Obispo de Chilpancingo ingresó por su propio pie a hotel: Ortíz Guarneros

Por Estrella Pedroza 

El comisionado Estatal de Seguridad Pública de Morelos (CES) José Antonio Ortiz Guarneros, consideró que el Obispo Emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, no fue víctima de un secuestro exprés como había señalado el Fiscal de Justicia del Estado, Uriel Carmona.

Ortiz Guarneros afirmó que tras la denuncia de su presunta desaparición, Monseñor Rangel Mendoza fue ubicado en un hotel de Cuernavaca, al que llegó de forma voluntaria acompañado de otro hombre.

El religioso permaneció sábado y domingo en el Hotel Real Ocotepec.

En entrevista con medios de comunicación, Ortíz Guaneros dijo que esto se pudo conocer a partir de las cámaras del establecimiento, las cuales captaron el momento en el que el obispo ingresó al lugar “acompañado de otra persona del mismo sexo”.

“Por unas evidencias que hay únicamente, pero pues ya se las dimos ahí a la Fiscalía. Hasta donde sabemos entró voluntariamente al motel con una persona del mismo sexo y esa persona después se retiró“, declaró Ortíz Guaneros.

Foto: FGE Morelos

Con esta evidencia, el comisionado descartó que se haya tratado de un secuestro exprés como lo señaló el fiscal Uriel Carmona Gándara hace unos días, al presentar al obispo en un hospital.

“De que fue un secuestro exprés nosotros pensamos que no, pero el fiscal tendrá que demostrar porque sí fue un secuestro express, en base a qué lo dijo y bueno, pues eso sí seguirá dando que decir. Y volvemos a lo mismo, los que están en la política, están aprovechando esto para denostar el actuar de la seguridad en el Estado”, asintió.

En tanto, un estudio toxicológico reveló que el religioso pudo haber consumido droga o haber sido drogado contra su voluntad.

De acuerdo con información de la CES, la Cruz Roja fue alertada de un hombre que se encontraba inconsciente en el citado hotel, por lo que acudieron al llamado de auxilio.

Tras proporcionarle los primeros auxilios fue ingresado al Hospital General de Cuernavaca “José G Parres” en calidad de desconocido.

Foto: Redes sociales

Fue hasta el día lunes que fue identificado legal y personalmente por el fiscal de Morelos, Uriel Carmona, quien declaró que existían elementos para presumir que pudo ser víctima de un secuestro exprés.

“Cuando nos enteramos de la desaparición (el sábado) nos abocamos a preguntar si la fiscalía lo encontró y ellos (personal de la fiscalía) fueron los que lo encontraron (…) es todo lo que sabemos porque fuimos a pedir información, pero ya había llegado la fiscalía y no nos permitieron”, señaló al respecto, el comisionado de seguridad.

Según documento emitido por el Hospital “José G. Parres”, en el que se documentó su alta voluntaria,  el obispo llegó inconsciente al nosocomio y al realizarle un estudio toxicológico se encontraron restos de benzodiacepina y cocaína en su organismo, dado que ambas pruebas dieron positivo a las citadas sustancias. Además, portaba dos pastillas de sildenafil, sustancia activa del Viagra.

Por ahora, el Obispo de Guerrero no ha podido declarar por el estado de salud que se reporta y permanece recibiendo atención en un hospital privado situado en la capital de Morelos.

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En tanto, la defensa legal del religioso, que encabeza Pedro Martínez Bello y la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM),  han optado por esperar a que el obispo esté en condiciones de declarar sobre lo ocurrido.

No obstante, feligreses y organizaciones eclesiásticas ciudadanas han condenado lo que califican como una “revictimización” contra el religioso realizada por el gobierno del estado. 

Escucha la entrevista: