¿Por qué el Acueducto del Padre Tembleque es Patrimonio Mundial de la Humanidad?
Editorial Jus recupera ‘El Padre Tembleque’, volumen escrito en 1945 por el clérigo Octaviano Valdés, donde se cuenta la historia de la obra recién catalogada por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad.

El acueducto del Padre Tembleque, obra que tardó cerca de 17 años en edificarse, es una construcción que unifica los conceptos hispano arábicos de ingeniería hidráulica con el desarrollo artesanal de los más de cuarenta pueblos indígenas que participaron en su edificación. El pasado 5 de julio, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) publicó la decisión de nombrarla Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El Sistema hidráulico del acueducto del Padre Tembleque, ubicado en los límites del Estado de México e Hidalgo, fue construido en el siglo XVI. “Uno de estos puentes posee la mayor arcada de un solo nivel construida en todos los tiempos para una obra de esta clase”, resaltó el comité de patrimonio mundial de la Unesco.
La candidatura mexicana formaba parte del total de 36 lugares que aspiraban a ser inscritos en la lista.
La obra fue emprendida por iniciativa del fraile Francisco de Tembleque y la realización del complejo hidráulico fue obra de las comunidades locales.
En 1945, el padre Octaviano Valdés se propuso contar su historia en el libro El Padre Tembleque, reeditado por el sello Jus. La obra puede ser considerada por algunos, en rápido y superficial acercamiento, una “novela histórica.” Puede ser calificada por otros, con mayor erudición, “variaciones literarias alrededor de un tema histórico” o quizá, con mayor dosis de cercanía podemos decir que se trata de bocetos recios de retratos interiores enmarcados en el tiempo fuerte de la evangelización primera en la tierra inhóspita de las cercanías de la Ciudad de México. Retratos interiores que como personajes de intenso peso humano, bien podrían, reducidos a su esencia, pertenecer a otros tiempos.

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