Hubo un “Brexit” colombiano, pero “no se va a regresar al punto cero”: director de ‘El Tiempo’

Obligados, los acuerdos políticos “porque no veo otra manera de salir de este atolladero”.

octubre 3, 2016 12:21 pm Published by

“Da la sensación de que esto no se va a regresar al punto cero, pero sí es el Brexit colombiano”, consideró Roberto Pombo, director de ‘El Tiempo’, tras el triunfo del “no” al acuerdo de paz en Colombia.

En entrevista para Aristegui Noticias, comentó en principio cómo fallaron las encuestas.

“Nos hemos recostado excesivamente en las cifras de las encuestas para tomar decisiones periodísticas, por un lado, o para medir el pulso de lo que está sucediendo realmente en el país y nos hemos encontrado ayer (domingo) que ninguna de las encuestas acertó ni remotamente con el resultado final. Yo creo que eso fue… nos metimos en una burbuja falsa. Yo considero que eso es un error”, aseveró.

Por el otro lado, “está el resultado de un país polarizado entre el presidente Juan Manuel Santos y el ex presidente Álvaro Uribe, y un proceso de paz que tiene muy poco prestigio porque las FARC están muy desprestigiadas, y aunque mucho menos, el presidente Santos también”.

Este lunes “se levanta el país con un resultado de un plebiscito que nos pone una gran encrucijada y genera una cantidad de inquietudes pero me da la sensación de que obliga a los acuerdos políticos porque no veo otra manera de salir de este atolladero”.

Cuando se le preguntó si es una especie de “Brexit colombiano”, respondió: “Sí, sí lo es, pero yo creo que aquí lo que nos está enseñando esta situación es que estamos leyendo mal a la opinión pública, porque está clarísimo que la mitad del país, un poco más, o por lo menos la mitad del país votante, no quiere este tipo de acuerdo. Las reacciones de las FARC han sido muy interesantes porque han sido muy serenas y da la sensación de que esto no se va a regresar al punto cero, pero sí es el Brexit colombiano y espero que por los antecedentes, el siguiente paso no vaya a ser que gana Trump”.

“Yo creo que en términos de la opinión pública común, el disgusto por el hecho de que el resultado de la justicia para los guerrilleros sea algo muy parecido a la impunidad, es decir, que no hay cárcel efectiva para personas que a juicio de la gente han cometido unos crímenes horribles durante una gran cantidad de años. Y el tema de que los grandes jefes puedan tener elegibilidad política inmediata. Ya para una opinión un poco más sofisticada, el sistema transicional de justicia abre unas puertas que dan mucho miedo de que se pudiera desbordar”, señaló.

“Yo creo que ya los primeros indicios apuntan a que va a continuarse el cese al fuego por un tiempo que no sé qué tan largo sea, pero ya tanto el presidente Santos como las FARC dijeron que se mantienen en el cese al fuego. Queda debilitado el presidente Santos, pero también las FARC. Yo creo que las FARC deben estar recibiendo un mensaje… para ellos es una muy mala noticia. Lo que me imagino yo que es lo que tiene que suceder en un cese al fuego continuado es que haya acuerdos políticos entre gobierno y la oposición, y tratar de llevar una posición unificada, diferente, pero no tengo los elementos de juicio para saber lo que pueda suceder”, explicó.

Sobre el papel de Álvaro Uribe, expuso que “el espacio que gana es enorme, el espacio político, porque frente a toda la maquinaria publicitaria del Estado jugada a favor del “Sí”, un señor con un megáfono le ganó, entonces creo que las circunstancias políticas son muy grandes. Me parece que el balón está en el lado de Uribe porque él tiene que empezar a traducir en términos prácticos cuál sería un acuerdo viable, distinto del que él rechazó del gobierno porque en general ha sido abstracto y genérico, hay impunidad, pueden ser elegidos políticamente, la justicia queda desbordada”.

Adelantó que “el presidente Santos sacará las habilidades políticas que le quedan, para convertir esta crisis en algún tipo de oportunidad positiva”.

Y en cuanto al papel de la comunidad internacional, remarcó “la diferencia absoluta de posturas”, pues mientras el mundo decía “sí” al acuerdo, en Colombia ganó el “no”, lo que “marca una diferencia grandísima de lo que se piensa en Colombia y lo que piensa el mundo”.

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