Cervantes para Fiscal General y la fiesta de EPN en las columnas políticas

Julio Hernández López, en La Jornada:

“Un grupo de senadores panistas, la mayoría abiertamente identificados con Felipe Calderón y con el proyecto presidencial de Margarita Zavala Gómez del Campo, están dispuestos a sostener la estipulación legal que permite el ‘pase automático’ del priísta amigo y promovido de Peña Nieto, Raúl Cervantes Andrade, para que sea fiscal general de la nación, ‘autónomo’ de todo poder o grupo político, durante nueve años”.

Carlos Loret de Mola, en El Universal:

“El presidente Peña Nieto no había podido festejar su cumpleaños 51 (…) Este es el año del destape (…) Por eso la fiesta era esperada. Y muchos se llevaron una sorpresa. (…) La fiesta fue organizada por la esposa del presidente, Angélica Rivera, y solamente fueron convidados dos integrantes del gabinete: Luis Miranda y José Calzada. (…) Y a todas estas, ¿alguien le ha preguntado al procurador Raúl Cervantes si quiere ser el nuevo fiscal general?”

Templo Mayor, en Reforma: 

“Más allá de los merecimientos como jurista que tenga el actual procurador, la insistencia del gobierno y del PRI para convertirlo en Fiscal General por los próximos nueve años se presta feamente al sospechosismo. ¿Realmente necesitan el presidente Enrique Peña Nieto y los suyos que alguien les cuide las espaldas una vez que dejen el poder? Si la idea es construir instituciones autónomas como que no se ve la necesidad de darle un nacimiento envuelto en cuestionamientos”.

Carlos Puig, en Milenio:

“Primero, lo primero. Creo que la intención del gobierno de hacer que Raúl Cervantes sea el primer fiscal general de la Nación rompe con el espíritu por el cual se dio autonomía a la fiscalía. La historia de Cervantes es la que es, más allá de competencias y conocimientos”.

Bajo Reserva, en El Universal:

“El senador (panista) Jorge Luis Preciado tomó la palabra y no se midió en insultos y descalificaciones en contra del nuevo presidente (del Senado) Cordero y de otros tres de sus compañeros de partido, a los que llamó “traidores” y sugirió que los compraron. “Lo que lamento es que a veces pueda más la cartera que la camiseta”, dijo. “Y te hablo a ti, Cordero; y te hablo a ti, Lozano; y a te hablo a ti, Lavalle; y te hablo a ti, Roberto Gil”, puntualizó. Esta guerra política entre “compañeros” amenaza con derramar mucha sangre azul”.

Frentes Políticos en Excélsior: 

“Todo le está saliendo mal a Ricardo Anaya, líder nacional del PAN. Ante sus militantes ha perdido tanta fuerza que mientras él le declara la guerra al PRI, quienes debían acompañarlo en su épica batalla se enfrascan en un pleito interno. Se rumora que se benefició con terrenos expropiados en Querétaro, no logra disipar la mala relación con Margarita Zavala, quien aspira a la candidatura presidencial (…) , y sigue sin explicar por qué su familia posee 308 millones de pesos en inmuebles. (…) Ayer Anaya recibió otro golpe: la llegada de Ernesto Cordero a la presidencia del Senado”.

Trascendió, en Milenio:

“Que pinta mal el periodo de sesiones en el Senado donde el pleito abierto ayer entre el PRI y el PAN complicará las negociaciones. Hubo ofensas personales como la que ventiló la panista Adriana Dávila, quien dijo que el PRI la vetó junto con Laura Rojas, porque nos vieron chiquitas, de estatura pequeña, así la misoginia”.

Raymundo Riva Palacio, en El Financiero:

“El presidente Enrique Peña Nieto lanzó un grito al desierto. Este jueves, en la clausura de la reunión del Consejo de Seguridad Pública, abogó vehementemente por el mando único para enfrentar a la delincuencia y por el control de confianza de las policías. Pidió a los gobernadores del país combatir a los criminales (…). Se apoyó en un diagnóstico dramático, que subraya su gravedad porque es el mismo que el presidente Felipe Calderón tenía hace ocho años. ¿Cómo es posible que en lugar de avanzar nos hemos quedado estancados, que significa un retroceso?”.