libre y gratuito. Ahí tenemos cursos gratuitos y autogestivos para todas las edades. Contamos también con una biblioteca con más de 300 títulos en sexualidad humana; ejercicios para hacer en familia; juegos didácticos para hacerlos en casa o en el aula; hay video e infografías. Mapeamos todos los servicios de salud sexual a nivel nacional, tanto para adolescentes, como de atención a violencia y enfermedades de transmisión sexual, de aborto seguro en los 32 estados.
¿Qué se puede hacer para prevenir el acceso a contenidos de pornografía en línea?
Tenemos dos caminos. Uno es el legislativo, debe filtrarse el contenido que ven los menores de edad. No tiene que ver con coartar la libertad de expresión sino con cuidar el derecho de las niñas y los niños a una vida libre de violencia. El segundo, consiste en que como sociedad abramos el diálogo sobre lo que ya está pasando, hablarles a los menores sobre lo que es la pornografía y advertirlos de que esa no es la realidad y que, por el contrario, atrás de esos contenidos hay cadenas de explotación. Tenemos que trabajar mucho en concientizarles en un consumo responsable de lo que van a encontrar en internet.
Es decir, no ocultar el tema…
Así es, en el estudio que hicimos encontramos que entre 60-58% de los adolescentes que han visto pornografía llegaron a este contenido por otra persona que se los enseñó. Es muy difícil parar lo que está sucediendo, por eso es mejor hablar del tema en casa y darles herramientas para que tengan una mejor educación sexual.

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