Granjero australiano sobrevive a ataque de cocodrilo “mordiéndolo de regreso”

Colin Deveraux, un granjero australiano, pasó un mes en el hospital tras ser atacado por un cocodrilo de agua salada en el territorio norte de Australia, un evento al que sobrevivió tras enfrentarse con el reptil de 3.2 metros de longitud.

Tras el peligroso y casi mortal incidente, el sobreviviente se dijo muy afortunado de repeler el ataque, todo gracias a que en el momento, decidió “morder de regreso” a su prehistórico agresor.

En una entrevista con la cadena de noticias ABC News, Deveraux comentó que en su lucha por sobrevivir mordió el párpado del cocodrilo, acción que al final le permitió mantenerse con vida.

Según su narración de los hechos, todo comenzó después de que se detuviera en un lago mientras manejaba camino a construir una valla cerca del río Finniss el pasado mes de octubre. Mientras veía que muchos peces nadaban en una misma dirección, aparentemente huyendo de algo, Deveraux se quedó pasmado al darse cuenta que se trataba de un cocodrilo de más de tres metros. En una primera instancia logró esquivarlo, pero al intentar alejarse nuevamente, el reptil se aferró con sus mandíbulas a su pierna derecha, sacudiéndolo como a “una muñeca de trapo” y jalándolo con él al agua.

Admitió que primero trato de patear las costillas del depredador con su otra pierna, y “estaba en una posición muy extraña, pero por casualidad mis dientes encontraron su párpado. Era muy grueso, como aferrarse a cuero, pero lo sacudí hacia atrás y me soltó“.

“Me alejé y me fui a grandes pasos hacia donde estaba mi auto. Me persiguió por un momento, tal vez cuatro metros, y luego se detuvo”, añadió.

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Deveraux utilizó una toalla y un poco de cuerda para detener el sangrado de su pierna, antes de que su hermano finalmente lo llevara al Hospital Royal Darwin donde fue internado.

El ganadero aseguró que las cosas hubieran sido muy distintas si el cocodrilo lo hubiera mordido en otra parte, por lo que fue bastante afortunado. Igualmente, comentó que el incidente ha sido una señal para cambiar su rutina, ya que “llevo mucho tiempo camino alrededor del pantano arreglando bardas y viviendo mi vida, pero esto me abrió los ojos”.

Los cocodrilos de agua salada son una especie protegida en el norte de Australia por el gobierno, esto debido a que son una especie considerada como de gran importancia humana y científica, además de una valiosa atracción turística por sus grandes tamaños.

Según reporta la BBC, el último ataque fatal por un cocodrilo fue en abril de este año en el río Kennedy, en la Península del Cbao de York, en Queensland.