John Fogerty: 80 años a todo galope
El músico de california se presentó en el Auditorio Nacional.

Por Héctor González
Fueron necesarios casi veinte años para que John Fogerty volviera a México. El pasado 29 de septiembre, el músico de California regresó al Auditorio Nacional para celebrar no solo sus ochenta primaveras, sino también haber recuperado los derechos de las canciones que hicieron de los Creedence Clearwater Revival una de las bandas más importantes en la historia del rock y dicho sea de paso que la vieja guitarra Rickenbacker de 1969, con la que compuso sus mejores hits volviera a sus manos, gracias al empeño de su esposa Julie.
La edad no hace mella en el más talentoso embajador del rock sureño y pantanoso. Ataviado con camisa de franela azul y jeans, tal y como lo ha hecho desde los años sesenta, brindó un concierto tan festivo como rabioso. Escoltado por sus hijos Shane y Tyler, Fogerty hizo un repaso por poco más de veinte canciones, la inmensa mayoría clásicas, la inmensa mayoría, vigentes. “Bad Moon Risin”, “Green River”, “Born on the Bayou”, “Who’ll stop the rain”, “Have You Ever Seen the Rain?”, “Down On The Corner” y “Fortunate Son”, desfilaron a todo galope. Tocó casi íntegro su nuevo disco Legacy, con el cual celebró el regreso de su catálogo, después de una batalla legal que le tomó casi cincuenta años.
La disquera Fantasy, fundada por Saul Zaents, se aprovechó de su éxito y se encargó de que los Creedence firmaran un contrato leonino. En medio de todo esto, Fogerty se peleó con sus compañeros y perdió la propiedad de su material. El saldo fue una ardua batalla que propició que John pasara más tiempo en los juzgados que en el estudio de grabación. Para conocer a más detalle la historia léase Fortunate son, las memorias del músico.
Pero volvamos a la hora y media que duró el concierto. Entre las sorpresas me quedo con la interpretación de “The Old Man Down the Road”, de su disco solista Centerfield, un tema que le habla de tú a cualquiera de sus mejores canciones sesenteras y con la garagera versión de “Fight Fire”, pieza que compuso para The Golliwogs, grupo anterior a CCR.
En una ocasión, mientras Fogerty pasaba por una mala racha en la que había decidió dar la espalda a su propia música, Bob Dylan le dijo sobre “Proud Mary”, tal vez su mayor éxito gracias en parte a la versión de Ike & Tina Turner: “John, si tu no la tocas, la gente pensará que es de Tina Turner”. Hoy, el famoso estribillo: “Big wheel, keep on turnin’/ Proud Mary, keep on burnin’/ Rollin’, rollin’/ Rollin’ on the river”, es el cerrojazo final de casi todos sus conciertos.
Decir que John Fogerty apela a la nostalgia, no solo es lugar común, es también injusto. Al igual que los Rolling Stones, Paul McCartney o The Who, se mantiene en plena forma e incluso suena más rockero ahora que en otros momentos. Sabedor de que, por alguna razón, México es uno de los países donde los Creedence tiene mayores adeptos, prometió volver pronto. Sinceramente no se si lo haga, en principio lo dudo, pero qué más da, si de cualquier forma ya nos dio una auténtica cátedra de lo que es tocar puro y macizo rock and roll.

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