‘La escuela, primer sitio donde confrontamos nuestra identidad con la del otro’: Ave Barrera
En ‘Ruta 70. Recuerdos del aula’, convoca a diez escritores para que regresen a su infancia.

Guste o no, la escuela genera tensión. Para Ave Barrera, esto se debe a que es el primer sitio al que acudimos con frecuencia fuera del círculo familiar. Es por ello convocó a diez escritores nacidos durante la década de los setenta para participar en Ruta 70. Recuerdos del aula (Sélector), título donde Mónica Brozon, Iris García Cuevas, Susana Iglesias, Daniela Tarazona, Nadia Villafuerte, Rogelio Guedea, Juan Pablo Villalobos, Vicente Alfonso, Jaime Mesa y Antonio Ramos Revilla, publican un cuento relacionado con la vida escolar.
¿Era buena estudiante?
Sí, era ñoña de 9. Me encantaba la escuela.
¿Cuál fue el criterio para seleccionarlos?
Fue un criterio literario. Todos se desenvuelven muy bien en el cuento y además tuvieron la apertura para compartir experiencias iniciáticas. Para mí era importante mantener el equilibrio entre chicos y chicas.
¿Le sorprendió ver que algunos de sus colegas no eran tan buenos estudiantes?
Sí, fue una grata sorpresa. Cuando me mandaron sus cuentos descubrí travesuras de un nivel superior. Rogelio Guedea me confesó que era más que un vago, un gañán, y mira ahora es un señor escritor.
¿Por qué retomar la idea de Atrapados en la escuela, de Mónica Lavín?
Queríamos darle continuidad al proyecto de Mónica Lavín. Nos interesaba hacer un corte generacional a una nueva forma de hacer literatura iniciática y con una edición más cuidada. Usamos el concepto de la ruta porque generacionalmente nos transporta a otra época y a otras visiones de México. Los cuentos reflejan un país diverso y diferente. Vemos el Acapulco de Iris García Cuevas; el Torreón de Vicente Alfonso; el Colima de Rogelio Guedea; los bajos fondos de Susana Iglesias. Hay muchas visiones. No hay dos cuentos parecidos. Es un abanico de propuestas, creo que esto es lo que caracteriza a esta generación.
Hay varias antologías con autores de los setenta. ¿Por qué se mueven de manera grupal?
La división generacional funciona como corte de caja. La madurez literaria que han alcanzado es muy interesante por su diversidad. No escriben similar, ni tienen necesariamente los mismos objetivos. Algunos son realistas, otros apelan a lo fantástico o al compromiso social. En esa diversidad han alcanzado una madurez increíble a pesar de que siguen siendo muy jóvenes. Son cuentos en los que hay crisis y transición. Tienen un pie en los ochenta y noventa, una época sin internet; pero tienen otro pie en el siglo XXI. Varios de ellos son grandes twitteros.
Hay también otra forma de entender la escuela.
Sí, me gusta la literatura iniciática enfocada en el espacio escolar porque es el primer lugar que frecuentamos fuera del círculo familiar. La escuela es el lugar donde por primera vez confrontamos nuestra identidad con la de otro. Ahí se generan tensiones y por lo tanto es un periodo muy rico para la literatura y la reflexión.
Hay también un reflejo de la tendencia predominante de la autoficción…
Cierto, muchos de los cuentos tienen un ingrediente autobiográfico importantísimo, pero también hay espacio para la ficción. No vemos la preocupación del “yo” escritor. Ni esa preocupación por exhibir su identidad. Hay un alter ego transformado por la ficción literaria.

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