Mirador Político: Ajuste en el ring | Artículo

Por Jorge Alcocer V.

Al tirar la toalla y retirarse del ring el reasumido gobernador de Nuevo León, Samuel García, dejó al Partido Movimiento Ciudadano en un brete. Tan pronto como este lunes 4 diciembre, MC tiene programada una encerrona de sus dirigentes para designar a quien tome el relevo y asuma la candidatura presidencial de ese partido.

Tres nombres aparecen como posibles, los menciono por orden de mayor a menor probabilidad, según mi personal perspectiva:

Dante Delgado, ex gobernador interino de Veracruz; fundador y eje articulador de MC, actualmente senador. Sin duda es quien tiene las mejores cartas para abanderar a su partido, además de contar con la ventaja que le da ser conocido por un amplio segmento de los interesados en política y elecciones. Hay quienes sostienen que la decisión de difundir preferentemente su voz e imagen en los spots de radio y TV de MC fue en previsión del escenario que hoy enfrentan.

Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán; fue alcaldesa, diputada local, senadora y además secretaria general del PRI en el sexenio anterior. Actualmente es diputada federal y vicecoordinadora de MC en San Lázaro. Si MC se orienta por subir al ring una opción femenina, la más fuerte es la yucateca, quien mantiene activa presencia en todo el país y puede presumir de ser, como decía Luis Donaldo Colosio Murrieta, “producto de la cultura del esfuerzo”. De menor edad que las dos candidatas ya definidas, a sus 51 años su trayectoria política la haría -creo- una candidata atractiva para amplios sectores.

Jorge Álvarez Máynez, actual diputado y coordinador de MC en San Lázaro. Por ser coordinador de la frustrada campaña de Samuel García, le tocó suplirlo en los eventos que se tenían programados en varios puntos del país, por lo que aparece como un suplente idóneo. Con 38 años de edad, su juventud y espontaneidad aparecen como sus mejores activos. En la otra cara de la moneda, es casi desconocido para el electorado y los círculos de la política.

Es muy pronto para conocer los efectos que sobre el ring electoral tendrá el cambio de contendiente de MC, que se produce transcurridas dos semanas del inicio de las precampañas. Sin datos verídicos sobre el efecto que Samuel García estaba logrando entre el segmento del electorado al que puede impactar una candidatura que arranca en el margen, es imposible avizorar el cuadro de competencia inmediato. Además, las encuestas han dejado de ser fuente de información veraz sobre las preferencias del electorado.

Llamó la atención, solo digo eso, la defensa que de manera reiterada se hizo de la candidatura de Samuel García en las conferencias mañaneras, así como la contradicción de opiniones entre Mario Delgado y su coordinada Claudia Scheinbaum en el conflicto entre el gobernador y el Congreso de Nuevo León. Mientras que Delgado reconoció que el derecho de designar al gobernador interino corresponde al Poder Legislativo, su candidata criticó a los diputados que votaron por un interino que no formaba parte del equipo del gobernador con licencia, lo que, cabe aclarar, no está previsto en ninguna ley. Más allá de contradicciones o interpretaciones, lo que está meridianamente claro es que a Samuel García lo descarrilaron sus propios miedos y desvaríos.

Faltando menos de 6 meses para el día de la jornada electoral del 2 de junio del próximo año, la competencia presidencial se perfila con mayor nitidez entre dos protagonistas, y un competidor abajo del ring. No es que el resultado vaya a ser la rueda de molino que las encuestas insisten en hacernos deglutir. Por lo contrario, el panorama lo avizoro como de alta competencia y pronóstico reservado. Pero lo que aparece cuesta arriba es que una candidatura que arranca tarde y mal tenga condiciones para ajustar el ring y subirse. Ya no cabe.

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