Bunko Roma-Condesa celebra 7 años de difundir cultura y de ser refugio de los otomíes

El Centro Comunitario presentará una serie de actividades para celebrar su aniversario este 8 de junio; lo recaudado será utilizado para remodelar el espacio tras los daños ocasionados por las lluvias.

junio 7, 2025 1:35 pm Published by

Por Héctor González

Bunko es una palabra de origen japonés utilizada para denominar a aquellas bibliotecas que se crean solo por gusto. El término da nombre también a uno de los proyectos culturales impulsados por IBBY México, una asociación civil con presencia en más de ochenta países dedicada a promover la lectura y los libros entre las infancias.

En la capital del país existen dos Bunkos, uno ubicado en San Gregorio Atlapulco, en Xochimilco y otro en Orizaba 37, en la colonia Roma-Norte, este último cumplirá 7 años el próximo 8 de junio.

En esta ocasión la celebración será distinta a las anteriores: producto de las lluvias de las últimas semanas, el espacio ha visto afectadas sus instalaciones y su acervo bibliotecario por lo que sus actividades tienen el fin de reunir fondos para su remodelación.

El techo de lámina de su biblioteca no soportó la lluvia y se mojó la tercera parte del catálogo. “Calculamos que se echaron a perder casi seiscientos libros, la mayoría enfocados a jóvenes y adolescentes, así como todo lo que habíamos construido en otros idiomas. Es muy triste, imagínate, tenemos siete años construyendo esta colección y haciendo curaduría porque buscamos que los títulos que seleccionamos tengan calidad no que reproduzcan discursos comerciales, sino que tengan una propuesta artística. Todo el trabajo de siete años se perdió en un ratito”, explica María de los Ángeles Aquino, coordinadora del Bunko.

Trabajo con la comunidad otomí

En 7 años el espacio ha trascendido su objetivo inicial y se ha convertido en más que una biblioteca. Hoy es un Centro Comunitario que ha acogido de manera especial a la comunidad otomí que ronda la zona.

“Durante la pandemia tuvimos que trabajar a puerta cerrada, mientras hacíamos la curaduría de los donativos que nos traía la gente yo salía a caminar, es verdad que estamos en una zona privilegiada, pero también descubrí que había niños que venden en la calle o piden dinero y los invité a venir, así fue como nos acercamos a la comunidad otomí”, recuerda María de los Ángeles.

En poco tiempo niños y jóvenes otomíes se apropiaron del sitio y lo hicieron propio. Desde entonces acuden, particularmente los viernes a leer, jugar, convivir. “Incluso atendemos a las familias para apoyarlas en cuestiones de documentación o inscripciones en línea, pues no tienen computadoras. La trabajadora social Leticia Figueroa está muy cerca de ellos porque nos ha tocado ver cuestiones muy difíciles”.

Samanta Dionisio Romero es la bibliotecaria del Bunko desde hace año y medio, comenzó a trabajar ahí casi de manera accidental. Mientras paseaba con su madre, descubrió el lugar y de inmediato conectó con el proyecto. Comenzó como voluntaria y hoy está ahí de tiempo completo. Le ha tocado ver cómo los otomíes han encontrado un lugar de diversión, pero también de seguridad. “Nos interesa que nos vean como un espacio de oportunidad”. La lista de niños otomíes que acuden al Bunko es de 70, pero de manera regular la cifra se ajusta a treinta.

Panchito y Chavita eran dos hermanos otomíes, de 9 y 7 años. Asistían a cursos de alfabetización al mismo tiempo que pedían dinero en la calle. En una ocasión, en un restaurante, se acercaron a una mesa donde se encontraban dos muchachos con su perro. Uno de ellos ofreció dinero a los niños a cambio de que acariciaran a la mascota. En reacción al tacto del menor el perro lo tomó del brazo y lo zarandeo. Panchito y Chavita fueron al Bunko a pedir auxilio.  “No buscaron a sus papás, vinieron con nosotros porque para ellos este es un lugar seguro al que reconocen como suyo. Después me dijeron, ¿y sabes qué es lo peor Maru? Que no nos dieron dinero y nada más se rieron”, recuerda María de los Ángeles.

Samantha agrega que su objetivo es apoyar a la comunidad desde en cosas importantes o delicadas hasta con un vaso con agua. “Apenas nos enteramos de dos jóvenes que hicieron su examen para la universidad, una de ellas al parecer es la primera en su familia en continuar con sus estudios. Desde luego todo esto es conmovedor, pero creo todavía más importante es que aquí se sienten motivados para seguirse desarrollando”.

Cultura y prevención

Como Centro Comunitario y para cumplir con sus objetivos, han establecido alianzas que les permite tender redes de apoyo y responder a problemáticas de violencia, abuso, tanto en la calle como en casa.

Recientemente, en colaboración con la organización Pozo de Vida se está generando un protocolo de detección, prevención y acción contra el abuso sexual infantil. “Les damos apoyo tanto en lo psicológico como en lo legal, en este sentido la Comisión Nacional de Derechos Humanos ha sido un aliado muy importante”.

A la par de estas redes institucionales, la gente del barrio se ha sumado al proyecto del Bunko. Han contado con la colaboración de psicólogas que ofrecen terapías de manera gratuita y de padres que imparten cursos de sus especialidades. “De pronto necesitamos cosas específicas y preguntamos quién nos puede ayudar, así hemos tejido una red. Muchas de las personas que viven aquí en la Roma Norte son profesionistas, entonces nos pasa mucho que vienen, conocen y dicen, ah, yo quiero dar un taller o de manera voluntaria terapias o consultas”.

Siete años de arte y convivencia

¿Cómo se mantiene un lugar como el Bunko? El predio de Orizaba 37 es propiedad de la orden de los jesuitas, quienes ceden el espacio en calidad de comodato. Los recursos destinados para la operación de la biblioteca provienen de IBBY México, instancia que encabeza el empresario Bruno Newman. Además, se imparten talleres, cursos, actividades de cuentacuentos, conciertos y presentaciones de libros que permiten atender a las actividades que realizan como Centro Comunitario. Sus costos oscilan entre 50 y 200 pesos.

“Iniciamos con una biblioteca de 200 libros, pero poco a poco hemos crecido gracias a donativos de los vecinos y editoriales. Muchas familias nos traen libros que desocupan”, apunta María de los Ángeles.

Para darle nueva vida a los títulos cuentan con un “Hospital de libros”, donde se restauran los ejemplares. Para Samantha el valor del libro aumenta de acuerdo con la historia que conlleva detrás. “Muchos todavía tienen las etiquetas de la escuela o señas. Es muy emotivo ver que a los niños les hace ilusión pensar que sus libros serán leídos por alguien más. Algunos hasta dejan notas para futuros lectores”.

A raíz de las donaciones María de los Ángeles Aquino inició una colección de objetos encontrados dentro de las páginas de los libros. Se ha topado con separadores, notas, boletos de avión, metro o trolebús.

Abierto al público en general de miércoles a domingo el Bunko tiene un público que recibe en promedio mil 700 personas al mes entre niños, jóvenes y adultos.

Para conmemorar su séptimo aniversario ha preparado un programa de actividades cuyo objetivo es reparar el techo de la biblioteca “esa es nuestra prioridad y pues sí, necesitamos dinero”, reconoce la coordinadora del espacio. El segundo paso será pedir el apoyo de la comunidad para que vuelva a confiar en nosotros y podamos restablecer el acervo.  “Ya teníamos pensado hacer una celebración, pero ahora la hacemos con más intención”.

El programa de actividades por el séptimo aniversario del Bunko incluye:

1:00 p.m. – Guita Cuentacuentos presenta: “El gato en la luna y otros cuentos mautásticos”. Donativo sugerido: $50 por persona.

2:00 p.m. – Tarot Literario. Predicciones divertidas y llenas de letras para toda la familia a cargo de cuentóloga Deya Ruiz.

3:00 p.m. – ¡Hora del lunch! Podrás llevar tu comida. Al final se cantarán las mañanitas y habrá pastel.

4:00 p.m. – Mesas temáticas: Cita a ciegas con un libro (cada libro costará $5. Hay ejemplares nuevos y usados); intercambio de libros; rifa de dos aplicaciones de gelish.

4:30 a 6:00 p.m. – Concierto y subasta de libros, a cardo de La Orquesta del Mar y la narradora Zyanya Mejía.

 

 

 

placeholder
Tags: , ,

Contenido relacionado