Estados Unidos regresa más de 900 bienes culturales a México
Destaca la devolución de 828 piezas, por parte de la Colgate University, y la entrega de una figura humana de estilo olmeca, originaria del centro de México, elaborada entre 900 y 400 a.C.

Las Secretaría de Relaciones Exteriores y el Instituto Nacional de Antropología e Historia informaron de la restitución de 915 bienes culturales pertenecientes al patrimonio de la nación, efectuada el 3 de marzo de 2025.
María José Buerba, directora para la Restitución del Patrimonio Cultural de la SRE, detalló que la recuperación se dio por conducto de la Embajada de México en Estados Unidos, en Washington, D.C., y de los consulados generales en Los Ángeles y Nueva York, en colaboración con ciudadanos e instituciones comprometidos con la causa, como la Colgate University, ubicada en Hamilton, Nueva York, que en para la ocasión devolvió 828 piezas prehispánicas, mismas que se suman a los 67 bienes arqueológicos restituidos voluntariamente, meses atrás, por la misma universidad.
Por su parte, Alejandro Bautista, subdirector de Registro de Monumentos Arqueológicos Muebles de la Dirección de Registro Público del INAH, explicó que los dictámenes realizados por especialistas del INAH, mediante imágenes e inspecciones físicas, confirmaron la autenticidad de los objetos, los cuales son testimonios materiales de diversas culturas que se asentaron en el territorio que hoy es México, en periodos previos al contacto español.
Los bienes arqueológicos que integran el conjunto abarcan un arco temporal de tres milenios, desde el periodo Formativo (1500 a.C.) al Posclásico Tardío (primeras décadas del siglo XVI), y provienen de diversas regiones mesoamericanas: occidente mexicano, Bajío, costa del Golfo, Altiplano Central, la zona de Oaxaca y el área maya.
Piezas en resguardo
Del corpus destaca, por su antigüedad y estado de conservación, además de contar aún con restos de enlucido blanco y pigmento rojo, una figura antropomorfa de estilo olmeca, elaborada en algún sitio preclásico, entre 900 y 400 a.C., en los territorios que hoy ocupan los estados de Puebla y Morelos.
Se trata de la representación, en barro modelado, de un personaje masculino en posición sedente, con el torso desnudo y ataviado con un taparrabo. El personaje lleva las piernas cruzadas, mientras que una de sus manos sostiene su rodilla; presenta deformación craneal y rasgos típicos de la cultura olmeca.
La escultura, de 12 cm de largo y 8 cm de ancho, se entregó de forma voluntaria al Consulado General de México en Los Ángeles, California. Cabe citar que su imagen apareció referida en The art of ancient Mexico (1954), como parte de una colección particular, sin mayores datos.
Agregó además, que la pieza es un ejemplo de los cánones del estilo olmeca -civilización que en su origen ocupó las fértiles tierras de lo que hoy son Veracruz y Tabasco-, los cuales se extendieron hacia el Altiplano Central e, incluso, alcanzaron las costas del océano Pacífico.
Del acervo restituido también sobresalen un yugo de estilo olmeca (1000-400 a.C.), manufacturado en roca metamórfica mediante la técnica de desgaste por abrasión, y una máscara elaborada en la región del occidente mexicano, durante los años 100 y 600 d.C.
Ollas, vasijas, vasos, cajetes, platos, botellones, figurillas antropomorfas y zoomorfas en cerámica y roca, de orígenes maya, teotihuacano y tolteca, de los estilos Chupícuaro del Bajío, Capacha y de la tradición Tumbas de Tiro de occidente, así como Remojadas de la Costa del Golfo, se encuentran ya bajo el resguardo del INAH para su debido análisis, registro, conservación y difusión.

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