Bosques del futuro | Tecnología y comunidad tejen puentes para conservación en México

Por Ernesto Herrera* | Reforestamos México**

La importancia de los bosques

Los bosques no solo son árboles. Son el hogar de miles de especies, son fábricas naturales de agua, reguladores del clima y espacios esenciales para la vida. México, como uno de los 10 países más megadiversos del planeta, tiene en sus bosques un patrimonio vital para su presente y su futuro.

La importancia de asegurar más y mejores bosques

Pero no basta con conservar lo que tenemos. Necesitamos más y mejores bosques: paisajes restaurados, conectados, funcionales. Bosques capaces de seguir brindando servicios ecosistémicos, sostener medios de vida dignos para las comunidades, y enfrentar los desafíos del cambio climático y la pérdida acelerada de biodiversidad.

Esta visión está alineada con los compromisos internacionales que México ha asumido. En 2022, durante la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica, se adoptó el Marco Global de Biodiversidad de Kunming-Montreal, en el cual los países firmantes —incluido México— acordaron 23 metas ambiciosas de las cuales es importante resaltar una meta en particular:

Meta 3: Conservar efectivamente el 30% de las superficies terrestres y marinas.
Esta meta global refuerza la urgencia de acelerar los esfuerzos de protección de los diferentes ecosistemas, reconociendo que es necesaria para asegurar la salud de los mismos y por lo tanto, el bienestar de las personas y la base de una economía próspera.

Los retos que vivimos para conservar

Hoy enfrentamos presiones crecientes: deforestación, expansión agrícola desordenada, incendios forestales más severos. En México entre 2001 y 2023, de acuerdo con cifras oficiales, se han perdido en promedio 207,655 hectáreas de vegetación forestal por año. La pérdida de cobertura forestal amplifica los riesgos ecológicos y sociales ante el cambio climático. Y el cambio climático a su vez, es una amenaza la salud de los bosques.

Por ejemplo, el derribo de árboles en las zonas forestales de Acapulco y Coyuca de Benitez en Guerrero por el huracán Otis en 2023, derivó en la acumulación de materia vegetal muerta que en la temporada de secas, favoreció graves incendios forestales y reducir la estabilidad y capacidad del suelo para infiltrar el agua. Esto trajo como consecuencia mayores daños por deslaves ocasionados por el huracán John en 2024.

Las Áreas Naturales Protegidas y los corredores biológicos

Un pilar central en la respuesta de México son las Áreas Naturales Protegidas (ANP). Actualmente existen 232 ANP federales y 605 Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), que en conjunto suman más de 99 millones de hectáreas bajo algún esquema de protección tanto en zonas terrestres y marino-costeras.

Detrás de este esfuerzo destaca el trabajo institucional que realiza el gobierno federal a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), que precisamente, el 5 de junio de 2025, cumple 25 años de haberse creado. Su trabajo ha sido fundamental para resguardar buena parte de los ecosistemas estratégicos del país, mantener la biodiversidad y generar esquemas de gobernanza ambiental con comunidades y actores locales. Aunado al esfuerzo federal, los gobiernos estatales y municipales también han deceretado zonas de protección.

Sin embargo, las ANP aisladas no son suficientes. La naturaleza necesita puentes naturales: corredores biológicos que permitan la movilidad de la fauna, la dispersión de semillas, la circulación de agua y el flujo de nutrientes. Sin estos puentes, las ANP se convierten en espacios desconectados y vulnerables ante las amenanzas climáticas.

Corredores bioculturales: cuando la conservación integra a las personas

Pero los corredores no solo son biológicos, también son bioculturales. En ellos habitan comunidades rurales e indígenas que han convivido históricamente con estos paisajes. La conservación es exitosa cuando integra su conocimiento tradicional, su gobernanza comunitaria y sus prácticas productivas sustentables. De hecho, en el Convenio de Conservación Biológica se reconocen “Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas” (OMEC), aquellos espacios geográficos que, aunque no están formalmente designados como áreas protegidas, contribuyen de manera significativa y sostenida a la conservación de la biodiversidad. Estos lugares pueden tener diversos usos y formas de gobernanza, pero se caracterizan por mantener prácticas de manejo que aseguran la protección a largo plazo de especies, ecosistemas y funciones ecológicas. Las OMEC reconocen también la importancia de los valores culturales, espirituales y socioeconómicos de las comunidades locales, integrando la conservación con el bienestar humano y el uso sostenible del territorio.

Las alianzas para conectar y manejar los territorios: el caso COBIOCOM

Desde Reforestamos México, junto con instituciones públicas, académicas y organizaciones civiles, hemos impulsado la gestión del Corredor Biocultural del Centro Occidente de México (COBIOCOM). Esta alianza es posible gracias al compromiso de nueve estados —Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Colima, Zacatecas y Querétaro— además del respaldo de la CONANP, la CONABIO, WWF México y Reforestamos, quien funge como coordinador operativo desde 2019.
El propósito del COBIOCOM es impulsar acciones que permitan conectar las ANP federales, estatales y municipales en una superficie aproximada de 15.8 millones de hectáreas, organizadas en 17 subzonas. Este enorme mosaico territorial integra, además de las ANP, diversos paisajes productivos que brindan medios de vida a 6.7 millones de personas.

PEARL: generar información útil para decidir mejor

Pero para planear bien, hay que conocer bien. Microsoft y Development Seed desarrollaron PEARL, una herramienta que analiza imágenes satelitales y que, a través de algoritmos e inteligencia artificial, clasifica el uso de suelo en 10 categorías diferentes. Reforestamos, con el apoyo de Microsoft y Development Seed, adaptó PEARL para ser usada en 8 zonas del país, 3 de ellas en la zona del COBIOCOM. Los mapas que genera PEARL se validan por expertos en Sistemas de Información Geográfica y con ello, podemos contar con mapas actualizados que permiten brindar monitoreo oportuno a los bosques en cerca de 12 millones de hectáreas. Los mapas generados permiten identificar áreas prioritarias para conservación, restauración y conectividad. Esta información es fundamental para facilitar la toma de decisiones multisectoriales en un lugar determinado.

Un primer plano: el paisaje entre Sierra de Manantlán y Nevado de Colima

Dentro del COBIOCOM, uno de los paisajes analizados con PEARL es el Corredor Biológico Sierra de Manantlán-Volcán Nevado de Colima (CBMaNe). Este corredor conecta cuatro ANP de alta relevancia: la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán, el Parque Nacional Volcán Nevado de Colima, el Parque Estatal Bosque Mesófilo Nevado de Colima y el Área de Protección de Flora y Fauna El Jabalí.

Gracias al decreto de corredor biológico Río La Lumbre – Comala, impulsado por el Instituto de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del gobierno de Colima, la superficie de conectividad natural alcanza una superficie de 186.7 mil hectáreas en los estados de Jalisco y Colima.

La bioculturalidad en acción

En este paisaje, la bioculturalidad se expresa en actividades productivas responsables: el café bajo sombra, la producción de miel, el manejo sostenible del agave silvestre para destilados, los sistemas silvopastoriles y el ecoturismo comunitario. Estas actividades no solo conservan el bosque, también sostienen economías locales compatibles con la biodiversidad.

Además, estos corredores son el hábitat de especies emblemáticas como los felinos (jaguares y pumas), que requieren grandes extensiones de territorio interconectado para mantener saludables los ecosistemas donde viven.

El rol de las personas: consumir responsablemente también es conservar

Finalmente, los consumidores también tenemos un papel. Cada vez que elegimos productos forestales y agrícolas responsables, apoyamos directamente a estas comunidades y territorios. La conservación no es un esfuerzo lejano: es una red de decisiones cotidianas que permite que los bosques sigan vivos.
Más y mejores bosques son posibles si integramos ciencia, tecnología, alianzas y el conocimiento profundo de quienes habitan los territorios. Ese es el camino que estamos construyendo.

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Ernesto Herrera es director general de Reforestamos México, asociación civil que desde 2002 trabaja en alianza con los distintos sectores de la sociedad: empresas, jóvenes, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, academia y gobierno, para asegurar más y mejores bosques para impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país. Para más información consulta www.reforestamosmexico.org

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*Ernesto Herrera es director general de Reforestamos México, asociación civil que desde 2002 trabaja en alianza con los distintos sectores de la sociedad: empresas, jóvenes, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, academia y gobierno, para asegurar más y mejores bosques para impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país. 

** Reforestamos México es una asociación civil que desde 2002 trabaja en alianza con los distintos sectores de la sociedad: empresas, jóvenes, comunidades, organizaciones de la sociedad civil, academia y gobierno, para asegurar más y mejores bosques e impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país. Para más información consulta www.reforestamosmexico.org

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