Juan Carlos Rulfo retrata en ‘Cartas a Distancia’ la esperanza en medio de la pandemia | Entrevista

En su documental, Rulfo sigue la vida de diversas familias que se comunicaban a través de cartas y videos con sus familiares hospitalizados por Covid-19 en una clínica de Tlatelolco, gracias a unos héroes sin capa: médicos y enfermeros que les ayudaron a entregar los mensajes escritos, y que se volvieron colaboradores de la película pues acabaron filmando escenas dentro del hospital.

noviembre 2, 2022 6:17 pm Published by

Juan Carlos Rulfo, documentalista, cuenta que al inicio de la pandemia se enteraron que en la Clínica 27 del IMSS, en Tlatelolco, médicos y enfermeros se habían organizado para ayudar a los familiares de pacientes internados con Covid-19 para mantener la comunicación con ellos, sin ponerlos en riesgo, por lo que organizaron entrega de cartas o recados. De ahí surgió la idea de armar un documental que mostrara cómo la Ciudad enfrentaba al virus en medio de la incertidumbre y el miedo. Al final, se trata de un documental íntimo, en el que todos quienes perdimos a alguien en la pandemia, nos podemos identificar.

El cine como un acto colectivo de duelo o, quizá, para sanar.

Pregunta: Al ver “Cartas a distancia” para mí fue un poco inevitable pensar “En el Hoyo” (2006), su documental sobre el Segundo Piso de Periférico. Aunque son temáticas evidentemente distintas, pensaba en que hay un interés por voltear a ver a todas esas personas que hacen la Ciudad y que son, sin afán peyorativo, como las hormiguitas que están construyendo todos los días a esta Ciudad y que sin ellas francamente no funcionaría. ¿Por qué este ánimo de fijarse en los que no vemos? 

Respuesta: Efectivamente, yo creo que ahí es donde están las historias, en las pequeñas cosas y que son enormes porque finalmente nosotros somos parte de este hormiguero de gentes que están en todas partes. Los macrotemas nos devoran y finalmente ni nos dicen nada. En el caso de la pandemia es algo que he venido diciendo mucho, toda la información que se estaba dando eran cifras. Datos, estadísticas, golpeteo político aquí y allá. Ver qué países que está peor o mejor, quién estaba llevando mejor los protocolos de seguridad o salud pública, pero finalmente la gente seguía de lado. La población de todo el mundo estaba castigada y eso significaba mucho más que datos. Es algo que sí me preocupa pues porque la información se vuelve eso: estadística. Se deshumaniza y no sirve de mucho, creo yo, para términos prácticos.

 

Pregunta: Ya nadie escribe cartas a mano, ¿cómo fue el proceso de ver esto?

Respuesta: Surge como por parte de las necesidades, esta iniciativa civil de dar comunicación entre unos y otros. Es decir, los enfermeros ayuda a la gente a pasar mensajes de uno al otro lado para poder entablar esta comunicación y eso da certeza. O sea la incertidumbre da mucho terror y causa mucho malestar En épocas de crisis como ésta que vivimos, una crisis mundial, que no habíamos vivido nunca el por lo tal habría no teníamos por qué saber cómo afrontar, pues entonces ocurren estas magias. Por otro lado es un homenaje también al lenguaje. La palabra, la forma de escribir, de mandar pequeños mensajes, a estos detalles tan tan tan mínimos pero tan potentes, tan poderosos en momentos de necesidad. Un “te quiero”, “te extraño”, “tenemos aún muchas cosas por hacer”, “queremos seguir adelante contigo”, “aquí estamos afuera”, “aquí estamos esperándote”, y que de regreso viniera un mensaje del contagiado: “aquí estoy”, “estoy bien”, “todo va bien”. Se me hizo muy poderoso.

Los mensajes entre familias se entregaban de manera secreta, pues estaba prohibido, recuerda Rulfo. “Los enfermeros y médicos aceptaron  transferir estos mensajes de una manera prohibida, porque no se aceptaba. Cosa que se me hace grave. Si hubiera que denunciar algo, diría que una de las cosas que si no pueden seguir sucediendo es que existe esta limitación en la comunicación en un momento de crisis humanitaria ¿por qué lo hacen? No sé. En clínicas privadas creo que sí hay estas comunicaciones pero en las públicas no”.

Pregunta: ¿Cómo lograron grabar dentro del hospital?

Respuesta: Hicimos un taller con familias y personal para enseñarles cómo grabar. Primero con celulares, luego con cámaras. Pensando en que esos eran los elementos para la película. Es decir, la película se construyó con esos mensajes a través de celulares y de las cámaras que los enfermeros iban a usar, que nosotros les dimos cámaras para que que las usaran a escondidas al hospital y grabarán ese encuentro. Jorge Calavera, en enfermero que fue clave, dijo varias veces que le gusta mucho la fotografía y le dimos una camarita fantástica y grabó cosas buenísimas.  También hicimos una especie de terapia con los enfermeros y las enfermeras: cuéntame cómo están, cómo se sienten. Hicimos un grupo de WhatsApp donde los que quisieran participar se expresaran y los empezamos a escuchar, empezamos a platicar, empezamos a pedirles permiso de poder usar estas historias que ocurrieron en el interior.

Pregunta: Hay quienes creen que la pandemia ya pasó…

Respuesta: Hace poquito, en una exhibición que tuvimos en Francia, que es otro país, con otro protocolo, con otras formas de manejo de las crisis sanitarias, de repente llega una señora ya mayor, que vivió la Segunda Guerra Mundial, y nos dice: “no habíamos tenido la posibilidad de tener una ventana para poder hablar de lo que nos había pasado.” Es decir, necesitamos poder hablar. No callar, no decir que esto ya pasó, no decir no pasó nada.

Pregunta: Hay gente que prefiere olvidar la pandemia…

Respuesta: Cuando propusimos el documental, nos decían: ‘No, no, no, hacer una película de la pandemia es estar condenados al fracaso. Absoluto nadie la va a querer ir a ver,  hagan de cuenta que no existió, pasen la página…’, y eso se me hace muy muy grave pero fue lo que al final de cuentas me dio como más energía para seguir con esta historia

Pregunta: ¿Cómo sociedad hemos transitado por el duelo del Covid-19 o nos falta?

Respuesta:  Eso es lo que creo que la película de alguna manera  le pone nombre. Tal vez ya lo hiciste pero lo hiciste escondidas o en silencio como cualquier duelo no es normal, mi padre murió hace 30 y tantos años y todavía me acuerdo y a veces tengo mis espacios de duelo. Ahora que está el Día de Muertos bueno todo el mundo seguramente va a hablar de esto. El Día de Muertos es un espacio para el duelo muy a la mexicana pero cada quien a su manera. Curiosamente, al sacarte el ejemplo de esta mujer en Francia, pues ellos no tienen el culto a la muerte….

Pregunta: La película nos muestra que todos, ante el Covid, éramos iguales…

Respuesta: Pues creo que también es fue una lección, por eso digo que la película es horizontal. O sea, le toca a todo mundo.

Cartas a la Distancia está desde el 27 de octubre en salas de Cinemex en todo el país, mientras que en CDMX puede verse en Cineteca Nacional, Cine Tonalá y Cinemanía.

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