Santuario Victoria, un refugio para gatos en medio de la urbe que los abandona

‘El humano es el peligro más grande que tienen los animales y los gatos’, expresa Nathalia R. Santamaría, cabeza del santuario.

mayo 6, 2025 7:59 pm Published by

Por: Brandon J. Celaya Torres

México es el país con más perros y gatos callejeros en todo Latinoamérica. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), más de 21 millones de animales se encuentran en esta situación, mientras que un estudio de Mars Petcare aproxima la cifra a 29.7 millones. 

“No son de la calle. Los gatos y perros no son de la calle, sino de la comunidad que los abandona y deja que estén en esa situación. Son de todos nosotros”, señala ante esta realidad Nathalia R. Santamaría, quien encabeza el Santuario Victoria, dedicado a dar refugio a gatos en condición de abandono y maltrato.

“Somos una comunidad de protectoras. Puras mujeres protectoras que aman a los gatitos”, comparte sobre el santuario donde actualmente residen 52 gatos rescatados.

“Un gato que nació y creció en la calle vive 4 años. Uno que creció en casa y fue abandonado, tiene una expectativa de vida de 4 meses” Nathalia Santamaría:  Foto: BJC/AN

Santuario Victoria se ubica en Lomas de San Mateo, Naucalpan de Juárez, Estado de México, en medio de una zona residencial donde es común ver a gatos y perros deambular.

Recibimos gatos de todos lados; Ciudad de México, Ecatepec, por ejemplo”, explica Nathalia.

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“El santuario se llama Victoria por mi primer gatita, que tuvo leucemia. Con ella aprendí todo lo que no se tiene que hacer con un gatito. No la esterilicé y tuvo gatitos, le dio leucemia… en fin todo mal”, confiesa quien ahora puede cuidar decenas de gatos sin perder los nervios y con los años ha conseguido establecer una red de hogares temporales, veterinarios y voluntarias que ayudan a salvar vidas felinas.

En Santuario Victoria hay todo tipo de gatos en adopción, desde bebés hasta adultos. Foto: BJC/AN

“Aquí los tenemos bajo resguardo el tiempo que sea necesario. Hay unos que tienen un año y que no se han ido en adopción, otros se van de un día para otro. Algunos nos los regresan. Es parte del trabajo que hacemos y queremos que los gatos sepan que una vez que pisan aquí, siempre será su casa”.

El santuario solía ser la casa de los padres de Nathalia hasta que fallecieron. Debido a la enfermedad de su padre, el inmueble ya contaba con diversas modificaciones que permitieron adaptar el hogar familiar a uno dedicado a la gran manada gatuna y humana. 

Además, los donativos en especie de diferentes personas han hecho que los felinos cuenten con múltiples áreas llenas de juegos, así como áreas para que puedan estimularse y desarrollarse, al igual que un balcón donde pueden estar al aire libre sin riesgo a escaparse o ser atacados.

Una de las secciones de la casa familiar, ahora adaptada para que puedan vivir los gatos. Foto: BJC/AN.

“Es un santuario prácticamente familiar”, expresa Nathalia.

Aprendizajes en el camino

Si bien el objetivo del santuario es rehabilitar y refugiar gatos para su adopción, Nathalia detalla que han puesto varios filtros para asegurarse que lleguen a hogares donde vayan a ser tratados con cariño y los cuidados adecuados.

En especial son cuidadosas con los gatos negros, frecuentemente utilizados para rituales de santería o sacrificios, o los naranjas, que son adoptados bajo la falsa creencia de que atraen abundancia.

Nathalia cuenta que tuvieron que aprender la lección por las malas. 

“Tenía un nene que era súper desconfiado, se llamaba ‘Guantes’. Era un bebé, tenía cuatro meses. Era blanco con negro. Una chava me contactó hace como dos años, todavía me faltaba el colmillo. Lo entregamos en un edificio que ahora pienso que no era realmente su casa. Todavía le dije al gato cuando lo dejé: ‘es para tu bien'”.

Los gatos negros suelen ser adoptados para rituales o sacrificios. Foto: BJC/AN.

Entre las condiciones del santuario para dar en adopción a un gato está darle seguimiento de por vida, enviando fotos y videos para que puedan ver que efectivamente el felino se encuentra bien.

No obstante, cuando pidieron imágenes a la adoptante de “Guantes”, esta no las envió o incluso llegó a mandar de otros gatos negros que no eran el gato que había adoptado.

“Me faltó la malicia o la pericia para saber que lo querían para un sacrificio o algo así”, relata.

Los procesos de adopción incluyen un cuestionario para evaluar la idoneidad del adoptante. Foto: BJC/AN.

Ahora, el santuario tiene filtros estrictos para garantizar que los gatos llegarán a hogares responsables. Incluso ha rechazado múltiples solicitudes de adopción. 

Vida de gatos

Entre los rescates que ha llevado a cabo el santuario hay casos dramáticos. Por ejemplo, gatos que pasaron años de sus vidas amarrados. 

También recuerdan el de otro felino cuya dueña quería ponerlo a dormir porque consideraba que a sus 14 años ya estaba demasiado viejo, aún sin que presentara enfermedades.

“Estaba súper bien”, dice Ana Paula, quien ayuda en el santuario. “Aquí la recibimos y se deprimió muchísimo. Llegó a una primera casa y no se adaptó. Después encontró un nuevo hogar y ahora es la más feliz”.

Los gatos que llegan al santuario son atendidos por veterinarios para poder ser adoptados. Foto: BJC/AN.

Por su parte, Nathalia destaca la historia de 12 gatos que llegaron al santuario debido a que un joven fue desalojado de su casa y los gatitos echados a la calle.

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“En una transportadora estaban los 12 gatos adultos hacinados. Llevaban una noche completa sin agua, sin comer, entre sus heces“, comparte.

Adoptar un gato es integrar un nuevo miembro a la familia. Foto: BJC/AN

“El humano es el peligro más grande que tienen los animales y los gatos“, expresa Nathalia.

Los santuarios están saturados

Los 52 gatos que habitan actualmente en Santuario Victoria han desbordado las instalaciones y actividades de las protectoras.

Su amor y pasión por rescatar vidas felinas son lo que las mantiene día a día en su labor de rescate que da tantas alegrías como penas. 

La saturación del santuario es un reflejo más del constante abandono de animales en México. Según estimaciones del Congreso de la Ciudad de México, cada año se abandonan 500 mil perros y gatos en el país.

Felicidad e incertidumbre son los sentimientos que las protectoras del santuario experimentan cuando un gato es adoptado. Foto: BJC/AN.

Todos los santuarios, todos los refugios estamos saturados siempre“, dice Nathalia. “No traten de dejar todo en nuestras manos, tú tienes manos ¿qué vas a hacer con ellas?”

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