Ciudades Inteligentes: Escudo ante desastres naturales | Artículo

La capacidad de las Smart Cities para anticiparse y responder a las amenazas climáticas las convierten en un modelo a seguir y el futuro de nuestras urbes depende de la adopción de los principios que rigen las ciudades inteligentes.

noviembre 9, 2023 9:29 pm Published by

*Por Arturo Constantini – especialista en Destinos Inteligentes, Big Data e IA.

Rara vez contemplamos la vulnerabilidad de nuestras ciudades ante la furia de la naturaleza. Sin embargo, recientemente, el icónico destino de Acapulco se vio sacudido por un huracán de categoría 5 que dejó un rastro de muerte y devastación. Este evento, además de recordarnos la importancia de atender el cambio climático, también pone de manifiesto las ciudades inteligentes como una respuesta a la amenaza de un desastre natural.

Es cierto, hablar de una ciudad inteligente en uno de los estados más pobres del país pareciera sonar fuera de la realidad. Sin embargo, una Smart City no es un cúmulo de tecnología sin ton ni son, ni una utopía extraída de una película de ciencia ficción, sino una visión estratégica que ayuda, a cualquier territorio, a encaminarse hacia una gestión más eficiente de los recursos con los que cuenta -materiales, humanos, económicos- lo que conlleva a tener mejores mecanismos para prevenir una tragedia de la magnitud que presenciamos con el paso del huracán Otis.

El desarrollo de una ciudad inteligente no radica en tecnología futurista sino en una colaboración entre diferentes niveles de gobierno, iniciativa privada, academia y sociedad civil para materializar una visión a largo plazo. La “inteligencia” no es exclusiva para las grandes urbes sino para todos los territorios porque, parte de su esencia, es ser inclusiva.

Una ciudad inteligente, en esencia, es una urbe que utiliza tecnología -cuando sea necesario- y análisis de datos para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y garantizar su seguridad en situaciones de emergencia. Estas Smart Cities están diseñadas para funcionar de manera eficiente, reducir el impacto ambiental y, lo que es de particular relevancia en este contexto, enfrentar los desafíos de los desastres naturales.

Las ciudades inteligentes no solo se basan en la innovación tecnológica, sino que también promueven la resiliencia y la participación activa de la comunidad. Son urbes que se preparan proactivamente para eventos climáticos extremos, minimizando sus efectos y garantizando la seguridad de sus habitantes. Esto se logra a través de sistemas de alerta temprana, coordinación efectiva de la respuesta de emergencia, infraestructura resistente, rutas de evacuación optimizadas, educación comunitaria y un firme compromiso con la sostenibilidad ambiental.

 

Sistemas de alerta temprana

Las ciudades inteligentes destacan por sus sistemas de alerta temprana precisos. Estos sistemas se nutren de datos de múltiples fuentes, como satélites meteorológicos y modelos climáticos, lo que les permite predecir con precisión la llegada de desastres naturales. En el caso de Acapulco, un sistema avanzado de alerta temprana podría haber proporcionado a la población las horas críticas necesarias para prepararse y evacuar, minimizando pérdidas humanas y materiales.

Coordinación de respuesta de emergencia

La coordinación efectiva en el caos que sigue a un desastre natural es fundamental. Las ciudades inteligentes emplean tecnología para garantizar respuestas ágiles de los servicios de emergencia. Esta eficiencia no solo optimiza la gestión de la crisis, sino que también ofrece información en tiempo real a los ciudadanos, lo que puede ser vital en momentos de incertidumbre.

Infraestructura resiliente

Una de las características sobresalientes de las ciudades inteligentes es su infraestructura resistente. Están diseñadas para soportar las condiciones climáticas más extremas, gracias al uso de materiales de construcción de vanguardia y técnicas avanzadas. Esta resiliencia no solo reduce el impacto inmediato de los desastres, sino que también acorta los tiempos de recuperación.

Rutas de evacuación inteligentes

En el escenario de una evacuación, las ciudades inteligentes utilizan tecnología para supervisar el flujo del tráfico, detectar obstrucciones en las carreteras y guiar a los ciudadanos hacia zonas seguras. Esto no solo asegura la seguridad de la población, sino que también evita la congestión y el caos que a menudo acompañan a las evacuaciones.

Participación comunitaria y educación

La participación activa de la comunidad y la educación sobre los riesgos son elementos fundamentales en la preparación y respuesta a desastres naturales. Las ciudades inteligentes mantienen a sus ciudadanos informados, comprometidos y educados, fomentando una mayor conciencia y preparación. Esto, a su vez, fortalece el tejido social y la resiliencia colectiva.

Sostenibilidad ambiental

Las ciudades inteligentes también hacen hincapié en la sostenibilidad ambiental, reduciendo su huella de carbono y contrarrestando los efectos del cambio climático. A través de inversiones en fuentes de energía limpia y una infraestructura ecológica, contribuyen al esfuerzo global por mitigar la causa fundamental de eventos climáticos cada vez más extremos.

La capacidad de las Smart Cities para anticiparse y responder a las amenazas climáticas las convierten en un modelo a seguir y el futuro de nuestras urbes depende de la adopción de los principios que rigen las ciudades inteligentes. Ofrecen no sólo soluciones inmediatas a situaciones concretas -como el caso de un huracán- sino también una visión a largo plazo de sostenibilidad que ayuda a mitigar el cambio climático y mejorar la calidad de vida de todos los habitantes.

*Arturo Constantini (@ArtConstantini) Experto en el desarrollo de Destinos Turísticos Inteligentes y la implementación del uso estratégico de datos e Inteligencia Artificial en el sector turismo. Actualmente es consultor para la Organización Mundial de Turismo y cofundador de la empresa Brain Analytics and Innovation.

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